lunes, 27 de junio de 2011

CINE CLÁSICO: "EL GOLPE"



TÍTULO: EL GOLPE


DIRECTOR: GEORGE ROY HILL


REPARTO: ROBERT REDFORD, PAUL NEWMAN, ROBERT SHAW, CHARLES DURNING


DURACIÓN: 125 min.


AÑO: 1973


GÉNERO: POLICIACO









          • EL DR. JECKYLL DICE:

          Contanto muy pocas excepciones, es resulta fácil encontrar en la historia del cine una película capaz de mantener el suspense a la misma altura que la elegancia como lo hace "El golpe". Estrenada en un año de fuerte competencia a nivel artístico y comercial (tengamos en cuenta que 1973 también fue el año que se estrenó "El exorcista - The exorcist, 1973" o "American Graffitti - American Graffitti, 1973"), la película protagonizada mano a mano por Paul Newman y Robert Redford supuso un punto y aparte en cuanto a los twist finales, consiguiendo así no sólo sorprender a un público incapaz del todo de anticipar su sorprendente final, sino también dejar un sabor de boca de lo más agradable.


          George Roy Hill debía ser de sobra consciente del fabuloso material que tenía entre manos, y del enorme jugo que le podía sacar a esta historia de timos y estafas. No en vano, uno de los mayores éxitos de su carrera lo había filmado unos años antes, y con el mismo dúo protagonista de actores (evidentemente, estamos hablando de "Dos hombres y un destino - Butch Cassidy and the Sundance Kid, 1969"), por lo que conocía la inagotable química que existía entre ellos, tan bien como que eran capaces de levantar ellos solos una película de complejo argumento y giros imprevisibles, sin perder una sola pizca de atractivo, originalidad y, sobretodo, fabulosa elegancia.


          El impagable guión escrito por David S. Ward da comienzo con la presentación de Johnny Hooker (Redford), un timador del tres al cuarto cuyo compinche es asesinado por orden de un banquero mafioso llamado Lonegan (Shaw). Movido por la venganza, decide buscar y asociarse con Henry Gondorff (Newman), antiguo amigo del difunto y experto en el arte de la estafa con el juego. Juntos, comienzan a preparar el "golpe perfecto" con el fin de vengar a su compañero muerto, sustrayéndole una importante cantidad de dinero a Lonegan. Sin embargo, aunque las apariencias parezcan indicar una cosa, nada acaba pareciendo lo que es...


          "El golpe" es una película soberbia. Además, resulta curioso que, datando de mitad de los años setenta, la acción la quisieran enmarcar en el Chicago de los años 30. Sin duda, este marco espacio-temporal ofrecía unas ventajas inigualables para el desarrollo de la acción aunque, no obstante, también acaba sirviendo de excusa para que el largometraje haga gala de un estilo magnífico y calculado hasta el detalle para darle el esplendor perfecto a la historia. En "El golpe", prácticamente todo rezuma elegancia, desde el sofisticado tinglado que montan Hooker y Gondorff, hasta los escenarios más lúgubres de la ciudad. Y el complicado entramado de la historia se acaba desarrollando con una habilidad pasmosa, haciendo que hasta el más mínimo detalle resulte creíble en esta genial reconstrucción de timo perfecto.


          Por otra parte, tanto Redford como Newman se pasean por el film en un estado de gracia perpetuo, haciendo de las muchas escenas que ambos comparten un auténtico deleite para el espectador. Da gusto verles trabajar juntos, no sólo por los magníficos papeles que ambos interpretan, sino porque resulta evidente que tanto uno como otro se lo pasaron de maravilla actuando en la película, cosa que el público acaba notando y agradeciendo. Y todo ello por no hablar del resto de elementos que contribuyen a hacer de "El golpe" la obra maestra que es: decoración, vestuario, música (fabulosa hasta la médula la adaptación de la melodía The Entertainer, compuesta por Scott Joplin) y, sobretodo, guión.


          En "El golpe" no hay puntos débiles que señalar. Tal vez, alguien pueda señalar que las piezas de este magnífico puzzle encajan porque los responsables del mismo quieren que así sea, sin dejar un mínimo resquicio al azar. Pero, por fortuna, estamos hablando de cine, y de la magia que éste conlleva por lo que, si el público se acaba creyendo lo que le muestran, no tiene por qué ser de otro modo. En fin, lo dicho, sin duda, se trata de una auténtica obra maestra.



          • MR. HYDE DICE:

          Qué buena es la jodia... Mira que tiene ya sus años, y que la han puesto veces por la tele. Pero nada, no hay vez que no la pasen que no me quede enganchado, con las mismas ganas de dejarme sorprender que la primera vez que la vi. La historia es cojonuda, los golpes de efecto y las sorpresas (que las tiene, y a punta pala) te dejan flipado, y la amabilidad que parece desprenderse de cada fotograma hace que te quedes viéndola con una sonrisa tonta en la cara de la que casi no te das cuenta hasta que ya han empezado a salir las letras del final.


          Si tuviera que señalar uno sólo de los momentos memorables de la película, creo que acabaría contando la película entera. Por supuesto, el final es de las que más acaba recordando uno, aunque ya digo que no será por momentos inolvidables: la partida de cartas a bordo del tren, la preparación del timo, la improvisación de la oficina del contable / corredor de apuestas, la inesperada aparición del teniente Snyder (Durning), que va persiguiendo al chorizo al que interpreta Robert Redford... En fin, lo dicho, que como me arranque os la acabo contando entera.


          Además, una cosa curiosa de "El golpe" es que, a pesar de los añetes, al estar ambientada en la época dorada de las mafias de principio de siglo pasado, y tener un estilo visual tan refinado, no te da la sensación de que la peli sea más vieja que el jabón, sino más bien al contrario, que parece envejecer igual que el buen vino.


          En fin gente, pues eso, que "El golpe" es una película imprescindible, que entretiene, divierte, mantiene en tensión durante los momentos justos, y acaba siendo una de las primeras películas que, justo antes del final, te dan la sorpresa del siglo que ningún lumbreras de turno que no la haya visto es capaz de adivinar. De 10.





          1 comentario:

          Anónimo dijo...

          Las obras maestras no pasan de moda. Sigue resisitiendo estupendamente el paso del tiempo. Se nota que el Redford y el Newman se lo pasaron pipa. Divertidísima