lunes, 17 de octubre de 2011

CINE CLÁSICO: "DESAYUNO CON DIAMANTES"


TÍTULO: DESAYUNO CON DIAMANTES

DIRECTOR: BLAKE EDWARDS

REPARTO: AUDREY HEPBURN, GEORGE PEPPARD, MARTIN BALSAM, ALAN REED, JOSÉ LUÍS DE VILALLONGA, BUDDY EBSEN

DURACIÓN: 115 min.

AÑO: 1961

GÉNERO: COMEDIA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Basada en la novela homónima de Truman Capote, "Desayuno en Tiffany's" -traducción mucho más acertada que la que se le dio a la película en España-, este film supuso la consagración en el mundo del cine del inigualable Blake Edwards, y la creación de un verdadero mito en torno a su principal protagonista, la actriz Audrey Hepburn. Hepburn no sólo se convirtió en una de las actrices mejores pagadas del momento por su participación en "Desayuno con diamantes", sino que logró crear, a través de su personaje, todo un icono que ha sido considerado como referencia de la sofisticación y elegancia picarona desde el momento de su estreno.


    Paul Varjak (Peppard) es un aspirante a escritor que vive en Nueva York, donde vive a costa de los favores que le cede una mujer mayor y adinerada, con tal de disfrutar de la "compañía" del apuesto joven. Sin embargo, Paul, decidido a triunfar por sus propios medios, se muda a una finca diferente para poder concentrarse en escribir la obra que consiga encumbrarlo. Al llegar allí, conoce a una de sus nuevas vecinas, Holly (Hepburn), una joven tan hermosa como impulsiva e impredecible, que pondrá patas arriba el estilo de vida de Paul, consiguiendo, a la vez, desconcertarle y enamorarle.


    Según se ha comentado en más de una ocasión, "Desayuno con diamantes" es una adaptación mucho más amable e inocente que el original literal en el que se basa. Posiblemente, sea por ello que, desde que se estrenara -hace ahora la friolera de cincuenta años-, ésta se ha convertido en una referencia mundial de la comedia inocentona y de buenas intenciones, parte de cuyo mérito cabe también otorgárselo a un realizador que acabaría firmando algunas de las comedias más genuinas de la historia del cine.


    Sea como sea, de lo que no hay duda es de que "Desayuno con diamantes" es una película elegante y distraída, dotada de una fabulosa personalidad que la ha convertido no sólo en un clásico del cine, sino también en uno de los más reconocidos trabajos de su estrella principal (aunque Hepburn comparta protagonismo durante casi todo el largometraje con George Peppard, es incuestionable la facilidad con la que ésta se adueña por completo de la cámara en todas y cada una de sus planos). No obstante, la fama de "Desayuno con diamantes" no será la misma sin la aportación del compositor de su banda sonora, el inigualable Henry Mancini (verdadera alma del film). En pocas palabras, es la clase de película perfecta para disfrutar y sentirse bien o, simplemente, para disfrutar con una historia romántica entretenida, bien contada y de lo más amable.



  • MR. HYDE DICE:

  • Si no fuera porque "Desayuno con diamantes" está basada en la novela de Truman Capote, la película seguiría el mismo camino que todas esas otras que ya hemos dicho alguna vez que forman parte del grupo de pelis de "momentos". Vamos a ver, ¿quién no recuerda la imagen de una guapísima Audrey Hepburn cantando Moon River con una guitarrilla en el alféizar de una ventana? ¿O la típica imagen en la que aparece ella vestida de negro con un sombrero enorme o con una boquilla de fumar de medio metro? Pues algo así viene a ser la película, una serie de trozos a los que se les acaba cogiendo cariño, pero con un argumento que tampoco es nada del otro jueves (ni guarra de cómo es de fiel a la novela porque no me la he leído).


    También hay que reconocer que "Desayuno con diamantes" no deja por ello de ser una peli de lo más simpática. Aunque sólo sea por ver a George Peppard haciendo de gigoló antes de convertirse en el famosísimo Hannibal de "El equipo A". Digamos que la película cuenta ese tipo de historias románticas que hacen que, cuando acaba, tengas una sonrisa tontorrona en la cara pero que, si te paras a pensar un minuto, el hecho de que el rato se te haya pasado bien y rápido (importante), no quita para que, a los pocos días de haberla visto, ya te hayas olvidado de qué iba. A mí, sin ir más lejos, me ha costado un poco recordar de qué iba antes de empezar la crítica.


    Entre los momentos más divertidos, aparte de las interrupciones de ese vecino japonés al que interpreta un irreconocible Mickey Rooney, yo me quedaría con el momento en que Holly y Paul se meten en la joyería (la famosa Tiffany's del título en inglés) para intentar mangar alguna joya y cómo, cuando parece que los van a descubrir, se hacen los suecos disimulando de mala manera. O como cuando Holly se las ingenia, al principio de la peli, para engatusar a Paul y hacer con él prácticamente lo que le da la gana.


    Por lo demás, ya os digo que tampoco tiene tantas cosas que la hagan imprescindible. En todo caso, música chulísima de Henry Mancini (¡qué inspirado que ha estado este hombre toda su vida!) sin la que, hoy, "Desayuno con diamantes" no sería, ni por asomo, la mitad de recordada que es. Así que ya sabéis, si la pasan en uno de esos canales en que ponen pelis todo el día y véis que empieza, no lamentaréis dedicarle un rato a verla. Por cierto, ¿sabíais que el famoso momento en que Audrey Hepburn canta Moon River estuvo a punto de ser cortado porque decían que la secuencia era un coñazo? Casi ná, menudos espabilados...