TÍTULO: POLAR EXPRESS
DIRECTOR: ROBERT ZEMECKIS
REPARTO: DIBUJOS ANIMADOS
DURACIÓN: 99 min.
AÑO: 2004
GÉNERO: ANIMACIÓN
Después de revolucionar el mundo de los efectos visuales y de sentar cátedra en el cine de aventuras con largometrajes como "Regreso al futuro - Back to the future, 1985", "¿Quién engañó a Roger Rabbit? - Who framed Roger Rabbit?, 1988" o "Forrest Gump - Forrest Gump, 1994", el realizador Robert Zemeckis se enfrascó en un nuevo proyecto que le permitiría experimentar con un nuevo tipo de filmación: la animación por captura de movimiento. A través de este complejo proceso, actores de carne y hueso, digitalizados por completo, podían transformarse a gusto de los creadores, animándolos y situándolos en los escenarios más inverosímiles. Así pues, tras interesar a Tom Hanks en la adaptación de un viejo cuento llamado, precisamente, "El Expreso Polar", Zemeckis rodó una revolucionaria película que combinaba tanto la aventura más tradicional de sus anteriores largometrajes con un argumento cien por cien navideño e infantil, en el que Hanks interpretaría a casi la totalidad de los personajes. El resultado, como decimos, es casi una obra maestra de este nuevo cine de animación.
Una Nochebuena, un niño que ha dejado de creer en Santa Claus, despierta alertado por un extraño ruido y unas luces brillantes. Cuando sale de su casa para comprobar qué es, se encuentra con la sorpresa de que un gigantesco tren ha parado delante mismo de su portal. Allí, un simpático aunque gruñón revisor le informa de que ese tren es el Polar Express, y que se dirige al Polo Norte para llegar a tiempo de que Santa Claus comience con el reparto de regalos a lo largo del mundo. El niño se monta en el tren y, en ese momento, empieza una trepidante odisea llena de aventura y peligros en la que el Polar Express, lleno de niños pequeños, emprende su viaje.
Como indicábamos al comienzo, partiendo de un cuento corto de clara inspiración navideña, Zemeckis y el guionista William Boyles Jr. (el mismo que se encargó del libreto de "Náufrago - Cast away, 2000", otro film del tándem Zemeckis - Hanks) confeccionaron un largometraje impresionante desde casi todos los puntos de vista. Estéticamente, "Polar Express" es una maravilla, pues el diseño de los decorados asombra casi con la misma facilidad que a los personajes (ese tren envuelto en neblina parando en la entrada de las casas, el lago helado con las vías sumergidas, toda la ciudad del Polo Norte, o los entresijos de los almacenes donde se reparten los regalos), la partitura original compuesta por Alan Silvestri -el compositor habitual del director- es grandiosa y conmovedora, la interpretación de Hanks sorprendente en cada uno de los personajes a los que da vida, y la realización de Zemeckis es, en una palabra, insuperable (ver ese plano secuencia en el que un billete de tren sale volando del mismo para aterrizar minutos más tarde junto a la vía, o todas las secuencias en la que la rapidez adquiere un papel fundamental: el descenso sin frenos del tren hasta precipitarse en un lago helado, el viaje en un habitáculo de los niños para llegar a tiempo de ver a Santa Claus).
Y, por supuesto, como toda producción navideña que se precie, el mensaje lleno de buenas intenciones, que concluye con una narración en off del protagonista, aquí representando a todos los que hemos sido niños en nuestro momento, y que hemos creído en las mismas cosas que descubren los protagonistas del film durante su aventura. Así pues, "Polar Express", aunque pueda parecer extraño, no sólo es uno de los mejores largometrajes de su director, sino una auténtica lección de lo que debe ser el entretenimiento bien hecho que, además de distraer y emocionar, pone de relieve valores de lo más correctos. En pocas palabras, una maravilla de película, recomendable para todo tipo de público.
- MR. HYDE DICE:
"Polar Express" es una pasada de película, tanto para críos -que la flipan si la ven en cine- como para mayores -tres cuartos de lo mismo-. Yo tuve la ocasión de verla en tres dimensiones en un cine Imax y ya os digo que me quedé con la boca abierta. No es ya solo el hecho de que esté hecha de coña (en ese aspecto, os garantizo que es para fliparla), sino que consigue engancharte con un cuento cien por cien infantil, haciendo que el viaje del crío de la peli sea también el tuyo. Sabes que va a Polo Norte a ver a Papá Noel, pero eso te da igual porque durante el viaje pasan tantas cosas y tan trepidantes todas ellas que casi deseas que ese viaje se alargue un poco más. Es lo más parecido a meterse en una montaña rusa, con o sin las gafas de las 3D, porque la peli tiene aventuras, momentos emocionantes (ya os digo que más de una que yo me sé, al final, acabó sacando el pañuelo y llorando como una magdalena), una música preciosa, y unos efectos especiales brutales.
Por decir algo, el único defecto (que tampoco sería tal "defecto") que le encuentro a la peli es que es una lástima que no la hayan hecho de verdad. O sea, que no hayan cogido a actores de verdad con escenarios reales y la hayan rodado así. Es cierto que desde el punto de vista técnico es muy revolucionario y tal, y que es una maravilla del cine de animación, pero si ya flipas en colores con la película en dibujos animados, imagina cómo hubiera sido todo con escenarios y el resto de verdad. Por supuesto, les hubiera costado un huevo, pero sí que hubiera merecido la pena. Y decía antes eso del defectillo porque aunque impresiona cómo está hecha, sí que da a veces un poco la impresión de que las caras de los personajes de dibujos, aunque hablen e interpreten, no acaban de tener la expresión de una cara normal. Por poner una comparación -que sé que son injustas, pero qué le vamos a hacer-, si tú ves "Wall·E: batallón de limpieza - Wall·E, 2008", alucinas con la cara de ser humano que tiene el robotito pero, en "Polar Express", las caras de los personajes no llegan a tener ese realismo de otras películas de dibujos, cosa que hace que no se le quites de encima esa sensación de cómic.
De todas formas, aparte de esto que os comento sobre las caras de los personajes, desde que empieza "Polar Express", no tienes en ningún momento la impresión de que estás viendo dibujos animados. La acción está tan bien llevada y calculada a la perfección que sólo piensas en las aventuras que ves en cada momento. Y no son pocas: el momento en que el tren baja una cuesta empinadísima a todo trapo y sin frenos, cuando tiene que cruzar un lago helado que ha cubierto las vías y tiene que derrapar para poder enfilar por el camino correcto (os juro que este trozo corta la respiración), o la ruta que tienen que hacer los críos para llegar a tiempo a la entrega de regalos por en medio de un montón de toboganes.
En resumen, "Polar Express" es una película estupenda para ver en familia estas navidades (si no es en Navidad, tampoco pasa nada, que la peli sigue siendo una chulada), con emoción, una historia preciosa, hecha de forma impresionante (los movimientos de cámara quitan el hipo), y con los momentos precisos de aventura, acción y ñoñeo que toda peli de este tipo necesita. En serio, no os la perdáis porque, aunque sea verla una vez, merece la pena. Ah, y una última cosa: anteción a la canción del final, "Believe", que interpreta Josh Groban, porque no tiene desperdicio.
1 comentario:
Preciosa... recomendable para todo público. Las imágenes impresionantes. Hyde yo le hubiera puesto una estrella mas!!..
Alejapendeja
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