TÍTULO: DISTRICT 9
DIRECTOR: NEILL BLOMKAMP
REPARTO: SHARLTO COPLEY, JASON COPE, DAVID JAMES, VANESSA AHYWOOD
DURACIÓN: 114 min.
AÑO: 2009
GÉNERO: CIENCIA FICCIÓN
Cuando parecía que la novedad en un género cinematográfico como el de la ciencia ficción ya tenía los días contados, y que los únicos films capaces de atraer la atención del público eran aquellos con mayor cantidad de trucajes visuales (cosa que, por desgracia, solía ser indirectamente proporcional a la calidad de esos mismos largometrajes), llegó a las pantallas una discreta película llamada "District 9", cuya mayor novedad era encontrar a Peter Jackson como productor responsable del evento. Por suerte, una vez estrenada la cinta, se pudo comprobar que estábamos ante una perspectiva fabulosa del género, la cuál le aportaba tanta frescura y originalidad como dosis de tensión y entretenimiento.
La acción comienza en un futuro muy próximo, en el que una gigantesca nave espacial extraterrestre se ha visto obligada a detenerse sobre la ciudad de Johanesburgo. Desde ese instante, la tripulación alienígena se ha visto obligada a convivir con los humanos, para lo que se les ha creado una zona de contención especial llamada "Distrito 9" en el que los extraterrestres sobreviven como buenamente pueden. Con el fin de realizar un control más exhaustivo de la población alienígena y de sus condiciones de vida después de todo ese tiempo, un organismo gubernamental del país ordena una serie de registros en el distrito 9. Allí es donde uno de los principales delegados, Wikus Van De Merxe (Copley) realiza su labor, documentando todo el proceso. Lo que no espera es contaminarse por accidente con una sustancia alienígena que, poco a poco, irá haciendo que su cuerpo se transforme en un híbrido de humano y alien. Este suceso, unido a que uno de los extraterrestres ha encontrado la forma de reparar la monumental nave espacial, hace que el ejército despliegue toda una operación con tal de poder hacerse con el control de la situación.
Desde luego, hay que reconocerle al oscarizado director Peter Jackson (trilogía de "El señor de los anillos") el sentido del olfato que tiene para descubrir el talento de jóvenes realizadores. En este caso, Jackson ha apoyado firmemente el debut en la dirección del novel Neill Blomkamp, quien ha sido el responsable de una de las películas de ciencia ficción más fascinantes y originales de los últimos años. En efecto, Blomkamp ha sabido alejarse de los clichés más explotados de este género, ahorrándose inútiles frases en guiones imposibles, y preocupándose en aportar a la película mucho más que los típicos planos de lucha entre humanos y extraterrestres que ya se han visto mil veces antes en otras tantas producciones. Así pues, alejándose de otros largometrajes como "Independence day - Independence day, 1996" o la monótona "Invasión a la Tierra - Battle Los Angeles, 2010", "District 9" se convierte en un auténtico soplo de aire fresco. Varios son sus motivos.
En primer lugar, en "District 9" se vuelven las tornas, es decir, que los alienígenas no son quienes pretenden exterminar a la humanidad, sino al contrario (los extraterrestres viven como animales recluidos en la zona que da nombre al film, donde son tratados como tales). Además, éstos no son presentados en ningún instante como bestias salvajes, sino como exploradores que desean fervientemente poder regresar a su hogar. En segundo lugar, el guión insiste en mostrar las relaciones que los aliens mantienen entre sí, cosa que le aporta un punto importantísimo a la historia, ya que es el amor de un padre y un hijo -ambos alienígenas- lo que desencadena la verdadera acción del largometraje. Y, en tercer lugar, que "District 9" no sea un film para nada predecible, tal y como sí suele suceder con los otros del mismo estilo, ya que aquí la sorpresa es constante, sin necesidad de recurrir a costosísimos efectos visuales para disimular una falta total de guión.
Asimismo, Blomkamp demuestra saber a la perfección dónde y de qué forma coloca la cámara, haciendo gala de una destreza ciertamente impresionante para un director que se estrena en las grandes producciones con este film (lo curioso es que, a pesar de ello, la película apenas llegó a los treinta millones de dólares de presupuesto cuando, lo habitual, es que con tal cantidad no haya ni para el caterming de las producciones made in USA). De esta forma, secuencias como la de la alianza temporal entre Wikus y el padre alienígena está llena de momentos emotivos (atención al momento en que el padre trata de convencer al hijo para que huya con Wikus) y, por supuesto, trepidantes y visualmente deslumbrantes (la monumental secuencia de la huída final en el interior del campamento alienígena).
Por todo ello, "District 9" se convierte en una grata sorpresa a disfrutar, sobretodo para aquellos poco habituados al género de la ciencia ficción por considerarlo monótono y falto de ideas novedosas. Por fortuna, "District 9" se sitúa por encima de todas estas predicciones, y coronándose como un auténtico descubrimiento de lo más complaciente.
Cuando se estrenó "District 9" no me llamó la atención lo más mínimo. Es más, pensé "menuda novedad, otra película sobre aliens con cara de moscardón chafado que vienen a la Tierra". Cuando la peli arrasó al otro lado del charco (tampoco es que eso quiera decir nunca nada, que me sé de un sitio donde las chuflas de vampiros en edad del pavo lo petan a base de bien) ya me llamó un pelín más la atención. Cuando la nominaron al Oscar a la mejor película y tuvo todo ese bombo extra, la curiosidad que me picaba ya era mayor. Y, cuando la vi en casa, comprendí por qué había causado tanto revuelo. No exagero si digo que es una de las películas de ciencia ficción más originales que he visto en mi vida (con permiso de "La guerra de las galaxias - Star wars, 1977" y de esa obra maestra que es "Origen - Inception, 2010") y, sin duda, una de las más trepidantes del año.
De entrada, ya es novedoso que la peli empiece con los aliens en la Tierra desde hace años, ahorrándose la cara de flipe que se le queda a todo el mundo cuando llega una nave espacial. Aún lo es más que, en vez de llegar a cualquier ciudad yanqui, lo hagan a Johanesburgo, así que esos detalles ya le dan otra pinta a la cosa (no es lo típico lleno de marines nasíos pa matá que les reparten estopa a los aliens). Además, el principio - los primeros diez minutos- está rodado como si más que una película fuera un documental, y todo lo que estuvieran contando fuera verdad: entrevistas a sudafricanos, descripciones de lo que ha pasado, y todo ese rollo. Pero lo que ya le da toda la originalidad al resto es, por una parte, la historia y, por otra, los efectos especiales tan currados (sobretodo teniendo en cuenta que la peli ha costado cuatro duros, como quien dice).
Desde que el representante de esa especie de organismo gubernamental se contamina y empieza su cambio, la película aprieta el acelerador de una forma bestial. Ya no se trata de lo típico de huir de los aliens, sino justo al revés, de cómo conseguir que los aliens puedan volver a su planeta (o donde les dé la gana), pero fuera de la Tierra. Claro que, para eso, no son pocas las cosas que tienen que pasar. "District 9", además, tiene momentos que te ponen la piel de gallina como, por ejemplo, el trozo ese en el que quieren abrir como si fuera un pavo de navidad al pobre diablo que se ha contaminado, con lo que ves que les importa tres huevos que sea humano o extraterrestre, porque lo quieren es hacerle todo tipo de perrerías (la cara de acojonado que pone le pobre hombre no tiene precio). Y lo mismo podría decirse del momento en que lo llevan ante la presencia de uno de los traficantes de armas sudafricano, que le quiere practicar un afeitado en seco definitivo para poder ser él también una especie de súper hombre.
Pero si hay que destacar un fragmento en particular, yo me quedo sin duda tanto con la huída del protagonista y del alien del laboratorio de pruebas, como con ese final de casi media hora en la que la nave chiquitaja tripulada por los dos aliens -padre e hijo- hace lo imposible por pirarse, ayudados por el protagonista y su pedazo de armadura a lo Terminator. Esos dos momentos, así como el resto de la película hacen que casi ni parpadees y que, cuando todo acaba, tengas la impresión de que esta vez sí que han sido capaces de hacer una película de ciencia ficción diferente a las doscientas que ya hemos visto antes. Es más, lo que tienes es la sensación de que "District 9" es una buena película, cosa que no siempre - casi nunca, de hecho- se puede decir de las otras parecidas. Yo, desde luego, os la recomiendo sin dudarlo, así que no seáis bobos como yo y penséis que es otro truño como los de siempre porque no es así. Y, si no, cuando la veáis ya me decís.
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