DIRECTOR: LAWRENCE KASDAN
REPARTO: KEVIN KLINE, SCOTT GLENN, KEVIN COSTNER, DANNY GLOVER, BRIAN DENNEHY, JEFF GOLDBLUM, LINDA HUNT, JOHN CLEESE, ROSANNA ARQUETTE
DURACIÓN: 127 min.
AÑO: 1985
GÉNERO: WESTERN
Tras un excelente debut en Hollywood escribiendo, entre otros, los guiones de films tan prestigiosos como "El imperio contraataca - The empire strikes back, 1980" o "En busca del arca perdida - Riders of the los ark, 1981, y de debutar en la dirección de largometrajes con una de las mejores películas de cine negro de los ochenta ("Fuego en el cuerpo - Body heat, 1980"), Lawrence Kasdan cambió completamente de registro para, partiendo de un guión escrito a cuatro manos entre el propio Kasdan y su hermano Mark, dirigir el que, probablemente, sea el western más entretenido y espectacular de la década de los ochenta, así como uno de los films más entretenidos de dicho género, y de los más divertidos de su filmografía. Rodeado de nuevo, tras su anterior propuesta, "Reencuentro - The big chill, 1983".
Finales del siglo XIX. En mitad del salvaje Oeste, Emmet (Glenn) regresa a la ciudad de Silverado para reunirse con su hermano Jake (Costner), evitando las represalias por parte de una familia de delincuentes que quieren vengar la muerte de su hermano, por la que culpan a Emmet. En su camino, Emmet se topa con Pyden (Kline), un antiguo forajido que, traicionado por sus antiguos compañeros, se encuentra al borde de la muerte. Ambos llegan a Silverado donde, para sorpresa de Payden, uno de sus antiguos "colegas", Cobb (Dennehy) es ahora el sheriff de la ciudad. Al mismo tiempo, Mal (Glover) es un granjero de raza negra a quien fuerzan a vender sus tierras al cacique local. Todos juntos, se verán las caras en Silverado donde, en medio de traiciones y emboscadas, lucharán por reivindicar el orden y la justicia.
"Silverado" es un film que se distancia de los anteriores largometrajes del Oeste que se habían realizado -así como de algunos contemporáneos suyos como, por ejemplo, "El jinete pálido - Pale rider, 1985"- en un elemento tan básico como fundamental: el ritmo. Cierto es que el guión de "Silverado" es lo suficientemente interesante ya de por sí como para lograr captar la atención del espectador. Pero es gracias a la tremendamente entretenida y dinámica puesta en escena de Kasdan que "Silverado" es esa excelente distracción. Asimismo, Kasdan no renuncia a aquellos ingredientes que hicieron del western uno de los géneros más importantes de la historia del cine (duelos a muerte, calles polvorientas, destartalados saloons -impresionante el diseño de producción que recrea el pueblo al completo de Silverado-, caravanas de emigrantes, etc.) con tal de agilizar la acción. Más bien al contrario, "Silverado" es un film tan bien construido que tiene cabida para todo ello sin perder un ápice de su interés.
Otro factor que también llama la atención es la violencia. Evidentemente, al hablar de un western el público ya sabe, casi de forma inconsciente, que va a presenciar más de una muerte. Sin embargo, a este respecto, llama la atención la forma que ha tenido Kasdan de suavizar las secuencias más crudas e, incluso, de hacerlas divertidas (ver ese plano de Jake saliendo del saloon y disparando a la vez a dos hombres que caminan por el porche, acertándoles de lleno) y, a la vez, rodando otras que llaman la atención por lo contrario, por la crudeza con la que quedan recogidas (el disparo a la hermana de Mal, o la muerte de uno de los villanos porque un caballo le parte el cráneo con los cascos al saltar por encima de él).
Así pues, "Silverado" es una película que, por encima de todo, se hace con el interés del espectador con una facilidad pasmosa. Cierto es que hubiera sido deseable que el film hubiera dado un poco más de sí para no dejar sub-tramas en el tintero (la relación de Pyden con una mujer llamada Hannah, por poner un caso), aunque tampoco es un gran defecto. De esta forma, "Silverado", además de ser hoy en día uno de las mejores películas acerca del far west, es también una de las más entretenidas del género, y de las más emocionantes de toda la década de su estreno. Un gran trabajo, grandes interpretaciones, y gran diversión en una muy recomendable producción.
¡Sí señor, pedazo de película chavales! A mí las del Oeste, si habéis leído algo de lo que os he contado cuando ha tocado hablar de una, ya sabréis que no me llaman demasiado. No sé si será porque no me interesan demasiado los temas, o porque todas parece que cuenten la misma historia una y otra vez. Pero "Silverado" es una excepción. Para mi gusto, "Silverado", con perdón del señor Sergio Leone, es lo que siempre debería ser una película del Oeste. Sé que no es el no va más y que, seguramente, haya pelis mucho mejores que ésta. Pero qué queréis que os diga. Ahora mismo no soy capaz de recordar una película del Oeste que me divirtiera tanto, que me interesara tanto y que me pareciera tan cojonuda como ésta (repito, con el permiso del señor Leone).
"Silverado", ya de entrada, no tiene a un sólo bueno, como solía pasar en las pelis de John Wayne y en las cuatrocientas de Río Lobo, Río Rojo o Río a lunares que se hicieron. Aquí, hay cuatro tíos, y cada uno tiene su movida personal, que los acabará uniendo. Y en el lado de los malos, pues pasa casi lo mismo que, aunque hay un súper villano dispuesto a ponerles las cosas canutas a los colegas, también hay unos cuantos cabroncetes que se las ingenian para tocar la pelotera más de lo que a ellos les hubiera gustado. Y, por supuesto, juega a su favor tanto la forma en que está hecha, con un estilo súper moderno que no hace pensar para nada en esos movimientos de chiste de las pelis de hace tropecientos años, con una acción cojonuda y emocionante, y con una historia que engancha a tope.
Por supuesto, aunque los actores que salen en ella son bastante conocidos, llaman la atención varias cosas acerca de eso. Como que, por ejemplo, Kevin Kline haga el papel de héroe de turno en el salvaje Oeste -cuando casi siempre o hace de profesor universitario, o de gay, o similares-, que Kevin Costner haga una de sus primeras pelis importantes -por favor, no tengáis en cuenta el doblaje que le han puesto en español, que es casi tan hiriente como el de Verónica Forqué en "El resplandor - The shining, 1980"-, o al negro de "Arma letal - Lethal Weapon, 1987" antes de hacerse famoso junto a Mel Gibson. Ah, y eso por no mencionar al de los Monthy Pyton que hace de sheriff. Pero, dejando de lado el tema del famoseo de los actores, lo que ellos consiguen darle de positivo a "Silverado" es que no son los "Rambos" del Oeste. O sea, que les golpean, les hieren, y les duele, sin ir en plan "a mí no me tose nadie a la cara" sin que las balas ni les rocen (sin ir más lejos, a uno casi le abren la cabeza, y otro se lleva una paliza de la leche).
Pero, volviendo a "Silverado", ya desde el principio, con esa música tan estupenda que te hace pensar en el Oeste pero rollo héroes, no en plan caravana polvorienta (que, mira tú por dónde, también la hay). Y el resto le va detrás. Y todo mola un montón porque, como hay varias historias que se mezclan, siempre tienes una en la que fijarte y que te engancha hasta que llega la siguiente, y vuelta a empezar. Todo eso en medio de huidas, tiroteos en cañones pedregosos, peleas a puñetazo limpio, incendios de casas y emboscadas varias (el final en el que llegan los cuatro colegas al pueblo para ajustar cuentas es bestial). Ah, y por supuesto no me olvido de ese duelo final, como en las mejores películas del Oeste, uno contra uno, y preparados para desenfundar a la primera de cambio.
En fin, que os aconsejo de corazón que veáis "Silverado" porque, aunque por el póster pueda parece una películas más del Oeste como las otras cuarenta que te ponen por la tele en cuanto te descuidas, os prometo que es una pasada de peli. "Silverado" es de las que te engancha y de las que, cuando acaba, tienes esa medio sonrisa que te dice que lo has pasado en grande.
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