El realizador norteamericano Joe Johnston, responsable de algunos films originales de las últimas dos décadas dirigidas, especialmente, a un público más familiar ("Cariño, he encogido a los niños - Honey, I shrunk the kids, 1989" o "Jumanji - Jumanji, 1995") ha sido el último director en sumarse al grupo de responsables de llevar a la gran pantalla las aventuras de un súper héroe de cómic, en el que también se encuentran otros más prestigiosos como Kenneth Brannagh, Ang Lee o Sam Raimi (sobre las aportaciones de Mark Steven Johnson con "Daredevil - Daredevil, 2003" y Tim Story con las dos partes de "Los cuatro fantásticos", mejor correr un tupido velo). De hecho, no es de extrañar que haya sido precisamente Johnston el elegido para ponerse tras las cámaras en esta película, ya que los paralelismos entre "Capitán América: el primer vengador" y uno de sus primeros films, "Rocketeer - The Rocketeer, 1991", son más que evidentes: ambas historias tratan de una persona normal que, por azar, acaba disponiendo de una cualidad especial que le ayuda en su enfrentamiento contra los nazis, y de cómo el valor de dichos héroes sirve de inspiración para aquellos que deciden seguirlos. Todo ello, por supuesto, en medio de espectaculares secuencias de acción, logrados efectos especiales, y con un ritmo que busca evitar el aburrimiento.
En el caso que hoy nos ocupa, la historia da comienzo con la presentación de Steve Rogers (Evans), un enclenque muchacho que sueña con poder alistarse en el ejército norteamericano para luchar contra la amenaza nazi. Sin embargo, por culpa de su condición física, siempre es rechazado. Hasta que, un buen día, un científico alemán que trabaja para el bando aliado, llamado Abraham Erskine (Tucci), le da la oportunidad de participar en un experimento cuyo principal objetivo es convertir a un hombre cualquiera en un súper soldado. El experimento se realiza bajo la supervisión del coronel Chester Phillips (Jones), quien no confía demasiado en la inexperiencia de Rogers. Rogers, convertido así en el Capitán América, con la ayuda de la soldado Peggy Carter (Atwell), de la que está enamorado, se enfrentará al malvado Johann Schmidt (Weaving) -alias Cráneo Rojo-, un general al servicio del partido nazi que parece haber hallado un poder capaz de borrar de la faz de la tierra cualquier prueba de resistencia, a través de los trabajos de investigación desarrollados en su laboratorio, Hydra.
Visto el largometraje, no hay duda de que la principal intención de un producto como "Capitán América: el primer vengador" no es otro que el de divertir al público (el tema de la recaudación en taquilla lo dejaremos para otro momento), cosa que logra la entretenida cinta de Johnston. Al mismo tiempo que hace gala de una cuidada ambientación -la recreación de la Nueva York de primera mitad de siglo es de lo más correcta-, sin insistir demasiado en la creación de ambientes imposibles (los laboratorios de Hydra), ni en querer dar al ruido y las explosiones el protagonismo de la historia. En este caso, la acción es más física que dependiente de los efectos especiales, al menos si no contamos la parte final en la que Rogers debe alcanzar al avión de Cráneo Rojo a bordo de su tremendo coche. Sin embargo, no hay que olvidar que estamos ante una película de aventuras de súper héroes, y que los componentes fantásticos no sólo se limitan a un par de secuencias, sino que impregnan la mayor parte del relato. Eso sí, lástima que la insulsa música de Alan Silvestri (compositor que parece dar lo mejor de sí mismo sólo cuando se pone a las órdenes de Robert Zemeckis) no colabore a hacer más trepidante las escenas de acción, y más emotivas aquellas otras más serias o sentimentales.
Por fortuna, el público consigue simpatizar con los protagonistas, de forma que las dos horas que dura la película no se hacen pesadas más que en los momentos en que la tranquilidad se alarga en exceso (toda la parte en que el Capitán debe actuar para promocionar los bonos de guerra), hasta que se suceden las entretenidísimas escenas de acción: la primera destrucción del laboratorio Hydra, o el excelente ataque a un tren blindado. Por lo demás, el resto del film navega por las mismas aguas que las aventuras de otros héroes como "Thor" o "Iron Man", es decir, que sin ser nada del otro mundo, ayudan a pasar un buen rato.
No está mal. No es que sea la peli perfecta de súper héroes, pero tampoco acaba siendo un petardo como las dos partes de Hulk o la última de Superman. De hecho, el director parece haberse molestado lo suficiente para que la peli no sea el típico cuento de tío con super poderes que empieza a luchar a destajo con el mal, como sucede en la segunda y tercera parte de Spiderman. Pero bueno, vayamos por parte, que me lío.
"Capitán América: el primer vengador" va mucho en la línea del primer "Iron Man". Me explico. Se empieza mostrando al héroe cuando aún está lejos de serlo, en su "despertar", por llamarlo de algún modo, y haciendo frente a los problemas que tiene siendo una persona normal y corriente. Por una serie de circunstancias, acaba siendo poseedor de un gran poder que lo hace único (convertirse en un súper soldado que puede correr más rápido, golpear más fuerte, y saltar más alto), y con ello se enfrenta a los malos de turno (a una especie de nazis, en este caso).
Ahora bien, "Capitán América. El primer vengador" también tiene el problema que suelen tener muchas de las primeras partes de películas de súper héroes. Y no es otro que, dado que el público no conoce el origen del personaje, te lo tienen que explicar desde el principio: cómo le dan para el pelo al principio, cómo se vuelve un tío 4x4 y, entonces, cómo les da matarile a los malos. O sea, que te pasas la mitad de la película viendo cómo el Capitán América se convierte en Capitán América y, por tanto, con demasiado bla bla de por medio y menos acción de la que a uno le gustaría. Cuidado, no estoy diciendo que sea una peli aburrida, para nada. A decir verdad, es de lo más entretenida, pero entre trozo de acción y trozo de acción (muy trepidantes todos ellos) hay demasiados ratos muertos. Vamos, que estás como diciendo: "va, nene, que ya le has dado demasiado a la sin hueso, mueve el escudo y dale por la retaguardia a los malos).
Todo ello, no va en contra, como digo, de las secuencias de acción, que acaban siendo de lo más interesantes y trepidantes (ver la primera incursión del Capitán América en el laboratorio de hydra completamente solo para liberar a los prisioneros, el asalto a un tren blindado donde se esconde el doctor nazi, o toda la incursión final para cazar a Cráneo Rojo). Eso sí, cada plano va adornado con ese patriotismo tan hortera que les gusta a los yanquis -claro que qué pretendes esperar de una peli en la que el prota lleva el nombre de su país y su bandera en el escudo-, y con frases que demuestran lo contentos que están de que les saquen el hígado por honor y amor a su patria (toda la parte del principio, por ejemplo).
En resumen, "Capitán América. El primer vengador" es una peli entretenida sin más pretensión que esa misma, la de distraer al público. La típica peli que uno va a ver al cine una tarde tonta de agosto porque le apetece entretenerse un rato. Tiene secuencias de acción muy bien llevadas, y no aburre. Pero que nadie se espere una obra maestra a la altura de las dos últimas entregas de Batman porque tampoco es el caso. Ahora bien, sí que ayuda a pasar un buen rato. Por cierto, para los más frikis: ¿os habéis dado cuenta de que la tía que enamora al Capitán es clavada a la que salía en las pelis de "Scream"? Ah, y muy guapa la aparición de Howard Stark, el padre del futuro Iron Man (¡igual de cachondo que el hijo!).
1 comentario:
Está tremendo el capitan américa.. la película entretenida, se pasa rápido el tiempo que dura. Me quedé con la pena que no pudiera tener una relación con la chica.
Alejapendeja
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