TÍTULO: EL EXPERIMENTO
DIRECTOR: OLIVER HIRSCHBIEGEL
REPARTO: MORIZT BLIEBTREU, CHRISTIAN BERKEL, OLIVER STOKOWSKI, WOTAN WILKE
DURACIÓN: 120 min.
AÑO: 2001
GÉNERO: THRILLER
Pocos años antes de darse a conocer a nivel mundial con la más que recomendable "El hundimiento - Der Untertang, 2004", que retrataba las últimas horas de Hitler en un búnker antes de la toma de Berlín por parte de las tropas aliadas, Oliver Hirschbiegel rodó una claustrofóbica película acerca de una prueba científica que tuvo consecuencias impredecibles. La película, que obtuvo una estupenda acogida en diversos festivales internacionales -incluso generó un remake estadounidense protagonizado por los oscarizados Adrien Brody y Forrest Withaker, que se estrenó directamente en formato doméstico-, a su llegada a las carteleras impactaba no por la crudeza de su argumento, sino por el progresivo ambiente claustrofóbico con el que se desarrolla la puesta en escena, y por la forma en que se realiza el análisis de los impulsos más primitivos del ser humano cuando se le cede un poder para el que no está preparado. Con todo ello, Hirschbiegel confecciona un relato tan apasionante como desgarrador de la pesadilla en la que se ven envueltos los veinte individuos involucrados en esta prueba científica.
Un anuncio en un periódico alemán solicita voluntarios para realizar un experimento sociológico, consistente en comprobar el comportamiento humano ante una situación de cautiverio -el experimento se desarrolla en el interior de un gigantesco zulo- e incomunicación, cuya duración está prevista que sea de poco más de dos semanas. De todos los candidatos, se seleccionarán veinte hombres que, a su vez, serán divididos en dos grupos: carceleros y reclusos. Informados de sus respectivos roles, se les informa de lo siguiente: los carceleros no pueden hacer uso de la violencia bajo ninguna circunstancia; los reclusos deben renunciar a la privacidad -así como a ciertos derechos básicos de todo ciudadano corriente-, y obedecer las órdenes de los carceleros. Sin embargo, a pesar de que el inicio del experimento se desarrolla con normalidad, una serie de acontecimientos hará que la situación devenga insostenible, derivando en una espiral de violencia totalmente imprevista, para la que ni los participantes ni los psicólogos están preparados.
"El experimento" es una película tremendamente impactante. Pero su impacto no viene provocado por la violencia que se pueda mostrar en el film. De hecho, a excepción de un par de secuencias y de los últimos quince minutos de metraje, la violencia de "El experimento" es tan sólo psicológica. Eso sí, una violencia retratada a través de un acertado ritmo in crescendo cuyas últimas consecuencias se acumulan hasta su tremendo desenlace. Es más, casi podría decirse que "El experimento" es, por momentos, una excelente película de terror, ya que es a partir del instante en que dicho experimento trasciende las barreras de lo puramente empírico cuando empieza a asustar en realidad (citar al respecto el instante en que uno de los cabecillas de los "guardias" se cita con la novia del "recluso" que más alborota la convivencia en el zulo, o el secuestro de la psicóloga que accede al zulo después de comprobar aterrada el desarrollo que está teniendo la prueba).
Por su parte, el realizador germano se rodea de un grupo de estupendos actores, no muy conocidos -aparte de los dos protagonistas principales, que ya cuentan con una interesante trayectoria en Alemania-, que cumplen a la perfección tanto con su papel dentro de la película, como en el rol que se les asigna en el experimento (tremendos todos ellos desde el instante en que se descontrola la prueba, tanto guardianes como reclusos). Pero, quien brilla con luz propia en "El experimento", como ya decimos, es su director. Hirschbiegel demuestra un dominio arrebatador de la cámara en todos y cada uno de los planos lo cuál, teniendo en cuenta las limitaciones espaciales que lo condicionan para el desarrollo de la historia (no olvidemos que el ochenta por ciento transcurre en un búnker de limitadas dimensiones), tiene un mérito admirable.
Además, Hirschbiegel toma la acertada decisión de no centrar el largometraje en una simple situación de violencia, sino que se muestra más interesado en hacer que el espectador conecte con ambos grupos de individuos, y les acompañe en su progresivo viaje al infierno. Así pues, partiendo de momentos intrigantes aunque más o menos distendidos (el instante en que uno de los reclusos afirma ser intolerante a la lactosa cuando un guardia le obliga a beberse un vaso de leche), el realizador es capaz de llegar hasta momentos duros (la vejación que sufre uno de los reclusos más ancianos, atado a una silla y haciéndose encima sus necesidades) y, finalmente, casi insostenibles (las consecuencias que tiene la entrada de la psicóloga en el búnker, o el final del film en una cocina).
Cierto es que "El experimento" es una película compleja, no apta para todos los públicos, pero tampoco de esos largometrajes que hacen que el espectador esté sufriendo sin necesidad desde que comienza. Afortunadamente, esa ni es la intención de la película, ni lo que acaba siendo. No obstante sí que es cierto que hay momentos en que, cuando la prueba se ha descontrolado, el público se ve arrojado a una situación de tensión máxima junto con los personajes, tan bien retratada que, cuando las letras finales comienzan a salir, más de uno respira aliviado. Pero nada de esto hace que "El experimento" no sea una película digna de admirar.
Jo macho, qué película... A mí me encantó, no voy a mentir, pero me impresionó un huevo. Antes de verla, había oído que se trataba de un hecho real, oq ue había pasado algo muy parecido de verdad cosa que, ya de entrada, daba cierto yuyu. Pero lo que sale en la peli ya son palabras mayores. A mí me impresionó un montón por la forma en que está hecha, es decir, porque ves cómo unas personas normales y corrientes como podemos ser cualquiera de nosotros (es más, al principio, cuando ninguno sabe de qué va a ir la cosa, hablan entre sí como si tal cosa y se hacen sus bromas), de repente, cuando se ve poderosa, es capaz de hacer papilla a cualquiera que no le haga caso. Y eso sin despeinarse, que menos mal que es un experimento, que si no...
Cuando empieza "El experimento" intuyes por dónde va a ir los tiros y, a medida que avanza, la intriga está tan bien llevada que no puedes parar de desear que te cuenten más para saber qué le pasa a cada participante. También es cierto que, el recluso ese que es el personaje principal, es un capullo provocador que busca en todo momento que le partan la cara (fijaos en el momento en que le suelta a uno de los guardias, delante de todo el mundo, que huele a mierda). Pero, aparte de ello, la cosa no es que sea como para que cada uno se tome la justicia por su mano.
"El experimento" no es una película desagradable (creedme, algún día hablaremos de una, más que nada para que no la veáis ni locos, y ya notaréis la diferencia), aunque sí es una peli fuerte. No de las que uno se pone el fin de semana con la familia para pasar un rato divertido -bueno, cada uno tiene sus gustos, pero yo a la mía, desde luego, no se la pondría-, o para ver con la churri así en plan romántico. Sin embargo, sí que os recomendaría que la vierais porque merece la pena. Tiene sus momentos de apretar los brazos del sofá, pero también es de las que da qué pensar: qué habrías hecho tú en lugar de los carceleros o de los presos, cómo podría haberse hecho mejor la prueba, de qué forma predecir ciertos comportamientos en los candidatos, etc. Vamos, una pasada, pero para tener claro cuándo hay que verla. Por cierto, ¿sabíais que el auténtico experimento no duró ni una semana?
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