TÍTULO: MAMMA MIA!
DIRECTORA: PHYLLIDA LLOYD
REPARTO: MERYL STREEP, PIERCE BROSNAN, COLIN FIRTH, STELLAN SKARSGAARD, JULIE WALTERS, CHRISTINE BARANSKI, AMANDA SEYFRIED
DURACIÓN: 108 min.
AÑO: 2008
GÉNERO: COMEDIA MUSICAL
De sobra es sabido que no hay novela, obra teatral, musical, o cualquier otra obra cultural y/o artística de éxito que pase desapercibida para los productores de los estudios cinematográficos de Hollywood. De hecho, hay ocasiones en que se adquieren los derechos de adaptación a la gran pantalla incluso antes de ser creados (sobretodo en lo que a las novelas se refiere). Por este motivo, era cuestión de tiempo que, tras el descomunal éxito alcanzado a lo largo y ancho del mundo, el musical “Mamma Mia!”, escrito a cuatro manos por varios integrantes del grupo musical sueco ABBA, fuera objeto de su correspondiente versión filmada. Sin embargo, en el caso de “Mamma Mia!”, la película, la complejidad que representaba su conversión en largometraje residía, por una parte, en conseguir que el ritmo dinámico y alegre de su puesta en escena quedara también reflejado en la película, a causa de los abundantes y variados números musicales que lo componen; por otra parte, cabía asegurarse de que los actores que fueran a participar en ella tuvieran tanto aptitudes para el canto y el baile, como que poseyeran las características necesarias para encajar en los personajes del libreto a los que tenían que dar vida. Así pues, cuando todos estos elementos ya quedaron claros, se puso en marcha la filmación de “Mamma Mia!”, cuya historia sigue paso a paso el argumento que ya se desarrollaba en el musical.
Sophie (Byrnes) es una joven adolescente que está a punto de casarse. Vive en una pequeña isla griega donde ayuda a su madre Donna (Streep) a llevar el negocio familiar: un pequeño pero acogedor hotel que se encuentra al borde del Egeo. Sophie nunca ha sabido quién es su padre, ya que su madre nunca se lo ha dicho por lo que, con motivo de la proximidad de su enlace, ésta decide enviar una invitación a tres hombres con los que sabe que su madre mantuvo una relación poco tiempo antes de quedarse embarazada, con la esperanza de que, entre alguno de estos tres desconocidos, se encuentre su padre biológico. Los sujetos en cuestión son Sam (Brosnan) –un arquitecto de éxito-, Harry (Firth) –un hombre de negocios inglés- y Bill (Skarsgaard) –un escritor y aventurero especializado en libros de viaje-. Los tres hombres acuden a la isla sin tener conocimiento unos de otros, y sin conocer los auténticos propósitos de Sophie. Por si esto fuera poco, las mejores amigas de Donna, Rosie (Walters) y Tanya (Baranski), también se desplazan hasta la isla para asistir al enlace. Los enredos comenzarán en el momento en que todos se reencuentren.
Por lo general, suelen ser los musicales los que se inspiren en algún largometraje para dar lugar a sus puestas en escenas y representaciones, tal y como ha sucedido, por ejemplo, con “Fiebre del sábado noche – Sturday night fever, 1977”, “Grease – Grease, 1978” o “El rey león – The lion king, 1994”. Sin embargo, en el caso de “Mamma Mia!” ha sucedido justamente lo contrario, por lo que aquellos que tuvimos la ocasión de disfrutar con el exitoso musical, también pudimos verlo en celuloide. No obstante, como ya apuntábamos al comienzo, el éxito de “Mamma Mia!” dependía del acierto del reparto. Cierto es que el casting resulta, como poco, llamativo, al contar con intérpretes que, a priori, no cuelen encajar demasiado con los personajes a los que dan vida (no nos referimos sólo a la actuación, sino también a la destreza de los mismos para cantar y bailar, tal y como exige el guión). Al fin y al cabo, estupendos actores como Meryl Streep o Pierce Brosnan son más propios a interpretar otro tipo de personajes que en nada se parecen a los de este largometraje.
Sin embargo, todas estas dudas se disipan a los pocos minutos de metraje, pues absolutamente todo el reparto está fantástico. Cada intérprete borda su rol con la alegría y entusiasmo que exigía una producción de estas características, convirtiendo así a “Mamma Mia!” en una de las comedias más amable y simpáticas de todo el año. Mención especial merece Meryl Streep por su interpretación, pues la genial actriz es capaz de diferenciar perfectamente en qué escenas debe permanecer más seria (sensacional el tema The winner takes it all a dúo con Brosnan) y en cuáles dar rienda suelta a toda su comicidad (insuperable los números Dancing Queen y Mamma Mia). Asimismo, el resto del reparto también cuenta con su momento de gloria, en el que dejan bien patente lo bien que se lo están pasando –e, indirectamente, que se lo quieren hacer pasar al espectador-, y lo desenvueltos que se muestran en cada uno de los números (impagable Christine Baranski en el número Does your mother know o Julie Walters y Stellan Skarsgaard en cada plano en que aparecen).
En fin, que “Mamma Mia!” sabe mantener a la perfección el nivel de entretenimiento y enredo del musical en el que se basa, consiguiendo también no sólo hacer disfrutar al espectador, sino también que sus piernas se muevan solas al ritmo de las estupendísimas canciones compuestas por el grupo sueco. “Mamma Mia!” es una comedia en la que las canciones no entorpecen el ritmo del largometraje, sino que más bien le otorgan un dinamismo que difícilmente hubiera alcanzado de haberse limitado a ser una comedia convencional más. Así pues, acaba siendo una de las películas más divertidas de la temporada y, por supuesto, de lo más recomendable para todo tipo de público.
Vaya por delante que las pelis musicales me parecen un bodrio de narices. Por mucho estilo y reconocimiento que tengan esas de Gene Kelly o tipo “West side story – West side story, 1961”, a mí me aburren que te rilas. En cambio, un buen musical representado en teatro, con una puesta en escena de esas que flipas sí que me gusta –llamadme raro si queréis-. Yo, como Jekyll, tuve ocasión de ver “Mamma Mia!” en el Lope de Vega de Madrid (mi chica ganó un concurso literario y nos dimos el capricho con la pasta del premio; y ya sé que esto no viene a cuento, pero a mí también me gusta presumir de churri), y durante las dos horas y pico que duró la representación, no hubo un solo momento en que me aburriera. Por no decir que me divertí como hacía mucho tiempo que no me divertía en un teatro (hasta los mismos actores hacían participar al público cantando y bailando). Por eso, cuando salió la peli de “Mamma Mia!” con esos actores que, ya de entrada, te caen bien, mentiría si dijera que no me apetecía un montón verla . Aunque, también es verdad, que me daba un poco de cosa que no estuviera a la altura de lo que a mí me había parecido una pasada de espectáculo. Pues, por suerte, resulta que “Mamma Mia!”, the movie es otra caña de España.
La película es casi un calco del musical, ya que toda la historia es exactamente la misma de principio a fin, aunque también es cierto que se dejan alguna canción por el camino para que no te tengas que pasar media vida en el cine. Lo que quiere decir que si te gustó el musical, te gustará la peli; y si no has visto ninguno de los dos, pues tienes la oportunidad de dejar que la película te sorprenda. Ahora bien, aviso importante en caso de que no te gusten las canciones de ABBA: o te centras en el argumento que tiene la historia y te olvidas de los momentos en que suena la música o, directamente, te ahorras las casi dos horas que dura. A mí, por suerte, me encantan, así que la diversión fue 2x1.
De “Mamma Mia!” me quedaría, canciones aparte, con los momentos de más enredo, como cuando Sophie tiene poco menos que hacer le pino para que su madre no se entere de sus planes, o para que ninguno de los tres desconocidos a los que invita se enteren de por qué están allí los otros (genial el momento en que los tres deducen, por separado, que son el padre de la criatura y se ofrecen a llevarla al altar; todo ello a ritmo de un remix cojonudo de las canciones Gimme Gimme y Voulez-vous). O, aún mejor, cuando una de las viejas –con perdón- no para de tirarle la caña a ese Indiana Jones de rebajas que hace de marinero, o la otra que se ha divorciado cuatro veces y sigue en busca de carne fresca. En serio que es tronchante. Pero lo que más me sorprendió es lo brutal que lo hace Meryl Streep, porque ya sabíamos que los dramas los hace como nadie, pero os aseguro que flipáis si la veis cantando y bailando (cuando salta sobre la cama con sus amigas, la alegría es tan contagiosa que a ti te entran ganas de hacer lo mismo). Por el contrario, no llama tanto la atención que Brosnan haga del tipo encantador al que está acostumbrado –a ver cuándo se dan cuenta en Hollywood de lo estupendo que es este actor cuando se quita el smoking de 007 y hace comedias-, aunque haya momentos en que al pobre hombre le salga algún que otro gallo mientras canta. Pero vamos, que se perdona sin ningún problema.
Otro añadido es que “Mamma Mia!” está rodada en unos sitios bonitos a rabiar, ya que toda la historia está ambientada en Grecia, así que las islas y calas que aparecen son de turismo de cinco estrellas. Además, creo que el director de fotografía es griego –si no lo es, ya os digo que con el nombre que tiene, español fijo que tampoco-, con lo que se ve que el hombre se ha empeñado en hacerlo todo más bonito aún. En fin, para no enrollarme más, sólo acabar diciendo que “Mamma Mia!” es una pasada, divertida y entretenida a manta, así que si queréis pasar un buen rato en casa (solos o con amigos), ésta es una opción estupenda.
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