DIRECTOR: ANG LEE
REPARTO: HEATH LEDGER, JAKE GYLLENHAAL, MICHELLE WILLIAMS, ANNE HATHAWAY, RANDY QUAID
DURACIÓN: 134 min.
AÑO: 2005
GÉNERO: DRAMA
Ennis del Mar (Ledger) y Jack Twist (Gyllenhaal) son dos vaqueros que son contratados por Joe Aguirre (Quaid) para hacerse cargo de los rebaños de ovejas durante unas semanas de verano, en las que tendrán que encargarse de los animales en una vasta extensión de terreno en el estado de Wyoming. Sin embargo, sin a penas esperarlo, entre Ennis y Jack surge algo mucho más profundo de una amistad, lo que pondrá en peligro la estabilidad de Ennis junto a su mujer, Alma (Williams) e hijas, y la de Jack con Laureen (Hathaway), hija de un rico terrateniente con la que se casa. Durante años, tanto Ennis y Jack harán lo posible por seguir viéndose, a pesar de los riesgos que esto supone para su propio bienestar social y familiar.
No deja de ser curioso que "Brokeback Mountain. En terreno vedado", en un principio, el film llamó la atención por la controversia surgida -de forma bastante gratuita y exagerada, todo haya que decirlo- a causa de su argumento. El hecho de que se pusiera en imágenes el relato corto escrito por Annie Proulx, acerca del dilema que les supone a dos vaqueros sentirse sentimentalmente atraídos el uno por el otro, rompía todas las barreras establecidas hasta el momento. Esto resulta comprensible si, desde el inicio de la producción de largometrajes, la figura del "hombre del Oeste" ha sido siempre contemplada como una de las más masculinas y varoniles de la historia. Aparte de este factor, era evidente que más morbo iba a despertar la elección de los dos intérpretes protagonistas, habida cuenta de la temática del film. Y, en último lugar, que fuera, precisamente, un realizador como Ang Lee, el encargado de trasladar toda esa sensibilidad a la gran pantalla. Sin embargo, el resultado, lejos de resultar desastroso, es toda una lección de sensibilidad, discreción y sencillez narrativa.
En efecto, Lee le aporta un toque único al conjunto que consigue ser mucho más que una simple relación homosexual entre dos hombres. En primer lugar, aunque el argumento tiene su punto de arranque en la década de los sesenta, esto no le supone a Lee ningún problema a la hora de plasmar la evolución de los personajes sino que, al contrario, parece beneficiarse de esa sensación de inestabilidad (política, social...) para darles mayor profundidad: ver la reacción de Aguirre cuando Jack vuelve al año siguiente para pastorear de nuevo por el rancho de éste, la ajetreada vida de Alma cuando Ennis delega en ella toda la responsabilidad de sacar adelante a su familia -la escena en el supermercado en el que ésta trabaja, cuando su marido deja a su cargo a las dos niñas para poder irse con Jack-, etc.
En segundo lugar, Lee apuesta más por la expresividad de las emociones a través de miradas y gestos que no gracias a burdas secuencias de tórridos encuentros sensuales (por ejemplo, el primer encuentro entre ambos vaqueros, en el interior de la tienda de campaña, destaca por su sencillez y discreción). Es aquí, precisamente, donde las interpretaciones de su cuarteto protagonista entran en juego. Heath Ledger transmite una fragilidad e incertidumbre arrebatadoras gracias a la composición de un Ennis que se debate entre lo que debe hacer y lo que desea hacer (ver en instante en que hace el amor con su mujer pidiéndole que se ponga de espaldas, o como cuando se pelea con Jack para apartarlo de su vida); por su parte, Gyllenhaal realiza una interpretación completamente alejada de la de Ledger, consiguiendo que su Jack Twist sea un individuo menos virtuoso que Ennis (atención al instante en que acude a un bar con la esperanza de "ligar" con alguno de los vaqueros que allí se congregan, y es ninguneado e insultado cuando lo intenta), a pesar de contar con una vida mucho más cómoda; asimismo, tanto Williams como Hathaway le dan ese toque final al film que logra transmitir al espectador la tristeza y desolación que provoca la relación entre los dos hombres (caso del personajes de Alma), y la incapacidad para admitir que pueda violarse así la moralidad de la sociedad (caso de Hathaway -ver cuando le informa a Ennis de un trágico suceso que guarda relación con Jack).
A todo ello, contribuye la fabulosa fotografía de Rodrigo Prieto, quien recoge con las frías tonalidades repartidas en el largometraje cada una de las emociones de sus personajes aunque, por otra parte, la música de Gustavo Santaolalla se limite más a unos simples compases que acompañan parte de la acción, sin conseguir transmitir la misma emoción que Lee logra con cada una de sus imágenes. En definitiva, "Brokeback Mountain. En terreno vedado" es un film maduro, serio y que consigue sobreponerse a los prejuicios de los espectadores al mostrar una relación que lucha a contracorriente por mantenerse a flote, a pesar de los tabues impuestos por la sociedad en la que tiene lugar.
Mucho ruido y pocas nueces. Reconozco que me daba un poco de repelús ver una peli donde dos tíos no paran de darse el filete. Como decía un colega del curro, "si John Wayne levantara la cabeza y viera así a dos vaqueros...". Pues era un poco eso, que no sólo se caía un mito, sino que no me molaba para nada la idea de dos tíos dándose cariño. Así que os doy el siguiente consejo: hay dos formas de ver "Brokeback Mountain. En terreno vedado": la primera es pensando que es la historia de amor de dos personas que no pueden hacerla pública por varios motivos (el qué dirán, que se trata de una cosa poco natural, que tienen familia, etc.) y la esconden como buenamente pueden; la segunda es viendo sólo a dos mariquitas que salen del armario y que hacen cosas que te dan repelús (tanto a nivel físico como a nivel emocional). Podéis elegir la que queráis. Si es la primera, supongo que conseguiréis disfrutar de "Brokeback Mountain. En terreno vedado" pero, si es la segunda, más vale que os ahorréis las algo más de dos horas que dura la peli. Yo tenía ganas de verla así que, aunque me da cosa la idea de que dos hombres se coman el morro, pues procuré convencerme de que, al fin y al cabo, también tienen derecho a a elegir la vida sexual que les apetezca. En fin, que me papé la peli y, como os decía al principio, tampoco es que sea la grandísima película que tenía la esperanza de que fuera.
Lo que es la película, resumiéndolo mucho, va sobre dos tíos que, después de descubrir que les gusta más el pescado de la carne, se pasan los siguientes veinte años tratando de controlar su homosexualidad, y procurando seguir viéndose sin que nadie se entere. Y, para que la peli no se acabe en media hora, le meten por medio todas las complicaciones con las que se encuentran. Ya está, no hay nada más. Lo malo es que, en vez de hacer de "Brokeback Mountain. En terreno vedado" algo más emocionante, emotivo, lacrimógeno o como lo queráis llamar, en vez de eso te encuentras con una peli demasiado larga y bastante tostón. Es como si hubieran querido quitarle toda esa emoción gratuita para contarte sin mucho romance la historia de amor de estos dos figuras. Eso sí, con mucho paisaje bonito, fotografía acojonante de esos pedazo de terrenos llenos de árboles y ríos, y mucha represión y lágrimas por parte de sus respectivas mujeres (sobretodo, cuando cada una se entera de que sus "hombres" pierden aceite). Pero, insisto, sin conseguir emocionar, lo que no deja de ser una lástima, porque podrían haberlo conseguido: fijaos en la segunda vez que los dos se van "de pesca", o cuando cada uno de ellos, se casa con su mujer o, incluso, cuando hacen lo posible por seguir con su rollo aunque tienen las responsabilidades de hijos, trabajos, reputación, etc.
Sé que puede ser repetitivo, pero en cierto modo me da rabia que desaprovechen esos momentos que les pone a huevo la historia para hacer que los dos te caigan un poco mejor. En lugar de ello, el que hace de Joker te acaba pareciendo un capullo integral que se caga mil en su mujer e hijas (pasa de recogerlas o llevarlas al colegio, de echarle una mano a su señora cuando ella va hasta arriba de cosas), y el príncipe de Persia te parece demasiado maricona para caerte bien (¡me vas a decir que estando casado con ese pivón de Anne Hathaway vas a preferir los rabos! Va, no jodas...). Así que, si le quitas el hecho de que los dos personajes centrales te caigan bien, le sumas una dosis de homosexualidad por aquí, y otra pizca de drama colateral -me ha quedado muy bien la frase, pero con eso me refiero a lo que sufre la familia de cada uno de estos dos palomos-, pues el resultado no es que te deje con el corazón en la mano, precisamente.
Por lo demás, "Borokeback Mountain. En terreno vedado" se hace demasiado larga. Hay trozos que sobran (la primera vez que los dos salen con las ovejas, se hace interminable hasta que pasa algo entre ellos, y cuando ya llevan un tiempo sin verse, la historia de cada uno te importa un pimiento porque estás esperando que pase algo emocionante de verdad), y otros en los que podrían haberse parado un poquito más (la reacción de las dos mujeres cuando descubren que sus maridos son gays, o lo que pasa cuando uno de ellos se entera de la muerte del otro, o cuando su hija le invita a su boda, por ejemplo). Aparte de eso, ya os digo, que mucha fotografía bonita, muchas ganas de demostrar lo mal que lo pasan por no poder estar juntos y una música que lo adorna todo a ritmo de country llorón (eso sí, mejor no pensar que Gustavo Santaolalla le "birló" el Oscar a John Williams con su banda sonora, que eso sí que hace que te entren ganas de llorar a moco tendido). Así que ni fu ni fa, de las pelis que ves y no te quedan ganas de verla de nuevo. A lo mejor si la pasan por la tele y no hay nada mejor.