TÍTULO: EL PACTO DE LOS LOBOS
DIRECTOR: CHRISTOPHE GANS
REPARTO: SAMUEL LE BIHAN, MARK DACASCOS, VINCENT CASSEL, MONICA BELLUCCI, EMILIE DEQUENNE, JEREMIE RENIER
DURACIÓN: 140 min.
AÑO: 2001
GÉNERO: AVENTURAS
No es la primera vez que el cine francés, al igual que la literatura, decide centrarse en temáticas pseudo misteriosas y fantásticas enmarcadas en los bellísimos parajes de Gévaudan. Aunque sí sea una de las pocas ocasiones en que nuestros vecinos galos han combinado, en un mismo largometraje, acción y fantasía con unos resultados tan equilibrados como satisfactorios. Presentada como la gran súper producción de su año, "El pacto de los lobos" representa un ejemplo estupendo del cine de aventuras más entretenido, a la vez que se cuida un aspecto fundamental que acaba por separar una buena película de otras más del montón: la historia, y la forma de visualizarla.
En lo referente a la historia, ésta da comienzo con una serie de brutales muertes en la región de Gévaudan, en la mitad sur de Francia. Según se afirma, la causante de semejantes sucesos es una bestia malvada que amenaza la vida de los habitantes de la zona. Por este motivo, es requerida la presencia de Grégoire de Fonsac (Le Bihan), un caballero especializado en este tipo de sucesos, a quien siempre acompaña el guerrero indio Mani (Dacascos). Una vez en la región, a pesar de que buena parte de la población (cabecillas políticos locales incluídos) no ve del todo con buenos ojos su intromisión, comienzan a investigar. En el trascurso de sus descubrimientos, Fonsac se sentirá atraído tanto por Marianne (Dequenne), la hija de uno de los nobles locales, como por Sylvia (Bellucci), una prostituta de lujo local, e intrigado por el comportamiento de Jean-François (Cassel), otro de los mandatarios locales, quien parece callar mucho más de lo que dice saber.
Con una perspectiva clara de cómo quería que fuera su película, el director, Chrispothe Gans, logra combinar acertadamente el estilo más clásico de los largometrajes de misterio con el ritmo más "moderno" de las escenas de acción. Sin embargo, cuando hacemos mención a ese aspecto "moderno" no nos estamos refiriendo a extrañas mezclas de épocas y anacronismos (más propios de otros largometrajes como "Destino de caballero - A knight's tale, 2001"), sino a la planificación y ejecución de determinadas escenas que contribuyen, de forma evidente, a aumentar lo trepidante del relato en favor de éste mismo. Así pues, destacan en el conjunto secuencias como la de la llegada de Fonsac y Mani a Gévaudan, cuando el segundo se ve metido en una pelea con unos hombres que pretendían abusar de una aldeana (esa secuencia, en lugar de apostar por un enfrentamiento más comedido, se decanta por un estilo más próximo a otros largometrajes como "Tigre y dragón - Wo hu cang long, 2000" que deja al espectador con la boca abierta), otros momentos como los de la primera emboscada que tienden los dos guerreros a la bestia (las acrobacias que les permiten activar las trampas que disponen para ella es espectacular) o, por supuesto, el enfrentamiento final entre Fonsac y el villano de la función (se trata de una escena de lucha a espada impresionante).
El "El pacto de los lobos" es un auténtico lujo de puesta en escena. El director Christopohe Gans, gran aficionado a los largometrajes de artes marciales, tal y como lo demostró con su primer film, "Crying Freeman: los paraísos perdidos - Crying Freeman, 1995", contó con un fantástico diseño de producción, que le permitió reproducir la Francia de segunda mitad de siglo XVIII de forma espectacular. No obstante, hay ocasiones en que la película parece querer abarcar demasiado, y da la sensación de que la historia acaba derivando en un conjunto de sub-argumentos que, de haberse suprimido, no hubieran afectado a la calidad de la cinta (en ocasiones, entrada y salida de personajes secundarios en tan apabullante que el espectador acaba por perderse). Otro de los aspectos que se le podrían echar en cara es el tono excesivamente lúgubre de algunas secuencias ya que, en su afán por resaltar las notas de misterio e intriga del relato, el film parece adolecer de planos tan oscuros.
No obstante, ninguno de estos últimos elementos mencionados le resta calidad a una cinta de factura correctísima y ritmo trepidante. Como ya hemos dicho, se agradece que el misterio de la cinta esté a la altura de las dosis de acción y aventura de las que hace gala. Esto es, sin duda, uno de los mayores atractivos de "El pacto de los lobos", y lo que le permite al espectador pasarse más de dos horas sin apartar la vista de la pantalla y seguir emocionado por el relato.
- MR. HYDE DICE:
Qué chula que está la peli... ¡y qué buena está la Monica Bellucci! No, ahora en serio, la peli está guapísima. No se limitan a contar el típico cuento de chuflas medievales de maldiciones y espíritus que ya hemos visto tropecientas veces, y de las que uno ya se acaba cansando después de todo (más o menos como pasaba con "En tiempo de brujas - Season of the witch, 2010", que comentábamos la semana pasada).
En "El pacto de los lobos", la acción es cojonuda, pero no es lo único de lo que trata la peli. De hecho, casi parece que esta acción sea el medio de explicar una historia que tiene intriga a saco, y que se explica de forma que, cuando la ves, no paras de sospechar de unos y otros, pensando que son los que están detrás de todas esas muertes. Además, luego está la cosa de saber por qué están muriendo determinadas personas, y saber si la bestia existe en realidad, o hay algo más detrás de todo ese asunto.
Además, cuando ves "El pacto de los lobos" te das cuenta de la pasta que se han dejado los gabachos para hacerla. No sólo por los decorados y el vestuario, sino por los efectos especiales y la forma de recrear todo ese ambiente de misterio que envuelve la película desde el principio (esos travelling aéreos por los bosques y praderas de Gévaudan que acaban con el ataque de la bestia a una muchacha), hasta el final (la mazmorra donde se parten la cara el bueno y el malo de la peli). Por lo que respecta a los actores, todos lo hacen de lo más bien, haciendo así creíbles sus papeles de caballeros y plebe de 1774.
En resumidas cuentas, "El pacto de los lobos", sin ser una peli de miedo (que no lo es), ni una de guantazos a cascoporro (que tampoco lo es), es interesante, entretenida, y tiene esa cosa especial que hace que te lo pases teta dejándote llevar por la historia de misterio que te cuenta. Y, además, si le dan un toque matrix a las escenas de acción, pues ya de coña. No hagáis caso de la duración que, aunque pueda parecer un poco larga, se te pasa el tiempo que ni te enteras. Hazme caso, que mola un huevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario