TÍTULO: UN PLAN SENCILLO
DIRECTOR: SAM RAIMI
REPARTO: BILL PAXTON, BILLY BOB THORNTON, BRIDGET FONDA, BRENT BRISCOE, GARY COLE
DURACIÓN: 120 min.
AÑO: 1998
GÉNERO: DRAMA POLICIACO
- EL DR. JECKYLL DICE:
Una película como "Un plan sencillo" no deja indiferente. Ya sea por la sensación de desasosiego que uno tiene cuando empiezan a salir los créditos finales, o por la reflexión que se puede hacer después acerca de cómo hubiéramos actuado cada uno de nosotros de habernos encontrado en lugar de los tres personajes principales.
La película da comienzo cuando dos hermanos, Hank (Paxton) y Jacob (Thornton), junto con un amigo íntimo suyo (Briscoe) encuentran, en las afueras del pueblo en el que viven, una avioneta estrellada en la nieve, en cuyo interior hallan una bolsa con cuatro millones de dólares. Tras discutirlo, deciden no avisar a nadie del descubrimiento y guardar el dinero para poder disfrutarlo más adelanta. No obstante, la llegada al pueblo de unos agentes del FBI hará que los la decisión de estos tres personajes no acabe siendo la más acertada.
Es llamativo que haya sido precisamente Sam Raimi, un director que en ocasiones sirve tanto para un roto como para un descosido, quien haya demostrado una solidez y madurez narrativas tan grandes como para plasmar esta historia de codicia, traición y muerte. Y es que, antes de enfrascarse en la realización de los tres primeros largometrajes de "Spiderman, 2002 - 2004 - 2007), Raimi había hecho su aportación a géneros cinematográficos como el western ("Rápida y mortal - The quick and the dead, 1995"), el género fantástico ("Darkman - Darkman, 1990"), el romántico ("Entre el amor y el juego - For love of the game, 1999"), o el de terror ("Premonición - The gift, 2001"), aunque no en todas estas propuestas el resultado se encontraba a la altura de lo que podían haber acabado siendo.
Por fortuna, contando con un guión tremendamente sólido (adaptado por el propio autor de la novela en que se basa), con unas actuaciones más que correctas, y con una ajustada planificación, Raimi desarrolla un complejo laberinto en el que los personajes van creando tremendas bolas de nieve cada vez más gordas con las mentiras que inventan para justificar sus decisiones, hasta que el tamaño de esa bola es tan grande que acaba reventando.
Tampoco es que resulte extraño imaginar un final un tanto desolador para la historia. De hecho, el propio Raimi ya se encarga de hacer que el espectador empiece a intuir un desenlace cierto fatídico (ese plano inicial con los cuervos rondando el lugar del accidente de la avioneta, las miradas de desconfianza de los tres personajes desde el momento que deciden quedarse el dinero...), así como de dosificar con astucia la presión que cada uno de los protagonistas acaba sintiendo sobre sus espaldas (Hank la que le supone la posibilidad de una vida mejor para su mujer y su hijo recién nacido, para Jacob la duda de si lo que están haciendo es lo correcto, y para Lou tan sólo el ser más rico).
En definitiva, "Un plan sencillo" es una película muy sólida y directa. Tal vez peque de acusar una cierta frialdad en su planteamiento y en el desenlace, lo que no es motivo, en absoluto, para restarle calidad al resultado. Más bien al contrario, ojalá se hicieran películas con planteamientos como éste más a menudo.
- MR HYDE DICE:
¡Vaya tela, qué película! A vosotros no sé, pero a mí me gusta que una peli me sorprenda y me ofrezca algo más de lo que esperaba en un principio. Pero es que, si además luego hace que le estés dando al cocotero, pues como que mejor. ¿Sabéis esa impresión, cuando uno ve una peli y, sin necesidad de controlar mucho de cine, sabe que ha visto algo realmente bueno? Vale, pues éste es uno de estos casos, además de la sensación que tienes de haber estado apretando el ojete durante sus últimos 30 minutos.
"Un plan sencillo" hace que te plantees cosas como hasta qué punto puedes llegar a convencerte tú mismo de que hacer algo ilegal y poco ético es bueno. En la peli, a los protas no les cuesta mucho encontrar un motivo válido por el que quedarse un montón de pasta que les ha caído del cielo, en todos los sentidos. Pero lo chulo del asunto es que te enseñan las consecuencias fatídicas que pueden tener estas decisiones, cuando ya sabes de antemano que, al tomarlas, no te puede esperar nada bueno.
El final, desde luego, te deja clavado. No sólo por el tufillo shakesperiano que desprende (me sorprende que Jeckyll no haya hecho referencia a esto), sino porque te acaba pareciendo hasta bien que cada uno reciba su merecido, aunque sea cierto que alguno acaba recibiendo más de lo que se merece.
Pero vamos, que no es una peli para ver en familia un fin de semana, pero que sí es recomendable ver en alguna ocasión para disfrutar del buen cine. Y más si, como ya he dicho, te desafía a debatir más tarde qué hubiera acabado haciendo cada uno. Qué le vamos a hacer, no sólo de Rambo y machomovies vive el hombre.
1 comentario:
Vaya, en la vida había oido hablar de esta peli, me pica el gusanillo de verla. Espero que me guste si no te parto las piernas.....que se donde vives!!!
apda
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