TÍTULO: POLTERGEIST
DIRECTOR: TOBE HOOPER
REPARTO: JOBETH WILLIAMS, CRAIG T. NELSON, BEATRICE STRAIGHT, HEATHER O'ROURKE, ZELDA RUBINSTEIN
DURACIÓN: 109 min.
AÑO: 1982
GÉNERO: FANTÁSTICO
A principio de los años ochenta, tras haber arrasado en las taquillas del mundo entero con su anterior largometraje, "En busca del arca perdida - Raiders of the lost ark, 1981", y haber descubierto a uno de los héroes del cine de aventuras por excelencia, Steven Spielberg amplió sus horizontes creativos ejerciendo de productor de uno de los films fantásticos y de terror más célebres de dicha década: "Poltergeist". Si bien estaba previsto que, en un principio iba a ser el propio Spielberg quien se iba a poner tras las cámaras de este proyecto, finalmente delegó tal labor en Tobe Hooper, cineasta que había adquirido un notable prestigio tras haber realizado la famosa "La matanza de Texas - The Texas chainsaw massacre, 1974", así como diferentes películas de terror de bajo presupuesto (incluyendo la adaptación cinematográfica de la novel de Stephen King "El misterio de Salem's Lot"). De esta forma, se suponía que Spielberg sólo controlaría diversos aspectos creativos del film para poder dedicarse de pleno a la realización de la película que acabaría convirtiéndose en uno de sus mayores éxitos, "E.T. El extraterrestre - E.T., 1982". Sin embargo, como ya comentaremos más tarde, parece ser que la relación entre Hooper y Spielberg no fue tan distendida como se pretendía sino que, además de por la propia calidad de la película, "Poltergeist" hoy en día es recordada por no tener claro del todo a quién corresponde en realidad la autoría de la misma. No obstante, para no adelantarnos a los acontecimientos, comenzaremos por detallar su argumento.
La familia Freeling se ha trasladado a una nueva casa, construida en un tranquilo barrio, junto a sus hijos. Sin embargo, un bien día, comienzan a suceder extraños fenómenos -los muebles se mueven solos, los alimentos parecen cobrar vida, se escuchan extrañas voces...- para los que no encuentran explicación racional. Dado que, al principio, tampoco son cosas que llamen excesivamente la atención, no le dan demasiada importancia. No obstante, cuando la hija pequeña, Carol Ann (O'Rourke), empiece a sentir más próximas esas "presencias", los Freeling decidirán pedir ayuda a una extraña mujer llamada Tangina (Rubinstein). Las cosas empeorarán cuando Carol Ann desaparezca misteriosamente, víctima de esas fuerzas extrañas que parecen haberse asentado en la casa de los Freeling.
Uno de los elementos que hacen de "Poltergeist" una película casi de culto dentro del género fantástico y, en particular, de los años ochenta, es lo original de su propuesta, combinado con unos efectos especiales de primer orden. Yendo por partes, tanto el argumento como el guión de "Poltergeist" seduce por el misterio que lleva implícito. Así pues, a pesar de que se empiecen a suceder los fenómenos extraños, el espectador no descubre hasta el tercio final de la cinta qué es lo que los provoca. Sin embargo, sí que acompaña a los personajes durante la pesadilla en la que se ven inmersos por motivos que no llegan a comprender.
En este segundo punto es donde entran en juego los efectos especiales. Las sucesiones de estos fenómenos inexplicables desde un punto de vista racional, comienzan a incrementarse tanto en frecuencia como en violencia. Memorables son las secuencias iniciales en las que ciertos espíritus parecen ponerse en contacto con la niña pequeña a través del televisor (de hecho, Carol Ann casi puede tocarlos), hasta casi abducirla por completo, así como el momento en que la niña es definitivamente secuestrada por esas fuerzas misteriosas a través del armario de su habitación (magistral la secuencia en la que un espíritu monstruoso flanquea la puerta para evitar que nadie pueda entrar a rescatar a la pequeña). Del mismo modo, otro de los momentos que más llaman la atención es la secuencia en la que un árbol parece querer "comerse" a uno de los hijos.
Otro de los aciertos de "Poltergeist" es que cuenta con un ritmo in crescendo en cuanto a las apariciones fantasmales, que alcanza su punto álgido en el momento en que, al final de la cinta, la familia al completo debe hacer frente a la maldición que se ha cernido sobre su casa, observando aterrados cómo su casa parece absorberse a sí misma hasta casi desaparecer. Sin duda, toda esa secuencia final, combinada con los trucajes de efectos especiales y la sensacional banda de Jerry Goldsmith, le ponen la guinda final a una de las producciones de cine fantástico más logradas de la década de los ochenta.
Por desgracia, además de por sus numerosas virtudes como film, "Poltergeist" ha sido también recordada por los constantes enfrentamientos surgidos entre su todopoderoso productor y el director de la cinta, de quien se dice que llegó a abandonar la post producción de la misma para que Spielberg se pudiera hacer cargo sin problemas de forma no acreditada. No obstante, más allá de estos hechos, de lo que no cabe duda es de que "Poltergeist" se trata de un excelente largometraje que combina terror y ciencia ficción, y que entretiene con la misma facilidad con la que consigue atraer la atención del espectador. "Poltergeist" es una recomendable película de género fantástico a reivindicar.
Sí que está guapa, sí. Hace ya unos años que la vi, pero aún guardo en la memoria ese regusto agradable que dejan las pelis que viste hace tiempo y que no te importaría volver a ver. Es cierto que ya tiene sus años, y que hay algunas cosas que, si las hicieran hoy en día, estarían hechas con efectos especiales mucho más acojonantes, y que darían cien veces más canguelo que las que aparecen en la peli. Pero "Poltergeist" tampoco parece que quiera ser muy revolucionaria en nada, sino contar una historia malrollera con cierto sentido común dentro de lo fantástico -a ver, está claro que todo es irreal y que no pasa en el mundo de verdad, pero por lo menos no pretende dárselas de real como sí quiere hacer esa mierda pinchada en un palo que es "Paranormal activity - Paranormal activity, 2007"-, y que hace que te pases pegado a la butaca hasta el final.
Es más, incluso recordando ahora alguna parte de la peli, sí que me moló muchísimo el momento en que el armario se "traga" a la niña, o como cuando otro de los hijos empieza a rebotar por las paredes de su habitación (algo así como lo que dejaba flipado a Johnny Depp en la primera parte de "Pesadilla en Elm Street") y, por supuesto, toda la parte del final, cuando unas cuantas calaveras -no diremos de qué ni de quién para no jorobar la sorpresa- empiezan a salir del suelo, como cavando una fosa gigante a la entrada. Y, para rematar, "Poltergeist" no es sólo una peli de efectos especiales a cascoporro con una historia de mierda, sino que el argumento se preocupa lo suficiente como para hacer que no puedas apartar la mirada ni un solo minuto. Además, si a eso unes a la vidente esa tapón de metro y medio y el yuyu que te dan las cosas que le pasan a la pobre cría pequeña, "Poltergeist" acaba ya siendo una peli cojonuda para pasar un rato con las manos apretadas y, por qué no decirlo, de lo más divertido.
Se ve que como la peli tuvo bastante éxito, unos años después hicieron un par de parte. Bueno, pues ya os digo que de la segunda, sólo merecen la pena un par de escenas así en plan rollo paranormal como tiene la primera (una pista: ni os imagináis lo que le puede pasar a un chaval con su aparato dental); Y de la tercera parte, ahorraros el tiempo, que no es tan mala como se podría pensar, pero si la comparas con las otras -sobretodo con la primera- se te cae el alma a los pies. Ah, y hablando de momentos marrolleros, quedaos con ese momento en que uno de los protagonistas se pone delante de un espejo y empieza a tocarse la cara. No os digo más, jeje. Eso sí, si la veis con alguien un poco susceptible a las escenas de canguelo, decidle que cierre los ojos, u os clavará las uñas en el brazo, o tendrá pesadillas durante toda la noche. Sólo deciros que se parece mucho a lo que le pasaba a James Woods en aquella peli en la que podía sacar cosas de la misma tele. Así que ya sabéis: "Poltergeist" mola, es una de las pelis clásicas de los ochenta de ciencia ficción y merece la pena verla. Y recordad: "Ya están aquíííííííí".
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