TÍTULO: EL HOTEL DE LOS LÍOS
DIRECTOR: WILLIAM A. SEITER
REPARTO: GROUCHO MARX, CHICO MARX, HARPO MARX, LUCILLE BALL, ANN MILLER, FRANK ALBERTSON, DONALD MACBRIDE
DURACIÓN: 78 min.
AÑO: 1938
GÉNERO: COMEDIA
A mediados de los años treinta, los Hermanos Marx ya eran toda una institución en el panorama hollywoodiense. Tras haberse dado a conocer en todo el mundo gracias a "Sopa de ganso - Duck soup, 1933", el largometraje que los encumbraría como una de las figuras cómicas más célebres del momento, el trío cómico (sin Zeppo Marx, en esta ocasión) acabaría haciéndose cargo del guión de una obra de teatro que, por devenires del destino, acabó en sus manos. Dicho guión, que en un inicio no estaba pensado para que lo protagonizaran éstos, se convirtió en una divertida aunque intrascendente comedia llena de los enredos propios de su estilo interpretativo, en la que las situaciones cómicas más descabelladas se unen a la moda de la época de poner en funcionamiento costosísimas representaciones teatrales. El resultado de todo ello, fue la producción que dio lugar a "El hotel de los líos".
Gordon Miller (Groucho Marx) es un productor teatral que está sin blanca a la espera de que un importante inversor financie una obra que tiene preparada, escrita por un joven y publerino escritor debutante llamado Davis (Albertson). Mientras aguarda a que esto suceda, tanto él como todos los artistas implicados en la representación, se alojan en un hotel de lujo que dirige su cuñado. No obstante, cuando el gerente de la cadena hotelera, el señor Wagner (MacBride) revisa las cuentas del hotel, descubre la deuda que Gordon está causándoles, por lo que trata de hacer todo lo posible para echarlos de allí. Será entonces cuando Gordon, ayudado de sus colaboradores Harry Binelli y Faker (Chico y Harpo Marx, respectivamente) haga todo lo que se encuentre a su alcance para convencer/engañar a Wagner para que les deje permanecer en su hotel mientras consiguen la esperada financiación.
Evidentemente, no se puede obviar el hecho de que "El hotel de los líos" adolece de la mayoría de clichés propios del cine de comedias de enredo típicas del trío protagonista. O lo que es lo mismo, un pillería más que patente en los protagonistas y una total ignorancia y facilidad para dejarse engañar por parte de los "villanos" de la función. En este caso, lo que más puede llamar la atención es que el rol de malo de turno lo desempeñe un personaje que, a fin de cuentas, lo único que hace es velar por el buena organización de su hotel. Pero, por supuesto, esto son consideraciones que no merecen la pena tenerse demasiado presentes ya que, al fin y al cabo, no estamos hablando sino de una comedia de los hermanos Marx por lo que, de no haber ningún follón o altercado que pusiera en ridículo a quienes desempeñan los papeles más serios, sería muy de extrañar.
Sin embargo, "El hotel de los líos" se diferencia de otras producciones más ambiciosas de los Marx por su limitación espacial, es decir, como bien me comentó Hyde en su momento, el hecho de que toda la acción transcurra dentro del mismo espacio cerrado (la habitación del hotel) limita en gran medida el poder cómico del genial trío, que debe supeditar su ingenio y verborrea a las cuatro esas cuatro paredes. No obstante, ello no implica que no se encuentren secuencias descacharrantes como el estupendo momento de la comida de Groucho, Harpo y Chico con el autor de la obra teatral, en el que una coreografía impecable hace que, durante un par de minutos, se prescinda por completo del diálogo para ver coger comida de unos platos y otros (incluso de entre los de ellos mismos) con una velocidad y ansias casi contagiosas. O, por poner otro caso, el momento cien por cien "Marx" en el que Harpo trata de cazar infructuosamente con un bate de béisbol a un pavo vivo, destrozando toda la decoración de la habitación que se le pone a tiro -incluyendo un porrazo en la cabeza al "capitalista teatral", como ellos lo llaman-.
En resumidas cuentas, "El hotel de los líos" se trata de una obra menor en la filmografía de los hermanos Marx, quienes pudieran estar más pensando en el que sería su siguiente (y más conocido) estreno, "Una tarde en el circo - At the circus, 1939", que no en ésta. Eso sí, como curiosidad, apuntar que el título de la obra que quieren llevar a escena no es otro sino Salve, y que usted lo pase bien -Heil and farewell, en el original inglés-, justo unos pocos años antes de la declaración de la Segunda Guerra Mundial. Pero vamos que, a pesar de todo ello, el film se deja ver con agrado y con la certeza de que se está contemplando la obra de unos genios del cine cómico de todos los tiempos.
Pues hombre, no es que "El hotel de los líos" sea lo mejor que he visto de los hermanos Marx. Claro, que tampoco es que haya visto muchas pero, para lo que me esperaba, la peli no es ninguna maravilla. Divierte, sí, y para la hora y poco que dura, tampoco es cuestión de pedirle peras al olmo, pero me esperaba algo un poco más divertido, y no limitado sólo a una habitación de hotel. Vale que tiene toda la pinta de ser una obra de teatro hecha en película, pero por mucho enredo y diálogo chistoso que tenga, no tiene esa "gracia" o simpatía que sí tenía, por ejemplo, la muchísimo más divertida "Una noche en la ópera - A night at the opera, 1935".
Algo que, por ejemplo, sí se agradece, es que se hayan ahorrado los numeritos musicales que se sacan de la manga alguna que otra vez. Claro que hay que tener en cuenta que la historia la tienen que contar en poco menos de hora y cuarto, así que menos mal que no se andan con mucha floritura. En cuanto a la historia, pues el argumento es simpático y consigue entretener lo justo, aunque algo más extenso ya hubiera hecho que la peli fuera aburrida. Pero, lo que de verdad merece la pena, son los diálogos tan cachondos que tienen los Marx (bueno, al menos, los dos que hablan) y, por supuesto, el ver en acción a Groucho, por lo que ya sólo merece la pena ver la película. El tío es uno de los payasos más grandes del cine -dicho sea en el buen sentido-, y es imposible no verlo actuar sin que te caiga bien por necesidad.
En cuanto al resto de la película, como ya os digo, agobia un pelín que pase todo dentro de la misma habitación, pero no porque todo sea un entrar y salir de personas, sino porque las gracias quedan muy limitadas a ese espacio, con lo que se pierde parte de esa chispa que tenían las otras pelis de los Marx cuando montan follones de los suyos en la ópera, o en un hipódromo. Pero vamos, que "El hotel de los líos" no deja de ser por ello una película simpática que no molesta a nadie verla. Total, para una hoya y poco qué más se puede pedir.
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