- EL DR. JECKYLL DICE:
Obra maestra indiscutible del cine negro, "El tercer hombre" sigue siendo hoy en día un referente fundamental de cualquiera de los films policíacos y de intriga que se hicieron con posterioridad, cuya huella se puede encontrar en más de una propuesta que se ha paseado no hace mucho por las carteleras de los cines (me refiero a "El turista - The tourist, 2010").
La acción de la película arranca cuando un americano llamado Martins (Cotten) acude a la Viena ocupada por los aliados, en los primeros años de la posguerra. En lugar de reunirse allí con su amigo Harry Lime (Welles), súbitamente se entera de que éste ha fallecido. Sin embargo, lo que en un primer momento parece ser un golpe de mala suerte, acaba convirtiéndose en una trama de contrabando de sustancias tóxicas donde Martins no puede fiarse de nadie... ni siquiera de los muertos.
Como se puede observar, la trama corresponde perfectamente con las obras clásicas de cine negro de la época, entre las que también se podrían incluir otros títulos como "El halcón maltés - The Maltese falcon, 1941", "Laura - Laura, 1940" ó "El sueño eterno - The big sleep, 1946". No obstante, ¿qué es entonces lo que distingue a "El tercer hombre" de los títulos citados, u otros tantos similares? Tres cosas: la fotografía, la música y la secuencia de la noria. Vayamos por partes.
La fotografía de Robert Kraser (ganador del Oscar por éste trabajo) es, en una palabra, insuperable. Es impresionante cómo es capaz de convertir una ciudad como Viena en un nido de sombras, que la oscuridad de una esquina sea suficiente que alguien se esconda acechando, de hacer que una simple calle pueda parecer una trampa mortal, o que una persecución por el alcantarillado de la ciudad resulte trepidante.
La música, por su parte es, si me permiten el calificativo, misterioso. En lugar de decantarse por alguna de las famosas melodías tremendistas compuestas por Max Steiner o Alfred Newman, Anton Karas compuso una música simplísima que no pega en absoluto con las imágenes de la película, pero que dota al conjunto de un encanto harto desconcertante y agradable a la vez. Y, no obstante, más de medio año después, la melodía de "El tercer hombre" sigue siendo una de las más reconocidas.
Por último, mencionábamos la secuencia de la noria. Sin destripar nada del argumento, sólo mencionar que en la conversación que mantienen dos de los personajes en lo alto de una noria de parque de atracciones sobre la ética de decisiones que pueden afectar a la vida de otros seres humanos. No puedo decir más al respecto, o algo me dice que dejaré de caerles bien. Pero, si tienen ocasión de revisar este clásico indiscutible, pónganle especial atención a esta secuencia.
Por lo demás, poco más se puede decir que no se haya dicho ya. Véanla, disfrútenla y comprobarán cómo hay películas que, por mucho tiempo atrás que se hicieran, siguen siendo fabulosas.
- MR HYDE DICE:
A ver, sé que me gano el odio eterno del 99% de los cinéfilos al decir esto, pero "El tercer hombre" tampoco es para tanto. Eh, que nadie se equivoque, no digo ni mucho menos que sea un tostón. La peli está bien, pero una vez que la has visto, pues como que ya está, que tampoco es de las que te deja babeando.
Tiene cosas que están muy chulas, como esas sombras gigantes por las paredes de las calles de la ciudad, o momentos especialmente guapos: el gato que se escapa de la casa donde están los protagonistas para acudir fiel a los pies de... el tercer hombre, la escena en la feria que se mencionaba antes, o el plano final con Joseph Cotten esperando una eternidad junto a la salida de un cementerio a que llegue la chica. Como digo una cosa, digo otra: está hecha de que te cisclas. Es más, parece que Brian de Palma se la ha visto unas cuantas veces para rodas muchos de esos planos aberrantes que tanto le gustan a él en la mayoría de sus películas.
Eso sí, a Dios gracias, no han tenido la brillante idea de hacer una versión nueva en Hollywood, ya que sólo hubiera servido para cagarla con una aportación del todo innecesaria. Si tenéis ocasión de verla, la peli merece la pena, aunque no se encuentra en el top 5 de mis favoritas. No sé si será porque las he visto mejores, o porque la música que tiene será todo lo original que uno quiera, pero a mí me parece una cagada para una película de estas características (sería como ponerle música de vals a Rambo).
Pero, sea como sea, esto no es motivo para desprestigiarla. ¿Es una obra maestra del cine? Sí, sin ninguna duda. ¿Me parece un peliculón como la copa de un pino, digno de verse una y otra vez? Pues la verdad es que no, para qué nos vamos a engañar. Lo que, repito, no debe restarle mérito ni calidad a la película.
3 comentarios:
Esto es cine de verdad, con letras mayúsculas. ¡Qué peliculón! La fotografía en blanco y negro es sensacional, con los adoquines mojados de Viena y las sombras magistrales que crean un ambiente insuperable. Hay escenas que han creado un modelo que se repiten una y otra vez y no se agotan; por ejemplo el final en el que la chica pasa de largo ante Joseph Cotten y sigue sin girarse por aquel camino sin fin bordeado de árboles del cementerio. La música es bellísima y se confunde con la paícula y con Viena. Es una cinta perfecta.
Esto es supercine. Nada de efectos especiales. Arte en mayúsculas.
lo mejor que he visto nunca. Superior
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