domingo, 15 de mayo de 2011

CINE A DESCUBRIR: "CRUZANDO LA OSCURIDAD"



TÍTULO: CRUZANDO LA OSCURIDAD

DIRECTOR: SEAN PENN

REPARTO: JACK NICHOLSON, ANJELICA HOUSTON, DAVID MORSE, ROBIN WRIGHT

DURACIÓN: 115 min.

AÑO: 1995

GÉNERO: DRAMA


  • EL DR. JECKYLL DICE:

Antes de empezar a comentar la película, creo que hay una pequeña aclaración que debería ser tenida en cuenta. En los Estados Unidos, es frecuente que, en los barrios residenciales, (especialmente aquellos que tienen colegios en sus proximidades) uno se encuentre con la figura de lo que, en inglés, llaman el "crossing guard". Literalmente, el término se traduciría como el vigilante del cruce, que es como denominan a los hombres y mujeres (jóvenes y adolescentes, en muchas ocasiones), que se sitúan en las intersecciones de las calles de estos barrios más transitadas por coches, para, con la ayuda de una señal de stop, detener momentáneamente la circulación y, así, los niños puedan cruzar la calle.


Hecha esta aclaración, uno acaba entendiendo por qué el título original de "Cruzando la oscuridad" (tontería de título en español donde los haya), no es otro que "The crossing guard" ya que, en cierto sentido, es la figura de este improvisado controlador el catalizador de la historia que propone el largometraje: John Booth (Morse) es un hombre sale de la cárcel donde ha cumplido condena por el homicidio involuntario de una niña, a la que atropelló por accidente. Booth, que conducía borracho y no vio las señales de este "guardia de cruce" que le avisaba de que había pequeños cruzando la calle, acabó así con la vida de la hija de Frank (Nicholson) y Gale (Houston). Roto por el dolor, el matrimonio se acaba separando, y Frank se obsesiona con una única cosa: esperar el momento en que Booth salga de la cárcel para cobrarse su venganza, matándolo.


Sean Penn, excelente actor donde los haya, que había debutado en la dirección de largometrajes a principio de los 90 con "Extraño vínculo de sangre - The indian runner, 1991", partió de un guión propio para desarrollar el que sería su segundo proyecto tras las cámaras. Para ello, consiguió reunir de nuevo a Jack Nicholson y Angelica Houston, quienes habían compartido cartel (y romance fuera de la pantalla) diez años atrás en "El honor de los Prizzi - Prizzi's honor, 1985", y lograr que su interpretación de un matrimonio deshecho por el dolor y la impotencia resulte tremenda.


Nicholson ofrece una performance muy intensa, alejada de los histrionismos de la mayoría de sus personajes, en la que, con un solo gesto, es capaz de transmitir esa angustia que le supone la desaparición de su hija, y el ansia de venganza. Por su parte, Angelica Houston, al contrario que Nicholson, aporta a su personaje una dureza exterior que para nada tiene que ver con lo que se esconde por dentro, donde el sentimiento de la madre que fue en su día la asfixia casi por completo (mientras que su ex-marido se refugia en el falso consuelo de las salas de striptease y prostitutas para acallar su dolor, ella acaba casándose de nuevo, pero mostrando una ausencia casi total de emociones - baste recordar la secuencia en que él la visita en la nueva casa de ella, donde vive con su nuevo marido, y le confiesa a bocajarro su plan de venganza).


Sin embargo, Penn no plantea el film como una mera descripción de la tragedia de un matrimonio que pierde a su hija, sino como un canto al perdón. Y ahí es donde entre en juego el debate sobre el largometraje. Muchos podrían pensar que el tema central del mismo es la venganza, el ajuste de cuentas entre dos personajes que colisionan con una fuerza brutal. Por suerte, la cosa no es tan sencilla. Si bien el personaje de Frank está obsesionado con dar muerte al asesino de su hija, para lo que prepara a conciencia su vendetta y aguarda paciente el momento de ejecutarla, no sería correcto tomar dicho tema como el tema central de la película, pues lo que trasciende a todo ello es la dificultad de perdonar a quien te ha herido de forma tan profunda. Y es precisamente en esto, donde, arropado por unos actores a cada cuál más brillante, el largometraje de Sean Penn da en el clavo de forma casi magistral.



  • MR HYDE DICE:

Pues sí, yo pensaba que "Cruzando la oscuridad" iba a ser la típica peli en que un tipo se quiere cargar a otro y se pone a planificar la mejor forma de hacerlo. Algo así como hacía Robert de Niro en "El cabo del miedo - Cape fear, 1991". Cuando llevas cinco minutos viéndola, piensas que no, que la cagaste burlancaster, y que lo que te esperan son casi dos horas de lloros y lamentos por la pérdida de un ser querido. Pero cuando ya has estado media hora frente a la pantalla, tienes claro que tampoco, que los tiros no van por ahí.


¿Y por qué sucede esto? Pues porque en la peli de Sean Penn (el tío no sólo es un crack actuando, sino que dirigiendo también tiene lo suyo que decir) no todo es blanco o negro: Nicholson no es el típico vengador callejero (de hecho, el tío está hecho una mierda, roto por todos los lados y con unas pocas ganas de seguir respirando que tira p'atrás), al igual que el que atropella a su hija no es el clásico convicto que está orgulloso de sus actos. De hecho, es impresionante el tremendo sentimiento de culpabilidad que arrastra durante toda la película.


Pero lo que de verdad hacer que te enganche la película es ver cómo va evolucionando la situación. Me explico, al comienzo, Nicholson daría el cataplín derecho por poner al asesino de su hija criando malvas. No obstante, a medida que va avanzando la peli, ves que no sólo no quiere tener que hacerlo, sino que sufre aún más cuando se lo para a pensar bien.


Desde luego, "Cruzando la oscuridad" no es la típica película que uno se pone a ver para pasárselo pipa. De hecho, es dura y te plantea un dilema moral considerable: ¿qué harías tú si tuvieras la ocasión de cargarte al joputa que le arrebató la vida a tu hija? ¿Y qué harías si, con todo ello, vieras que esta persona, en realidad, sufre casi tanto como tú por la pérdida? ¿O si tuvieras la ocasión de seguir viviendo con ello y con posibilidad de acabar encontrando un poco de paz? No son preguntas fáciles a responder. Lo que sí os puedo decir es que la conclusión a la que llega la peli a mí me encantó. No sólo la considero acertada, sino que pienso que, dentro del abanico de posibles finales disponibles, posiblemente sea la más positiva y esperanzadora. Por ello os invito a verla y que me deis, o no, la razón.






3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pelín larga la película pero con actores enormes. Balance positivo.

Anónimo dijo...

Es una película sorprendente. Y hace pensar mucho. El tema de la venganza y el perdón planea a lo largo de los minutos de toda la cinta. Lo que, al principio, parecía claro, se empieza a tambalear cuando se establece el contacto personal. Creo que es una centa excelente.

Unknown dijo...

Maruxa Oñate Español. Doctora en Psicología Clínica.

Escribí un articulo sobre el Perdón, leí muchos artículos de psiquiatría, Filosofía, Clínica. Sobre todo a P. Ricoeur y a Hannah Arendt todos sobre el perdón.
He grabado el artículo y como estaba en la Otra, también la grabé. Necesito verla otra vez. De entrada sólo que es impactante ante el buen director y los pedazos de personajes en distintos papeles que estamos acostumbrados a verlos.

Por supuesto también en mi haber como en el de todos, hay mucho para perdonar. Desde la profesión es necesario el Perdón para que no nos destruya el rencor, pero dudo de mi reacción o mi sentir ante lo profundo, aunque lo hay de forma similar.
Cuando la vez dos vece le vuelvo a escribir. Creo que podré llegar algo más adentro. Porque para decir banalidades no lo hago. Un saludo y paso su blog a mis favoritos con su permiso. Un saludo afectuoso y lo que sí le digo es que la aconsejaré a todo profesional clínico y a toda persona que por un u otro motivo sientan culpa. Quizá sepan y todos en un poco sepamos llevarla a nuestra vida porque todos tenemos un poco de agresor-victima y un poco o mucho de culpa... Por aspectos de nuestras vidas y la de nuestros pacientes. Escribí un cuento en el que finalizaba diciendo que para elegir a un clínico que sepa evaluar su propio dolor y el dolor de sus pacientes; aquí en la película también existe el sentimiento de culpa del agresor. En cuanto pueda le contesto, un saludo Maruxa Oñate Español Doctora en Psicología Clínica Nº de colegiada M-1407 correo electrónico: Maruxita@telefonica.net Otro saludo afectuoso Maruxa