Tras un debut en la dirección de largometrajes más que satisfactorio desde un punto de vista crítico, Duncan Jones, hijo del famoso cantante David Bowie, ha apostado para su segundo trabajo tras las cámaras por una original historia cuya mezcla de ciencia ficción y película de intriga ha acabado siendo una de las más gratas sorpresas del año.
El capitán de las fuerzas aéreas Colter Stevens (Gyllenhaal) se despierta repentinamente a bordo de un tren. No sabe cómo ha llegado hasta allí ni quién es la mujer que le habla como si le conociera de toda la vida (Monaghan), y que le llama por otro nombre. Sin embargo, a los ocho minutos de despertarse, el tren vuela por los aires, provocando una devastadora explosión. Stevens recobra entonces el conocimiento en el interior de una especie de cápsula, y la teniente Goodwin (Famiga) y el doctor Rutledge (Wright) le informan de que está participando en un experimento código fuente, consistente en revivir los últimos ocho minutos de vida de una determinada persona. Su misión, en este caso, consiste en utilizar esos ocho minutos para averiguar quién colocó la bomba en el tren, dónde se encontraba el artefacto, y cuál era el objetivo del terrorista. Desde ese momento, Stevens se ve inmerso en una carrera contrarreloj, ya que el mismo terrorista que ha hecho saltar por los aires el tren, está planeando ejecutar otro atentado.
Tal y como se puede deducir de su argumento, cuando hablamos de "Código fuente" como una película de ciencia ficción, no nos estamos refiriendo en absoluto a las típicas de naves espaciales y alienígenas. Para nada. Es más, casi resulta un verdadero placer comprobar que se pueden hacer películas de este género sin caer en aquellos tópicos más utilizados y, al mismo tiempo, realizar un film tan entretenido o más. En lo que a "Código fuente" se refiere, la base argumental de la película contiene, de entrada, los ingredientes necesarios para considerarla una propuesta de lo más atractiva si bien, no obstante, es gracias a la acertadísima dirección de Duncan Jones que el largometraje consigue atrapar al espectador durante sus ajustados noventa minutos. Por supuesto, sería injusto no alabar también el trabajo del célebre montador Paul Hirsch, quien ha utilizado su experiencia en el montaje de otras películas de ciencia ficción y acción (Hirsch es el montador de la primera trilogía de "La guerra de las galaxias", así como de la mayoría de películas de Brian de Palma) para dotar a "Código fuente" del ritmo tan trepidante que mantiene desde los primeros minutos.
No obstante, es una lástima que, argumentalmente, el film acabe perdiendo gas a grandes pasos durante el último tercio de película, donde el hilo de la historia parece acabar diluyéndose entre otras sub-tramas que no aportan demasiado al conjunto que se ha ido desarrollando hasta ese momento, por mucho que contribuyan a justificar el final del largometraje. Esto provoca que toda la novedad e intriga que se ha ido creando durante los minutos previos pierda parte de su efectividad aunque, no por ello deje de resultar menos interesante.
En resumidas cuentas, "Código fuente" acaba siendo una película de ciencia ficción muy bien hecha, con una realización sólida que se traduce en un ritmo trepidante, y con una historia que engancha y provoca que el espectador tenga ganas de saber más. Así pues, acaba convirtiéndose en una de las ofertas más aconsejables de los estrenos en videoclub de la semana. Intrascendente, pero muy recomendable.
Ya tenía ganas de que saliera esta peli en videoclub. No tuve ocasión de verla cuando salió en el cine, y había oído hablar muy bien de ella, diciendo que era muy original, que estaba bien y tal. Ayer, por fin, la pude ver y reconozco que, sin ser el no va más de la originalidad, sí que es cierto que está de lo más entretenida, y que la idea de arranque es bastante novedosa. Al principio, no tienes muy claro de qué va el asunto, y te sientes un poco como el protagonista, que va averiguando su objetivo casi al mismo tiempo que tú. Ya sabes, de entrada, que ésta es una peli de ciencia ficción, así que tampoco te acaba sorprendiendo mucho descubrir que todo se trata de una especie de programa informático que te permite revivir los últimos ocho minutos de vida de una persona determinada.
Ahora bien, lo que te atrapa de la peli es saber que, una vez que ya te han contado en qué consiste el experimento, el resto de película es una enorme contrarreloj en la que el protagonista cada vez tiene menos oportunidades para encontrar la bomba del tren, al terrorista, y la forma de evitar que se produzcan más atentados. En cada una de las vueltas del protagonista a esos últimos ocho minutos, avanzas tú junto a él para saber qué piezas de ese puzzle le quedan por descubrir. Es como una especie de juego interactivo en el que ya sabes lo que tiene y no tiene que hacer, haciendo que interese muchísimo imaginar cuál será la mejor forma de averiguar quién de todos los pasajeros es el terrorista y cómo se las apaña para detonar la bomba.
Toda esa parte es cojonuda, muy muy muy interesante, siempre y cuando hayas aceptado antes las reglas del juego. Si, de entrada, te parece un disparate que alguien sea capaz de devolver a una persona a los últimos instantes de vida de otra diferente, pues mejor que te ahorres el tiempo y el dinero, y te decantes por otra peli. Ahora bien, la última parte de la peli, por desgracia, no se encuentra a la altura del resto. Cuando empiezan a descubrir los entresijos del funcionamiento del experimento (todo lo relacionado con la situación real del protagonista), la cosa se vuelve ya demasiado fantástica, y como que pierde un poco de garra, como si la flautada que se les ocurre no encajara con el ritmo de intriga que habían mantenido hasta el momento. Todo ello, concluye con un final excesivamente feliz. Seamos sinceros, "Código fuente" es una de esas pelis en que casi estaría justificado que el final no fuera ni perfecto ni feliz y, en vez de eso, apuestan por dejar contento a todo el mundo cosa que, a mí, no me ha terminado de convencer.
Por eso, prefiero quedarme con el resto de la película, donde la intriga se antepone a lo fantástico, y donde estás que pierdes el culo por desear que el prota consiga detener el atentado a tiempo (paradójicamente, sabes de sobra que es algo imposible porque éste ya ha tenido lugar), y pillar al malo de turno. En lo que se refiere a los actores, no lo hacen mal, pero tampoco es que tengan ocasión de lucirse demasiado. Reconozco que el Jake Gyllenhaal este, al que siempre he visto demasiado "blandito" -ni de coña me lo creí haciendo de príncipe de Persia-, pero aquí no lo hace nada mal. Por otra parte, los efectos especiales son un poco cutrillos, sobre todo en lo que se refiere a las diferentes explosiones del tren, donde se nota al kilómetro que es algo hecho por ordenador. Pero vamos, son detalles que tampoco tienen mayor relevancia, ya que la intención de los que han hecho la peli parece ser querer centrarse, por encima de todo en la intriga que tiene la historia. Y, a ese respecto, la verdad es que la peli se sale. Desde luego, es una buena opción para pasar distraída hora y media (la peli tampoco da para mucho más) este fin de semana si la veis entre las pelis que han salido en alquiler. A mí, al menos, me ha gustado y me ha hecho pasar un buen rato, que es de lo que se trata.
1 comentario:
Aunque el tema no me interesa en absoluto, reconozco que está muy bien narrada esta película. Te atrapa desde el principio y tiene unos efectos visuales muy bien hechos.
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