lunes, 6 de junio de 2011

CINE CLÁSICO: "SER O NO SER"


TÍTULO: SER O NO SER

DIRECTOR: ERNST LUBITSCH

REPARTO: CAROLE LOMBARD, ROBERT STACK, JACK BENNY, FELIX BRESSART, STANLEY RIDGES, SIG RUMAN

DURACIÓN: 95 min.

AÑO: 1942

GÉNERO: COMEDIA

  • EL DR. JECKYLL DICE:

Hoy hablamos de la que, posiblemente, sea la obra maestra de cine clásico de comedia. El gran cineasta germano-ruso, cuya filmografía resulta tan rica como curiosa (filmó más de cincuenta películas, pero sólo tres más después de rodar "Ser o no ser", su obra maestra), hizo gala de un agudísimo sentido del humor para retratar con un sentido del humor fascinante un tema tan trágico como la invasión de Polonia durante la Segunda Guerra Mundial. Semejante punto de partida no sólo resultaba de lo más actual por aquel entonces - tengamos presente que la película se estrenó en 1942, a penas un par de años antes del inicio de este conflicto bélico -, sino que, como alemán, afectaba de lleno a la visión que Lubistch tenía del tema. Bien, pues ello no fue impedimento para que el talento de este realizador le permitiera crear una de las mejores comedias de todos los tiempos, tan divertida como inteligente.


La acción da comienzo en Polonia, durante los años previos a la ocupación nazi. El profesor Siletski (Ridges) es un traidor al servicio del Reich quien, aprovechando su condición de espía, tiene la intención de delatar un buen número de posiciones y grupos aliados para que la gestapo los pueda capturar y desarticular. En medio de este panorama de incertidumbres políticas, el teniente Sobinski (Stack) descubre los planes del profesor, por lo que trata de detenerle. Sin embargo, el teniente, mientras investiga, queda prendado de Maria Tura (Lombard), una actriz de teatro de una compañía de cómicos de poca monta que está casada con el también actor Joseph (Benny), un actor curtido en los escenarios y con un temperamento de lo más celoso. Con la ayuda de toda la compañía de cómicos, Sobinski idea un plan para hacerse pasar por los espías alemanes nazis y, así, no sólo impedir los planes del profesor, sino desarticular las redes de espionaje.


Tal argumento, que podría formar parte del numeroso grupo de películas sobre espías alemanes y héroes de las fuerzas aliadas que tan famosas se hicieron en la década de los 60 y 70, es transformado en una set pièce extraordinaria, donde las situaciones de confusión se suceden casi constantemente, y donde el ingenio de los protagonistas permite al espectador, no sólo estar en tensión ante la duda de si lograrán alcanzar con éxito su objetivo, sino también reírse a gusto con las ocurrencias de los cómicos - totales inexpertos en temas de espionaje - para poder salirse con la suya.


Así pues, aparte de los chistes fáciles que también se suceden a lo largo de la película (el actor que interpreta a Hitler en el teatro entrando e una habitación y respondiendo al saludo de Heil Hitler con un "Heil, yo mismo"), "Ser o no ser" hace gala de magníficas secuencias cómicas en que los actores teatrales le toman el pelo una y otra vez al despiadado coronel nazi (Ruman) - especialmente, todos y cada uno de los momentos en que Maria trata de seducirlo para salir de más de un apuro, a cada cuál más divertido -.


En resumidas cuentas, "Ser o no ser" es una película para la que parece no haber pasado el tiempo. A diferencia de otros largometrajes, productos de las modas del momento (estoy pensando en el "El graduado - The graduate, 1967", que comentamos hace un par de semanas), vista hoy "Ser o no ser" sigue manteniendo la frescura del humor bien hecho, de las gracias que sí tienen gracia (la de supuestos cómicos del panorama actual que deberían aprender de esto), y de la demostración de que, con talento, salen obras redondas.



  • MR. HYDE DICE:

No sé qué me parece más raro, si que una peli que tiene más años que cascorro sea divertida, o que te acabes partiendo la caja con cosas que tienen que ver con los nazis (y os lo digo yo, que ese tema me da un poco de yuyu). Así a bote pronto, cuando te sueltan que te partes el culo con una peli del año 42, pues como que, de entrada, lo dudas bastante. Más que nada porque no eres capaz de imaginar qué bromas pueden tener los colegas de hace casi 70 años que te pueda hacer reír a ti. Pues fíjate tú, que va y sí, que la peli te hace gracia. Y no sólo eso, sino que la acabas encontrando de lo más interesante y divertida. Será eso que el pedantillo de arriba llama "talento". Yo no sé si será ese talento o no, pero sí que te puedo decir lo que me gusta y lo que no. Y, en el caso de "Ser o no ser", pues sí, me moló un huevo.


Además, supongo que, para la época, tenía el añadido de la atracción que suponían los actores para el público. La Caroline Lombard esa no sé quién es, pero si la buena señora estaba fuera de la pantalla igual de imponente que dentro, imagino a los americanos aullando como coyotes al verla en las escenas de más "nervio" de la película. Por su parte, el payo que hace de actor marido de la tía buena (que no me acuerdo de cómo se llama), lo hace de coña, con esas caras que le pone al militar que va a ver a su mujer cada vez que él se pone a recitar el monólogo de Shakespeare (donde el famoso "ser o no ser" actúa a modo de contraseña entre los dos), o como cuando se da de morros con los nazis auténticos y le echa un buen par para hacer que se crean toda la farsa.


"Ser o no ser" es divertida, muy divertida. Tal vez no constituya el ejemplo de película en la que te descojonas desde que empieza, pero ya os digo que sí te lo pasas de coña con todas las situaciones tan caóticas que montan para evitar que los nazis se salgan con la suya. Es un festival de ingenio y de interpretación - yo, personalmente, no entiendo cómo no se partían el ojete entre toma y toma -, que hace que ver una peli como ésta, aunque sea del año de maricastaña, sea un auténtico placer. Os la recomiendo, palabrita del Niño Jesús.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una obra maestra. Me parece admirable que alguien pueda hacer humos con un tema tan remendo. Se ríe de los nazis como en Ninotschka se reirá de los comunistas. Dos dictaduras despiadadas, coincidentes en sus extremos. El talento no se puede ocultar y Lubitsch lo tenía por toneladas. Genial.

Anónimo dijo...

Lo mejor de lo mejor. Tratar temas tan áridos y difíciles con tanto humor y sin herir a nadie. Es fabuloso el director, los intérpretes y de una valentía tremenda. Faculoso film.