jueves, 22 de marzo de 2012

CINE ACTUAL: "MYSTIC RIVER"

TÍTULO: MYSTIC RIVER

DIRECTOR: CLINT EASTWOOD

REPARTO: SEAN PENN, TOM ROBBINS, KEVIN BACON, LAWRENCE FISHBURNE, LAURA LINNEY, MARCIA GAY HARDEN, EMILY ROSSUM

DURACIÓN: 117 min.

AÑO: 2003

GÉNERO: DRAMA POLICIACO

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • De las anteriores ocasiones en las que hemos hecho referencia a actores / actrices que dejan de trabajar como intérpretes para dedicarse a la dirección cinematográfica –o que alternan funciones tanto delante como detrás de la cámara-, muy posiblemente sea el veterano Clint Eastwood quien se erige como figura de referencia para cualquier cineasta que se precie. Con más de cuatro décadas de carrera a sus espaldas como actor, Eastwood ha demostrado en repetidas (y premiadas) ocasiones que no hay nadie como él a la hora de contar historias, con independencia de la temática o el marco espacio-temporal en que éstas tengan lugar. Por fortuna, cada nueva película del genio estadounidense es recibida con gran expectación, convirtiéndose casi al instante en un film de referencia para ver. Cierto es que, a lo largo de los últimos años, Eastwood parece haber aceptado hacerse cargo de largometrajes de interés un tanto más discutible (obras como “Deuda de sangre – Blood work, 2002”, “Ejecución inminenete – True crime, 1999” o “Más allá de la vida – Hereafter, 2010” no es que fueran malas películas, pero sí distaban mucho de lo que cabría esperar) aunque, incluso en ellos, es fácil reconocer el correctísimo trabajo de un cineasta capaz de contar historias con una determinación y claridad meridianas. En el grupo de sus mejores trabajos como director, se encuentra el film que hoy comentamos, “Mystic River”, adaptación cinematográfica de la novela del escritor bostoniano Dennis Lehane, que Eastwood convirtió en un éxito rotundo de taquilla, y que supuso para los actores Sean Penn y Tim Robbins el Oscar como mejor actor principal y de reparto, respectivamente, por sus portentosas interpretaciones.


    Boston, hace unos cuantos años. Tres chicos juegan en la calle, hasta que un terrible suceso condiciona su amistad futura, y marca especialmente el futuro de uno de ellos. Años después, ya de adultos, cada uno ha seguido caminos muy diferentes. Jimmy Markum (Penn) es un hombre de negocios, casado con Annabeth (Linney) más conocido por los asuntos turbios en los que parece estar involucrado; Sean Devine (Bacon) se ha convertido en un reputado agente de policía de homicidios, con serios problemas conyugales; y Dave Boyle (Robbins), que está casado con Celeste (Gay Harden), aún sigue marcado por lo que le sucedió de crío. El camino de los tres vuelve a unirse cuando Sean se hace cargo, junto con su compañero Withey Powers (Fishburne) de un caso de asesinato, en el que la víctima no es otra que Katie (Rossum), la hija de Jimmy. Lo peor de todo es que las pistas parecen apuntar directamente a Dave.


    “Mystic River” es una película sensacional. En ella se combinan a la perfección tanto el drama (la pérdida de la inocencia, de un ser querido, de la imposibilidad de hacer frente a la vida sin dejar atrás el trauma, de problemas conyugales y paternales…) con el cine policiaco más trepidante (todo lo que envuelve la investigación del asesinato). Y todo ello queda recogido por la cámara de Eastwood con una sencillez y claridad pasmosas. Absolutamente todos los aspectos de una historia complicada a priori, se exponen de forma ordenada y con el ritmo preciso para conseguir no sólo que el espectador tenga claro lo que está sucediendo, sino también para que la intriga del argumento lo envuelva y capture hasta el final. De esta forma, ni los momentos más dramáticos del film se hacen pesados ni demasiado azucarados, ni la investigación policial agobia por ocupar la inmensa mayoría del metraje.


    A ello, hay que sumar las insuperables actuaciones de un reparto totalmente inspirado. Desde Sean Penn y Tim Robbins -ambos realizan las que, probablemente, sean las mejores interpretaciones de sus respectivas carreraas-, pasando por la corrección más absoluta de Bacon y Fishburne, y finalizando en los espectaculares tour de foce que ofrecen tanto Laura Linney (al dureza que refleja su personaje deja con la boca abierta) como Marcia Gay Harcen (el personaje más conmovedor de todos). A ello se le une el escenario natural tan inigualable que ofrece la ciudad de Boston que, en “Mystic River” casi parece actuar como un personaje más, haciendo complicado imaginar la historia teniendo lugar en otra localización (esos cielos fríos, los tonos grisáceos del agua, los imponentes parques, etc.).


    Así pues, en resumidas cuentas, “Mystic River” es una gran película, digna de ser disfrutada cuantas veces guste el espectador, y que nos recuerda que, en ocasiones, no hay nada como la veteranía de un enamorado del cine para convertir una historia intrascendente, en una auténtica maravilla de largometraje. Bravo, señor Eastwood.



  • MR. HYDE DICE:

  • “Mystic River” es la clara demostración de que Clint Eastwood es uno de los mejores directores que hay ahora mismo en activo. Y eso que el tío tiene más años que la tos, pero mira, ahí está, dejando claro que no hay género que se le resista. Tan pronto te hace una película del oeste como una de policías y ladrones, o te cuenta un drama de boxeo para, después, hacerte otra de guerra… ¡y en japonés! Con un par, sí señor. Pues aquí, adaptando un best-seller, el que fuera Harry el Sucio lo borda haciendo un peliculón como la copa de un pino. No he leído el libro en el que se basa (aunque sí alguna que otra cosa del mismo escritor), pero no creo que sea exagerado decir que la tiene toda la pinta de ser mucho mejor que la novela. Es perfecto prácticamente todo: las actuaciones (impresionantes desde la primera hasta la última), la dirección de Eastwood (firme y más clara que el agua), el montaje, la fotografía, la música… Vamos, que casi todo.


    Aparte de cómo está hecha, uno de los puntos fuertes de “Mystic River” es la intriga. No hay que olvidar que la peli es, al fin y al cabo, una historia de intriga, con asesinato de por medio que tienen que resolver, y del que no sabes qué ha pasado hasta el final. Eso sí, mientras lo investigan, estás atento a cualquier cosa que te ayude a poder adivinar qué es lo que ha pasado de verdad, a la vez que flipas con cómo actúan los tres protagonistas, cada uno con su trauma, que tiene mucho que ver con ese asesinato. Estos son los mejores momentos de todos, porque ves que, mientras se mantiene el misterio de la investigación, los tres antiguos amigos tienen cada uno su movida personal (el primero, la muerte de su hija; el segundo, superar lo que le pasó de crío; y, el tercero, hacerse cargo de la investigación mientras hace lo posible porque su mujer vuelva a casa).


    Además, sus respectivas mujeres, no se quedan atrás, sufriendo también como las que más. Y estos son otros de los momentos que se te quedan grabados de “Mystic River”. Por ejemplo, el diálogo final de Sean Penn con la que hace de su mujer, cuando ésta le dice que él es el hombre de la casa y que nunca debe dudar de hacer todo lo que sea necesario para asegurar el bienestar de su familia. La tipa suelta sus frases como si fuera la típica mamma italiana a lo “padrino”. Y, por supuesto, los dos momentazos que comparten Sean Penn y Tim Robbins: el primero, cuando están los dos sentados en el porche de casa de Penn, y éste empieza a llorar de impotencia por no haberle podido salvar la vida a su hija -cuidadín cuando dice que ya casi no puede seguir llorando por ella-, mientras el otro está todo serio; el segundo, cuando está los dos al borde del río, y a punto de pasar algo importante que no os voy a decir para no cagaros una de las sorpresas de la peli, pero atención aquí a Robbins, que es el que se luce especialmente.


    En fin, que tampoco merece la pena contar demasiadas cosas de “Mystic River”, porque lo mejor es verla sin saber demasiado de qué va la cosa y dejarse sorprender. Sólo quisiera insistir en que prestéis atención a todos los detalles. La solución final del asesinato puede parece un poco pillada por los pelos pero, si te paras a pensar, tiene su lógica clarísima. Y, sobretodo, atención al gesto final que hace Kevin Bacon durante una especie de procesión por las calles de Boston. Como os digo, “Mystic River” es una peli en la que cada momento parece hecho para gritar a los cuatro vientos que es importante (desde ése en el que Sean Penn descubre que la chica que han encontrado muerta es su hija, hasta cuando se descubre quién está detrás de su muerte) y que demuestra, por si a alguien aún le cabía alguna duda, que Clint Eastwood, a sus ochenta y pico años, es uno de los mejores directores que hay y habrá. Os la recomiendo de principio a fin. No os la perdáis.