TÍTULO: EVA AL DESNUDO
DIRECTOR: JOSEPH L. MANKIEWICZ
REPARTO: BETTE DAVIS, ANNE BAXTER, CELESTE HOLM, THELMA RITTER, GEORGE SANDERS
DURACIÓN: 135 min.
AÑO: 1950
GÉNERO: DRAMA
- EL DR. JECKYLL DICE:
La fama que alcanzó en el momento de su estreno "Eva al desnudo" vino tanto precedida por el auténtico aluvión de premios que recibió, como por el tremendísimo tour de force que Mankeiwicz logró obtener de cada uno de sus actores. Además, no era frecuente que una historia se desarrollara de una forma tan realista y clara en las entrañas de un espectáculo tan prestigioso como es el teatro. Es aquí donde este largometraje aprovecha cada una de sus bazas, ya que el mismo mundo del teatro acaba siendo un marco excelente en el que el espectador pudo conocer las intrigas y conspiraciones que esconde, y el realizador pudo criticar y, hasta cierto punto, satirizar este mismo mundillo. Por fortuna para los espectadores, el resultado fue, en una palabra, insuperable.
La historia comienza con una breve introducción, a partir de la cuál se desarrolla un enorme flashback que abarca la inmensa mayoría del resto del metraje. En el comienzo de éste, aparece Eve Harrington (Baxter), una mujer obsesionada con su ídolo teatral, la actriz Margo Channing (Davis), a quien acaba conociendo gracias a la mediación de la mejor amiga de ésta (Holm). No obstante, una vez se ve dentro de un círculo de artistas y actores teatrales tan reconocidos, Eve no se conforma con ser una confidente más, sino que comenzará una titánica y desenfrenada carrera para hacerse con la admiración y prestigio de todos cuantos la rodean, aunque ello implique sabotear y pasar por encima de quienes en un principio la acogieron de forma tan altruísta.
"Eva al desnudo" es uno de los gratos ejemplos de cine clásico en que las actuaciones, soberbias todas ellas, se encuentran a la altura de un guión prácticamente insuperable. De hecho, ahora mismo, junto con "Vencedores o vencidos - Judgement at Nuremberg, 1961", es de los pocos casos en que recuerdo un equilibrio tan perfecto entre ambos elementos. Las réplicas de Bette Davis, así como los punzantes diálogos de Anne Baxter son magistrales. De hecho, cuesta creer que ambas artistas estén actuando, y que no estemos asistiendo a un retrato totalmente verídico de la ambición descontrolada de una mujer por alcanzar el éxito más absoluto gracias a sus constantes traiciones, mentiras, chantajes y tretas de lo más despreciable. Es más, el realismo de las situaciones casi acaba por asustar. Todo esto, evidentemente, es gracias, como ya decíamos, a una dirección impecable de Mankiewicz (aún le faltaban unos cuantos años para embarcarse en su mastodóntica "Cleopatra - Cleopatra, 1963") pero, sobretodo, a un casting formidable, y a un guión digno de todas las alabanzas habidas y por haber.
A pesar de los años, el tema que propone "Eva al desnudo" continúa siendo plenamente actual. De hecho, hay quien, no sin cierta razón, ha llegado a comparar este largometraje con otros de temática similar como "El precio del poder - Scarface, 1983" o "Wall Street - Wall Street, 1987", si bien, cada una a su modo, acaban por explorar un sendero similar en que sus protagonistas son capaces de todo para ser los números uno y como, una vez alcanzada su codiciada posición, les acaba llegando la inevitable caída. Y esto, el film de Mankievicz lo supo reflejar como pocos, demostración de que, en efecto, no sólo estamos ante una película fantástica, sino ante una obra maestra.
- MR. HYDE DICE:
La única razón por la que decidí ver "Eva al desnudo" fue porque me picaba la curiosidad por ver cómo era la película que, junto con "Titanic" había conseguido más nominaciones a los Oscar en la historia. Que algo así pase ahora, ya es chunguete, pero que sucediera hace más de sesenta años, ya tenía que ser la leche. Y lo cierto es que, posiblemente catorce nominaciones sean un pelín exagerado, pero de lo que no hay duda es de que "Eva al desnudo" es una película muy buena. A pesar del blanco y negro y de que ya arrastre su más de medio siglo a cuestas, la peli es un retratro brutal de la avaricia del ser humano, y de cómo ciertas personas son capaces de pisotear y pasar por encima de quien haga falta con tal de salirse con la suya, y alcanzar el éxito.
Las actuaciones de todos los intérpretes, en especial de las mujeres, son asombrosas. Bette Davis -a mí esta señora me da un poco de repelús- está de premio. Anne Baxter -a la que no conocía antes de haber visto esta película, y que en ella logra poner unos ojos de cordero degollado únicos para, momentos después, ser la zorra más grande de la función-, para quitarse el sombrero. Celeste Holm y Thelma Ritter recitan sus diálogos como si fuera la cosa más normal del mundo, como si de verdad se hubieran transformado en sus respectivos personajes. Y los actores masculinos, todos ellos de lo más correcto, alcanzan su cénit con un socarrón George Sanders, que acaba siendo más espabilado de lo que todos piensan.
Eso sí, si hay algo que me ha sorprendido de "Eva al desnudo" (y bastante, por cierto) es la actualidad del tema. Da igual que la peli sea en blanco y negro, o que los actores haga ya tiempo que pasaron a mejor vida, porque el viejo relato de la persona que malmete para salirse con la suya y alcanzar sus aspiraciones a cualquier precio, sigue tan actual ahora como entonces. Así, esta peli es, por encima de todo, un retrato acojonante de la ambición desmesurada, y de las consecuencias que acaba teniendo para con uno mismo y con los demás. Y si no, no hace falta más que ver el final de la película, con esa historia que vuelve a comenzar.
Puede que el hecho de situar la acción en medio de los estrenos teatrales de mitad del siglo pasado fuera de lo más actual en su momento, y que ahora ese marco escénico esté un pelín desfasado. Pero, de lo que no cabe duda, es de que las reacciones y formas de comportarse de los personajes te deja flipado, ya que acaban teniendo conversaciones y hablando de cosas que bien podrían trasladarse al momento presente sin que a nadie le extrañara un pimiento.
En fin, por dejarme ya de rollos, que la peli merece mucho la pena. Sé que no es del cine clásico que más se suele pasar por la tele, pero si tenéis ocasión de conseguirla por cuatro duros en la sección de ofertas, o la ponen en alguno de esos canales de cine más viejete, haced lo posible por verla. Ya os digo yo que os gustará.
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