sábado, 27 de agosto de 2011

CINE A DESCUBRIR: "CONFESSIONS"



TÍTULO: CONFESSIONS


DIRECTOR: TETSUYA NAKASHIMA


REPARTO: TAKAKO MATSU, MASAKI OKADA, YOSHIRO KIMURA, YUKITO NISHII


DURACIÓN: 106 min.


AÑO: 2010


GÉNERO: DRAMA


  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • El cine nipón que, desde finales de los años noventa y, muy especialmente, la primera década de lo que llevamos de siglo, se ha revelado como uno de los más comerciales a nivel internacional, gracias a la incesante ola de largometrajes de terror que han exportado. Si bien el cine clásico japonés cuenta con algunas de las obras y realizadores más importantes de la historia del cine, no es menos cierto que su popularidad reciente ha crecido enormemente gracias a las constantes historias de maldiciones, casas encantadas y fantasmas aterradores que no sólo han provocado el entusiasmo del público mundial, sino que han nutrido al mercado cinematográfico estadounidense de continuas ideas para realizar un remake tras otro. En algunas ocasiones, es cierto que la versión revisada ha superado al original (caso, por ejemplo de "The ring. La señal - The ring, 2002") aunque, no obstante, el resto de tentativas se ha quedado en burdas imitaciones de films que deberían haberse dejado tal cuál (las nuevas versiones de "Dark water. La huella - Dark water, 2005", "Visiones - The eye, 2008", y un largo etcétera).


    Por este motivo, cuando se estrenó el año pasado "Confessions" en Japón, no sólo significó un gran éxito a nivel de mercado interno, sino que la calidad del largometraje fue premiado con diversos galardones dentro del mismo país, y presentado como película a competir en la pasada edición de los Oscar. No es para menos, ya que este largometraje se desmarca de propuestas similares, además de renunciar por completo a cualquier atisbo de historia salpicada de fantasmas y demás fenómenos paranormales, y presenta un juego de venganzas tan arriesgado como fascinante.


    En su último día como profesora, Moriguchi (Matsu) se despide de sus indomables alumnos relatando una reveladora historia: su fallecida hija pequeña, cuya muerte todo el mundo dio por un desafortunado accidente -la pequeña se ahogó en una piscina mientras estaba juagando-, en realidad fue asesinada. Y, lo que es aún peor, conoce la identidad de los asesinos, que son dos alumnos de la misma clase en la que ella ha estado enseñando. Sin embargo, como Moriguchi es consciente de que la ley del menor protegería a los culpables en caso de que decidiera denunciar el caso, decide tomarse la justicia por su mano, y les anuncia que ha tramado un plan de venganza definitivo que ya ha puesto en marcha. A partir de este momento, se producirán una serie de reacciones que desencadenarán una ola de violencia psicológica y autodestrucción que acabará teniendo consecuencias insospechadas.


    Como se puede apreciar por el argumento, el largometraje acaba siendo una monumental historia de venganza. Aunque no se trate para nada de una venganza a la que el cine norteamericano nos tiene acostumbrado, con tiroteos, sangre y muertes por doquier. En absoluto. Precisamente, si en algo se diferencia la película de Nakashima es en defender durante todo el metraje el poder de la insinuación. Apoyado en un complejísimo montaje, el film se limita a sembrar en la mente de los "culpables" -y del público, me aventuraría a afirmar- una idea que va creciendo como un virus en el interior de los personajes y que los va contaminando de forma que, paulatinamente, provoca una reacción en cadena que los va destruyendo mentalmente a todos. Es por ello que, aparte de la belleza plástica de las imágenes (esos planos a cámara lenta, de lo más efectivos sobre todo al final del largometraje) hacen que "Confessions" sea una película perturbadora, dentro de su particular estilo.


    Da que pensar, por su puesto, qué habríamos hecho cualquiera de nosotros en la misma situación que la maestra protagonista de la película. Por este motivo, resulta más que curioso aguardar hasta el final de la cinta para comprobar hasta qué punto se está dispuesto a llevar a cabo una venganza por partida doble. Si bien es cierto que hay ocasiones en que la misma historia de venganza parece escapar al control del director (la mayoría de las escenas que tienen lugar con el trastorno del Alumno B, o la aparición de un tercer alumno con tendencias psicópatas), no es menos evidente que el juego del gato y del ratón que se va desarrollando de una forma sorprendente y llena de fuerza. En resumen, se trata de una película novedosa que merece una oportunidad para ser rescatada y admirada tanto por la forma en que está hecha, como por el tema tan complejo que plantea. A mí me la recomendó uno de mis mejores amigos y lo cierto es que le agradezco el favor.



  • MR. HYDE DICE:

  • ¡Qué cosa más rara de película y, a la vez, más flipante! No tiene nada que ver con las típicas películas japonesas de niñas malditas y fantasmas de esos que te aparecen por detrás y te ponen los cataplines de corbata a causa del susto. De eso no hay nada. Lo que sí hay es una violencia como muy interior, de esa que ves que va reventando poco a poco a los personajes y que, conforme avanza la peli, ves que por algún lado va a tener que salir. La historia está contada de una forma un poco rara, como si la hubieran dividido en tres partes, pero con la acción yendo y viniendo adelante y atrás. Eso, al principio, despista un poco, pero te acostumbras rápido y le pillas el hilo enseguida.


    Ahora, lo que sorprende de la peli es la calma con la que parece que está planificado y ejecutado todo el juego de venganza. Si hubiera sido una peli americana, fijo que el ritmo que le daban al tema iba a ser otro, pero aquí es como si con esa pachorra consiguieran hacer que te quedes con más ganas de saber en qué va derivando la venganza que ha planificado la profesora esa. La putada es que juegan demasiado con los engaños, por lo que no tienes claro por momentos qué está pasando, si es verdad lo que acaba de decir un personaje o sólo lo ha dicho por joder al de al lado. Sé que es una tontería, pero es de las pocas cosas que hacen que te hagas la picha un lío. De todas formas, supongo que en parte de ese juego está el truco, en ir despistando a la peña para que, junto con los que sufren esa venganza, vayas descubriendo las cosas y quedándote de piedra.


    Como ya os digo, es una peli rara. No tiene para nada la forma del resto de películas de misterio o intriga que podáis haber visto previamente. Es como si ninguno de los que participan tuviera prisa por ir contando las cosas. Y eso es lo que lo hace todo tan inquietante. A pesar del argumento, ya os digo que la peli no es para nada de miedo tal y como estamos acostumbrados a ver en mil pelis parecidas, con espíritus, posesiones y demás. Aquí el terror es psicológico del bueno, del que te hace flipar porque ves cómo va destrozando por dentro a una persona y cómo, ésta, se va de cabeza a la autodestrucción. Y quieras que no, eso acojona al más pintado. Pero lo curioso del asunto es que todo ese terror no está provocado tanto por hechos, sino por formas de sugerirlo, por cosas que te hacen creer a ti y al resto de personajes.


    Sé que es complicado describir un poco de qué palo va la peli sin desvelar mucho de la historia y correr el peligro de cagarla contando más de la cuenta sobre algo que puede chafárosla por completo. Así que sólo os puedo decir que, a pesar de que cuando empiece parezca una película lenta, no seáis impacientes y aguantad un poco más, que os aseguro que, cuando ya se le coge el truquillo, te quedas enganchado a lo burro. Es rara, ya lo digo desde ahora, pero merece la pena que, si tenéis ocasión, la veáis, aunque sólo sea para variar un poco de estilo de película, y para alegrarse un poco viendo que los japos son capaces de hacer películas más allá de las doscientas iguales de terror que ya hemos visto antes. En ese sentido, "Confessions" no puede ser más original. Ah, y por favor, no le caguéis a nadie el final, no seáis cabrones, que en la sorpresa final está la base de todo. Y, ya puestos, si alguien ha comprendido del todo qué pasa al final, que me lo explique, que a mí no me quedó del todo claro, jeje.



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