TÍTULO: WILLOW
DIRECTOR: RON HOWARD
REPARTO: VAL KILMER, JOANNE WHALLEY, WARWICK DAVIS, JEAN MARSH
DURACIÓN: 120 min.
AÑO: 1988
GÉNERO: AVENTURAS
Al más puro estilo de las aventuras medievales más entretenidas, a finales de los ochenta, el futuro ganador del Oscar, Ron Howard, dirigió esta excelente película, cuyo guión fue escrito a partir de una historia corta esbozada por el mismísimo George Lucas. De hecho, a lo largo del film es fácilmente detectable el "sello Lucas", no sólo por la temática del propio largometraje (cuyo argumento parece una continuidad de "El retorno del Jedi - Return of the Jedi, 1983", aunque intercambiando las espadas láser por unas normales y corrientes), sino por las dosis de aventuras trepidantes que bañan el largometraje desde su comienzo hasta su espectacular conclusión.
De hecho, el desfile de criaturas mágicas parece interminable a lo largo de la película, siendo lo primero que llama la atención que, en una de las pocas veces visto en una película comercial de este tipo, el héroe de la función no es el clásico caballero aguerrido y apuesto, sino que el peso de la función recae en un simpático y valiente enano aficionado a la magia. Es más, el personaje que se acaba convirtiendo en la mano derecha del héroe es un humano más conocido -al comienzo de la cinta- por su pillería y picardía, más que por su heroísmo. Aunque, como toda producción para toda la familia que se precia, los personajes tienen su oportunidad de evolucionar, y ni todos los buenos acaban siendo tan cobardes como se muestra en un comienzo, ni todos los villanos son malvados hasta el final.
La historia arranca con el nacimiento de una niña que, según una antigua profecía, está predestinada a derrocar a la malvada reina que domina un extenso reino. Atemorizada por la amenaza que supone el nacimiento de la criatura, ordena que sea asesinada, si bien ésta es rescatada en el último momento y abandonada a su suerte en una región cercana a un pueblo en el que habita una colonia de enanos. Uno de ellos, muy aficionado a la magia, llamado Willow (Davis) encuentra a la niña, y decide emprender un largo viaje con el fin de proteger a la criatura y conseguir que se cumpla la profecía. En su aventura encontrará la ayuda de un inesperado aliado llamado Madmartigan (Kilmer) quien, aunque en un principio no lo parezca, le servirá de gran apoyo al valiente Willow para hacer frente tanto a la malvada reina como a su hija, Sorsha (Whalley), quien también va en pos de la niña. En su largo viaje, contarán con la ayuda de una extraña raza de criaturas diminutas, de hadas transformadas en animales, así como con temibles monstruos parecidos a dragones bicéfalos que no les pondrán nada fáciles las cosas.
"Willow" es una película de aventuras fantásticas en la mejor tradición del término. Cuenta con los ingredientes que han hecho de otras producciones similares grandes referentes, como pueden ser "Lady Halcón - Lady Hawke, 1985" o "Legend (Leyenda) - Legend, 1983", donde el ritmo incansable de una historia bien contruida se alterna con espectaculares secuencias de acción donde la violencia pasa a un segundo término en favor del divertimento y el sentido del humor. Y todo ello llevado tanto con la mano sabia de un director que ya había realizado películas para toda la familia ("Cocoon - Cocoon, 1985", "1, 2, 3... Splash - Splash, 1984"), y de un productor que sabe lo que es entretener al público de todas las edades -el omnipotente George Lucas-. De hecho, fue la misma compañía creada por Lucas la que se encargó de los espectaculares (para la época) efectos especiales de esta trepidante película. Así pues, destacan especialmente momentos como los de la interactuación de Willow y Madmartigan con los duendes y, sobretodo, el enfrentamiento al final de relato entre, por una parte, Madmartigan y el monstruo de dos cabezas que lanza fuego por la boca y, por otra parte, Willow y la malvada hechicera en una encarnizada lucha de poderes.
A todas estas virtudes señaladas, hay que añadir un elemento fundamental para que "Willow" se convirtiera en un film de referencia de los ochenta: la sensacional banda sonora compuesta por James Horner. El tema principal que se repite en diversas versiones a lo largo del largometraje ayudó en gran medida a dotar a la película de ese ritmo incansable, sabiendo qué teclas tocas (nunca mejor dicho) para resultar trepidante en los momentos de acción y aventura, y más tétrica en aquellas secuencias protagonizadas por los villanos de la función.
En resumidas cuentas, "Willow" es, más que una buena película de aventuras, un buen entretenimiento de aventuras, confeccionado para hacer que los más pequeños se lo pasen de fábula con las aventuras del simpático enano, y que los más mayores puedan, a su vez, pasar las casi dos horas que dura el film, distraídos y disfrutando igualmente, aunque sea a otro nivel.
¡Qué chula! Recuerdo lo bien que lo pasé cuando la vi por primera vez, y lo mucho que me gustaron las escenas de lucha a espada, y de huidas y persecuciones a través de la nieve, a caballo, etc. "Willow" es la típica película de aventuras que le pondría ahora a un nene relativamente pequeño para tenerlo entretenido con algo decente durante un rato. Y además, como dice Jeckyll, no es de ese tipo de pelis que no tienen más remedio que tragarse los mayores, y en las que no paras de mirar el reloj para calcular cuánto queda para poder largarte de allí echando pipas. No es el caso. George Lucas no es tonto, y sabe de sobra cómo debe ser la historia de una peli, y cómo debe estar hecha para entretener a todo el mundo. Por suerte, "Willow" no acaba siendo tan cansina como aquellas de aventuras de los Ewoks (que estaban bien para cuando tenías seis años, pero ahora las ves y te dan los siete males), sino que cocina un puchero con un poco de todos los ingredientes: aventura, acción, romance, miedo y momentos la mar de divertidos.
Ahora mismo, de las secuencias que más recuerdo que me llamaran la atención, creo que me quedo con la lucha final a dos bandas, entre el enano y la bruja piruja a punta de varita y encantamientos (rollo Harry Potter) y, por otro lado, al caballero melenas con los dragones. Ahora, cuando ves los dragones sí que es cierto que te das cuenta de que los efectos especiales ya tienen más años que el jabón, pero mira, cuando la peli salió hace más de veinte años eso no pasaba, y te creías perfectamente que esos bichos le iban a pegar un bocado en el culo al caballero de turno. En fin, será la inocencia del momento.
Pero bueno, sea como sea, la cuestión es que, a quienes no conzcais esta peli, os recomiendo que le echéis un vistazo (no la suelen poner muy a menudo en la tele, y tampoco es que la haya visto demasiadas veces en las tiendas, así que estad al loro), porque merece la pena. Te entretiene y hace que lo pases bien y distraído un rato -tampoco pretende mucho más que eso-. Y, para los que ya la hayáis visto, seguro que al verla de nuevo, recordáis alguna de las escenas que más os gustaron y volvéis a pasarlo teta otra vez.
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