sábado, 31 de diciembre de 2011

CINE EN CARTEL: "LAS AVENTURAS DE TINTÍN. EL SECRETO DEL UNICORNIO"


TÍTULO: LAS AVENTURAS DE TINTÍN. EL SECRETO DEL UNICORNIO

DIRECTOR: STEVEN SPIELBERG

REPARTO: -

DURACIÓN: 109 min.

AÑO: 2011

GÉNERO: ANIMACIÓN

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Si hace un par de días hablábamos del caso de directores curtidos en el género de largometrajes de animación que dan el salto a película de imagen real, hoy toca hablar justo de lo contrario: de directores que dejan de momento los formatos tradicionales para aventurarse en el cine animado. Así pues, siguiendo el camino de su buen amigo Robert Zemeckis, en esta ocasión, ha sido Steven Spielberg quien se ha animado, junto a Peter Jackson, a dar vida a Tintín, héroe indiscutibles del cómic de aventuras, en uno de los largometrajes de captura por movimiento más trepidantes de los últimos tiempos y, también, a una de las películas de aventuras más recomendables del último año. Para ello, partiendo de un inteligente guión que combina el argumento tanto de los libros "El secreto del unicornio" como de "El cangrejo de las pinzas de oro", Spielberg ha realizado el que se espera sea el primero de una serie de films que tengan como protagonista a la célebre creación del dibujante francés Georges Rémi "Hergé".


    Tintín es un joven reportero que, paseando junto a su perro y fiel compañero Milú por un mercadillo, encuentra la hermosa maqueta de un barco antiguo que acaba comprando. Casi al instante, aparecen dos individuos distintos que le ofrecen recomprársela, mostrando un vivo interés en dicha pieza. Tras rechazar sendas ofertas, Tintín deja la maqueta en su casa y decide investigar qué se esconde tras esa maqueta. De regreso a su casa, descubre que la maqueta ha sido robada e, inmediatamente, es secuestrado y llevado a un buque carguero cuyo capitán, un alcohólico llamado Haddock, se encuentra recluido por sus propios hombres. A partir de este momento, tanto Tintín como Haddock deberán huir de su cautiverio y descubrir qué misterio oculta el famoso unicornio, para lo que la ayuda e historia de los antepasados de Haddock serán decisivos.


    Steven Speilberg, quien siempre se mostró un auténtico devoto de las historias de Tintín, demuestra con "Las aventuras de Tintín. El secreto del unicornio" que sigue siendo uno de los mejores realizadores de largometrajes de aventuras que ha dado la historia del cine. En esta ocasión, aparte de la evidente novedad que supone la realización del film mediante la técnica de captura por movimiento, la película es todo un ejemplo de lo que siempre debería ser un buen relato de aventuras, cuya inteligencia no depende de que éste se haga a través de la animación o con actores reales. Así pues, partiendo de un ingenioso guión, el largometraje consigue resultar interesante a la par que asombra con una realización espectacular plano a plano. Secuencias como la del relato del Capitán Haddock de lo que le sucedió al Unicornio (ese plano del enorme buque surcando las dunas del desierto, o la escena del abordaje a lo "Piratas del Caribe" que describe el enfrentamiento entre el Caballero de Haddoque y Rackham el Rojo), la de la huída a través del hidroavión por el desierto en mitad de una tormenta o, por supuesto, el plato fuerte del evento que es la increíble persecución por el poblado marroquí entre un jeep y una moto con sidecar (como ya hiciera antes el mismo Spielberg con la tercera entrega de Indiana Jones) son instantes que deslumbran al espectador de tal forma, que a penas puede apartar los ojos de la pantalla.


    Por su parte, a nivel técnico, y dejando a un lado la maravillosa labor de los efectos especiales, tanto el montaje de Michael Kahn como la música del maestro John Williams le aportan un dinamismo al conjunto que es recibido por los espectadores con los brazos abiertos, haciendo que "Las aventuras de Tintín. El secreto del Unicornio" sea una experiencia digna de las mejores historias de Hergé. Por consiguiente, el film no sólo es muy recomendable, sino que, con toda seguridad, contará con el apoyo de los fans que, como Hyde, temían por el salto definitivo del personaje a la gran pantalla. Éste es un largometraje de aventuras tremendamente entretenido, bien hecho y con ganas de divertir a todos los públicos, por lo que representa una oferta estupenda para disfrutar de estos días festivos de una buena película en el cine.



  • MR. HYDE DICE:

  • ¡Por fin hemos ido a ver la de Tintín! ¡¡Ueeeeee!! Jo macho, más de dos meses después de que se estrenara, he conseguido convencer a mi niña para ir a ver esta peli (ella no creció leyendo estos cómics, como la mayoría de los mortales de por aquí), que o lo hacíamos ya, o la quitaban de la cartelera. Y la verdad es que me alegro de no tener que verla en casa, porque está muy chula y estoy seguro de que perdería bastante en pantalla pequeña. Como era de esperar, con "Las aventuras de Tintín. El secreto del unicornio" han conseguido hacer una peli de aventuras cojonuda, haciendo que el cómic tenga más sentido que en cualquiera de las anteriores -y lamentables- películas que han hecho sobre Tintín. Eso sí, aquí, por mucho que el título diga que es "El secreto del unicornio", en realidad la historia es una remezcla un poco rara de ésta y de "El cangrejo de las pinzas de oro", pero lo suficientemente bien hecha como para que uno no necesite llevarse las manos a la cabeza por la patata que han hecho.


    Como os digo, el amigo Steven se ha currado una película que nada tiene que ver con los últimos truños que ha hecho (os juro que cada vez que recuerdo el último episodio de Indiana Jones, se me revuelve el estómago), y que es una aventura de principio a fin, con un ritmo estupendo que hace que las casi dos horas se te pasen en un plis. No sé qué habrá tenido Peter Jackson que ver en todo esto (he leído en algún sitio que es uno de los productores y que su empresa de efectos especiales es la que ha hecho todo el trabajo de animación), pero de lo que no cabe duda, es de que "Las aventuras de Tintín. El secreto del unicornio" tiene la huella de Spielberg por donde uno quiera mirar.


    Por lo que respecta a la propia película, está hecha con el mayor realismo que he visto nunca en una película de dibujos animados ("Avatar" no cuenta, que esa no era de dibus). Hace unos días hablábamos de "Polar Express - The Polar Express, 2004" y de cómo flipas con cómo estaba hecha. Vale, pues eso no es nada en comparación con ésta de Tintín. Aquí, absolutamente todos los personajes, incluso con las exageraciones de las caracterizaciones (esas napias enormes) parecen reales. Es más, hasta la expresión de la cara, que en otras pelis era lo más flojete, aquí flipas con cómo está creado (los ojos del Capitán Haddock, por ejemplo, son más expresivos que los de muchos actores de verdad). Y, si ya hablamos de la animación, pues para qué decir más. Así a bote pronto me vienen a la mente dos momentos impresionantes: el primero es al principio, cuando Milú se pone a perseguir a un gato por el piso de Tintín: el otro es, evidentemente, la persecución que tiene lugar en Marruecos, entre Tintín (en una moto) y los malos, para hacerse con los tres pergaminos. Toda esta parte son unos cinco minutos de plano ininterrumpido en los que la cámara va de un sitio a otro, recorriendo toda la ciudad y metiéndose por los sitios menos esperados hasta que termina toda la persecución. Os prometo que es de las cosas que, aunque no controles mucho de cine, te dejan con la boca abierta.


    Además, para los que se leyeron de pequeños mil veces los libros de Tintín, las referencias a sus historietas están por toda la película. Así de entrada, nada más entrar Tintín en su casa, hay artículos colgados en las paredes que hablan de "El loto azul", "El cetro de Ottokar" y "Los cigarros del faraón". Además, en un determinado momento, aparece la Castafiore (aunque, por desgracia, no le intenta tirar la caña al Capitán, como hacía siempre en los libros); en el palacete de un moro aparece, en una fuente -y en una caja del puerto-, un cangrejo con las pinzas de oro, y una de las estatuas que salían en "La oreja rota"; y el jeep en el que huyen los malos por la ciudad esa marroquí es el mismo que aparecía en "El país del oro negro". En fin, sé que son tonterías, pero me hizo gracia ver la forma en que iban saliendo todas estas cosas.


    Y, antes de acabar, un apunte final. Visto cómo acaba "Las aventuras de Tintín. El secreto del unicornio", tiene toda la pinta de haber segunda parte (supongo que siempre que ésta recaude la suficiente pasta como para que Spielberg quiera hacer más). Eso sí, para los que conozcan los libros, sólo decir que el final de "El secreto del unicornio" es justo el de "El tesoro de Rackham el Rojo", así que no tengo ni idea de cómo se las apañarán para hacer toda una segunda parte de nuevas. En fin, supongo que habrá que esperar pero, mientras tanto, yo os aconsejo que vayáis a ver esta película antes de que la quiten de la cartelera porque, independientemente de que sea de dibujitos, es mucho más real que otras de acción de verdad y, junto con la última "Misión: imposible", una de las mejores pelis de aventuras que hay ahora mismo en los cines.




    viernes, 30 de diciembre de 2011

    ESTRENOS DE VIDEOCLUB: "LA MASACRE DE TOWN CREEK"


    TÍTULO: LA MASACRE DE TOWN CREEK

    DIRECTOR: JOEL SHUMACHER

    REPARTO: DOMINIC PURCELL, HENRY CAVILL, MICHAEL FASSBENDER, EMMA BOOTH

    DURACIÓN: 90 min.

    AÑO: 2009

    GÉNERO: TERROR

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Siempre es agradable que realizadores que han sorprendido al público con sus largometrajes se mantengan activos en la actualidad, aunque sea dirigiendo pequeñas propuestas más minimalistas que las súper producciones a las que antaño estuvieron acostumbrados. El primer nombre que me viene a la memoria es el de Francis Copolla, que sigue casi al pie de la letra esta situación. Otros cineastas, en cambio, como Clint Eastwood o Woody Allen, siguen en la brecha a pesar de su avanzada edad, estrenando una película nueva cada año. Por supuesto, Joel Shumacher, a pesar de ser un director de lo más interesante, no se encuentra a la altura de estos dos realizadores citados, aunque sí se agradece que, cada cierto tiempo, siga aportando esa forma tan suya de realizar largometrajes. Ahora bien, que las expectativas estén a la misma altura que el resultado final de las obras estrenadas, ya es otra cosa.


    A finales de la década de los años 30, un científico nazi acude a una granja del centro de los Estados Unidos, propiedad de unos emigrantes alemanes, interesándose por una misteriosa y ancestral piedra que se encuentra en este terreno. Tras un breve prólogo, la acción se traslada a la actualidad, momento en el que Victor Marshall (Purcell), un soldado estadounidense desaparecido tras la Segunda Guerra del Golfo, reaparece de improvisto en el hogar de su hermano Evan (Cavill), un médico local, para pedirle que le ayude a "terminar con una situación de vida o muerte". Evan acepta sin dudar un solo instante, y acompaña a Victor hasta una destartalada granja en la que sus habitantes -los mismos emigrantes alemanes, que no han envejecido ni un sólo día- parecen esconder algo misterioso en un sótano.


    Ver "La matanza de Town Creek" es asistir a la caída definitiva de uno de los directores más interesantes del actual panorama cinematográfico. Que el autor de films tan interesantes como la espléndida "Un día de furia - Falling down, 1993" o las entretenidísima "Línea mortal - Flatliners, 1990", y de fallidos experimentos como "Asesinato en 8 mm. - 8 mm., 1999" o "El número 23 - The number 23, 2007" haya aceptado dirigir un producto previsible, tosco y vacío por completo de cualquier elemento original como "La matanza de Town Creek" es un hecho de lo más lamentable. Si bien sería injusto culpar por completo a Schumacher del desastre que es este film, lo cierto es que éste tampoco parece preocuparse demasiado a lo largo de los escasos -por fortuna- ochenta minutos de metraje en hacer nada original o fuera de lo común con semejante libreto.


    Lamentablemente para el público, cuando el resultado de su esfuerzo es un producto como "La matanza de Town Creek", los espectadores se acaban preguntando si no hubiera sido mejor que el director se hubiera ahorrado un espectáculo tan bochornoso y, en lugar de ello, se hubiera dedicado a perfeccionar otro film distinto. Hasta un film tan aparentemente predecible y vacío como "9 días - Bad company, 2002" o un musical fallido como su versión cinematográfica de "El fantasma de la ópera - The phantom of the opera, 2004" tenían un cierto encanto, uno no acaba de explicarse qué le ha sucedido a Shumacher para que "La matanza de Town Creek" haya pasado a ser uno de los proyectos a realizar en su lista de ofertas. Desde el punto de vista del espectador, la diferencia está clara: donde unos largometrajes consiguen entretener -caso de los dos citados anteriormente- "La matanza de Town Creek" sólo consigue aburrir y servir de excusa para mostrar un puñado de secuencias a cada cuál más repugnante (el monstruo-zombi nazi haciéndose un agujero en mitad de la frente, o siendo degollado con un alambre de espinos), y una historia tan aburrida como prescindible.


    Así pues, si se sienten tentados de averiguar en qué consiste este último largometraje de Joel Chumacher (aún tiene en la recámara dos películas más pendientes de estreno en España), mejor opten por otras ofertas más interesantes en el videoclub para acabar el año con un sabor de boca más agradable. Con que Hyde me convenciera para ver esta bazofia, nosotros ya hemos tenido bastante.



  • MR. HYDE DICE:

  • Os aseguro que no lo entiendo. Cómo puede ser que buenos directores, algunos de ellos capaces de hacer pelis con un buen par de pelotas, de repente, les dé por hacer una mierda como un piano, mucho más propia de cualquier debutante desesperado porque algún productor se fije en él y pueda tener su oportunidad. Que a Jim Sheridan -que tampoco es que me parezca la leche como director, aunque "En el nombre del padre - In the name of the father, 1993" está bastante bien- no se le cayeran las manos al ponerlas sobre cualquier cámara que filmara un sólo fotograma de "Detrás de las paredes - Dream house, 2011" es algo que no comprendo. Pero es que, que alguien como a Joel Shumacher no le dé vergüenza que su nombre aparezca junto a las palabras Dirigido por en un... "algo" como "La matanza de Town Creek" es algo que ya se me escapa por completo.


    Para que os hagáis una idea, los que más puestos estéis en esto del cine, "La matanza de Town Creek" es como "Jeepers Creepers - Jeepers Creepers, 2001" pero todo el rato en la misma granja y con chuflas sobrenaturales de nazis (o sea, pa cagarse). Y para los que no sepáis qué peli es la de "Jeepers Creepers" -que tampoco os habéis perdido nada-, pues sólo deciros que el tema se podría resumir en una especie de ser sobrenatural que necesita zamparse la sangre de la gente para ser inmortal. Ahí es nada. El problema es que, en lugar de leer un guión semejante y tirarlo directamente a la basura, alguien pensó que el pobre Shumacher podría hacer algo más o menos decente con esto. Por supuesto, se equivocaron a lo grande tanto el que lo pensó (que debería estar condenado a galeras desde entonces) como Shumacher (vale que todos tenemos hipotecas que pagar, pero macho, no seas chapuzas, que luego te recordarán por esto).


    Para ser sincero del todo, los primeros diez minutos parecían prometer bastante prometedores. Esa especie de prólogo en blanco y negro, y la pinta amenazante del nazi al que interpreta Fassbender (el actor que hace de Magneto joven en la última peli de los "X-Men") hacía que se te encogiera un poco el ojete sólo de pensar las cosas que podrían suceder en mitad de esa granja dejada de la mano de Dios. Pero, cuando ya avanza la historia hasta el momento presente y se acorralan todos en esa casucha decrépita como si estuvieran en El Álamo, ya la cosa se les desmadra por completo. El resto de los ochenta minutos que dura, a Dios gracias, no son más que basura y casquería en la que ya se mezclan los típicos rollos de zombis, rituales, bebedores se sangre y polladas del estilo.


    Si después de destrozar esta peli como hemos hecho, aún os estáis preguntando por qué la elegimos como la novedad más destacada -y que no hubiéramos comentado ya antes- de los estrenos de videoclub, pues la razón es que a mí me suele gustar el cine de Shumacher (dejando a un lado la última de las aventuras de Batman, que me parece de lo más lamentable que he visto en mucho tiempo), y también creía que "La matanza de Town Creek", aunque fuera una mala película, podría entretener a las mil maravillas, como ya había pasado antes con otras de sus pelis. Pero no, para desesperación del que os cuenta esto (de Jekyll ni os lo cuento, que su cara mientras la veíamos era todo un poema), la peli es una mierda de tres pares de cojones. Así que mejor salid a tomar un poco el fresco a la calle, a cantar un par de villancicos o lo que sea, pero no perdáis ni el tiempo ni el dinero viendo este churro.




    jueves, 29 de diciembre de 2011

    CINE ACTUAL: "LAS CRÓNICAS DE NARNIA: EL LEON, LA BRUJA Y EL ARMARIO"


    TÍTULO: LAS CRÓNICAS DE NARNIA: EL LEÓN, LA BRUJA Y EL ARMARIO

    DIRECTOR: ANDREW ADAMSON

    REPARTO: GEORGIE HENLEY, SKANDAR KEYNES, WILLIAM MOSELEY, ANNA POPPLEWELL, TILDA SWINTON, JAMES MCAVOY, JIM BROADENT

    DURACIÓN: 132 min.

    AÑO: 2005

    GÉNERO: AVENTURAS

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Parece ser que, en Hollywood, cada vez es más común el caso de realizadores de largometrajes animados que deciden dar el salto a la dirección de películas en imagen real. Lo comentábamos hace un par de semanas con motivo del estreno de "Misión: imposible. Protocolo fantasma - Mission: impossible. Ghost protocol, 2011", pues su director, Brad Brid, había llevado a cabo una labor excelente para la compañía Pixar durante los años previos. Algo similar ha ocurrido con, por ejemplo, con Rob Minkoff (quien, tras "El rey león - The lion king, 1994" realizó "Stuart Little - Stuart Little, 1999") o Andrew Stanton (que ha hecho lo mismo con "John Carter - John Carter of Mars, 2012" tras encargarse él sólo de "Wall·E. Batallón de limpieza - Wall·E, 2008). A este grupo, hace unos años, se les unió Andrew Adamson, responsable de la segunda parte de "Shrek", y que se fijó en los libros escritos por C.S. Lewis acerca de las aventuras de unos muchachos, hermanos todos que, durante la Segunda Guerra Mundial, descubren un increíble mundo de fantasía al atravesar la puerta de un gigantesco armario. Así pues, planteado el largometraje como una especie de film de aventuras similar a la de la trilogía de Tolkien para "El señor de los anillos", aunque dirigida a un público evidentemente más infantil. De esta forma, tras convencer a la Disney de las posibilidades de convertir el primero de los siete libros de la serie en una gran súper producción, llegó a las pantallas de todo el mundo la primera parte de "Las crónicas de Narnia", convirtiéndose en uno de los éxitos de taquilla más importantes del año.


    Peter (Moseley), Susan (Popplewell), Edmund (Keynes) y Lucy (Henley) son cuatro hermanos que, durante el asedio alemán a Inglaterra en la Segunda Guerra Mundial, se refugian en un caserío de la campiña inglesa, propiedad de un anciano profesor llamado Kirke (Broadent). Allí, jugando un día, Lucy encuentra en una habitación un gran armario. Al esconderse en su interior, la pequeña descubre que éste, en lugar de tener fondo, es una puerta a un mundo de fantasía llamado Narnia. Uno de los primeros personajes que conoce allí es al Señor Tumnus (McAvoy), un sátiro que la avisa de los peligros existentes en Narnia, representados por la temible Bruja Blanca (Swinton). De regreso al mundo real, Lucy convence a sus hermanos para que la acompañen al mundo que ha descubierto. Una vez allí todos ellos, descubrirán que son los elegidos según una antigua profecía para liberar al reino de Narnia de la amenaza de la Bruja, con la ayuda de un líder llamado Aslan, el cual tiene los rasgos de un fiero león.


    "Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario" es, casi con toda probabilidad, una de las mayores súper producciones infantiles realizadas en los últimos años, con permiso de las aventuras del mago Harry Potter. El largometraje en cuestión es un derroche de imaginación e inventiva que queda plasmado en la pantalla desde el primer minuto (el bombardeo de Londres es de lo más realista) hasta el último (atención a la batalla final entre las tropas de Aslan y las de la Bruja Blanca). Asimismo, con la intención de resultar fieles al argumento imaginado por C.S. Lewis, no se han escatimado esfuerzos a la hora de dar vida a las numerosas criaturas fantásticas que habitan el renio de Narnia, por lo que la aparición en pantalla de castores parlanchines, sátiros, minotauros o centauros resulta ser mucho más realista de lo que hubiera cabido suponer en un principio.


    Sin embargo, por fortuna para el espectador, los numerosos -e impresionantes- efectos especiales que pueblan el film nunca se sitúan por encima de la acción ni del argumento del mismo, consiguiendo así un equilibrio que se agradece, sobretodo a la hora de plasmar los momentos más tétricos y menos infantiles del largometraje (atención a la actitud despiadada de la Bruja Blanca durante la batalla, o el sacrificio al que se presta voluntario Aslan). De esta forma, el director consigue que momentos tan trepidantes como el descubrimiento del cementerio de criaturas convertidas en estatuas de piedra o del posterior enfrentamiento que tiene lugar en un lago helado dejen con la boca abierta a la platea.


    A esto, hay que añadir otros elementos como la magnífica labor de fotografía realizada por el operador Donald McAlpine (atención al contraste del ambiente oscuro de Londres con el paraje helado de Narnia, o del verde de las praderas que choca con el colorido de las armaduras de los protagonistas y de las criaturas fantásticas) y, sobretodo, al compositor Harry Gregson-Williams quien, en esta ocasión, deja a un lado su monótono estilo propio de intrascendentes películas de acción para componer un score épico y majestuoso. En resumen, "Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario" es un film trepidante, lleno de aventura y enormemente distraído que consigue que sus más de dos horas pasen inadvertidas para el público.



  • MR. HYDE DICE:

  • Pues yo no tenía ni idea de que existían los libros esos de Narnia. Es más, hasta un poco antes de que se estrenara la peli, todo lo que tiene que ver con Narnia me sonaba a chino. No sabría decir si esto fue algo positivo o no de cara a ver una película basada en esos cuentos tan conocidos (ya digo que por otros). Por ejemplo, esta misma semana hablamos de "La historia interminable - Neverending story, 1984", que estaba basada en un libro que sí conocía, pero la peli le da mil patadas al libro. Pero, en el caso de esta primera parte de "Las crónicas de Narnia", no tengo ni papa de si el libro es una caña y se lo han cargado al hacer la peli -cosa que suele suceder en el noventa por ciento de los casos- o si pasa como en la otra peli que os decía. Pero vamos, que sea como sea, no hace falta conocer para nada los libros originales para ver "Las crónicas de Narnia: el león la bruja y el armario" y pasártelo bien con una peli de aventuras hecha de fábula.


    Lo que me atrajo al principio de "Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario" era saber que los de Disney se habían gastado un porrón de millones en hacer una peli llena de efectos especiales y muy currada, llena de batallas, caballeros y toda esa pesca. Eso sí, reconozco que, cuando leí en reportajes que los protagonistas son unos críos, me temí que fuera una de esas pelis millonarias en las que todo depende de las soplapolleces de cuatro chavales, y que o vas a verlas al cine porque tu hijo/sobrino/nieto/primo pequeño lo quiere ver, o estás pero que bien jodido.


    Pero mira tú por dónde que nada de eso. De hecho, los cinco primeros minutos son espectaculares, con ese bombardeo de Londres a lo bestia, y que sirve para presentarte a los nenes de turno. Los cincuenta minutos restantes, minuto más minuto menos, sí que son lo más infantil del asunto, con los niños descubriendo el armario en la casa nueva y entrando por primera vez al reino ese de fantasía. Pero la hora restante, desde el momento en que los cuatro chavales descubren que la bruja blanca esa es bastante cabrona, la cosa se pone de lo más interesante, ya que es cuando la peli se convierte de verdad en una película de aventuras como Dios manda: batallas entre criaturas mitológicas -bastante violentas, de hecho-, sacrificios a favor de los buenos, maremotos brutales y toda esa parafernalia.


    De todas formas, que quede claro que, pese a tener secuencias de acción muy guapas y efectos especiales a porrillo, "Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario" es una peli hecha con la intención de que le guste a los chavales más jovencitos. Eso sí, cuenta con el añadido de tener ese toque mágico que le da a todo ese tono Disney (castores parlanchines, lobos que acojonan por su cara de sádicos, brujas malvadas hasta decir basta, etc.), pero preocupándose de ser cuanto más espectacular mejor (la batalla final es impresionante, y más propia para películas de aventuras de caballeros medievales más adultos que no para una peli cuyos protagonistas son cuatro mocosos). Es cierto que, a lo mejor, dos horas y cuarto son un pelín demasiadas para contarte todo lo que te acaban contando –el final, que no el epílogo, con lo que pasa en Narnia después de la batalla, se lo podrían habérselo ahorrado y no hubiera pasado nada-.


    En resumen, que “Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario” es una película de aventuras especialmente dirigida a los espectadores más jóvenes, pero hecha pensando tanto en ellos como en los adultos que se lo quieran pasar bien durante algo más de dos horas con un cuento de lo más entretenido, lleno de efectos especiales y muy entretenido.




    miércoles, 28 de diciembre de 2011

    CINE DE LOS 90: "EL REY LEON"


    TÍTULO: EL REY LEON

    DIRECTOR: ROB MINKOFF & ROGER ALLERS

    REPARTO: DIBUJOS ANIMADOS

    DURACIÓN: 89 min.

    AÑO: 1994

    GÉNERO: ANIMACIÓN

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Después de renacer de sus propias cenizas, a finales de la década de los ochenta con "La sirenita - The little mermaid, 1989", y de arrasar en taquilla con "La bella y la bestia - Beauty and the beast, 1991" (el primer film íntegramente de dibujos animados de la historia del cine en ser nominado al Oscar como mejor película) y "Aladdin - Aladdin, 1992", Disney estrenaría el que, hasta la fecha, es su largometraje animado más taquillero (sin tener en cuenta aquellos realizados a través de ordenador).


    Simba es el león cachorro destinado a heredar el reinado animal de su padre Mufasa. Sin embargo, Scar, hermano de Mufasa, un león envidioso y sediento de poder, no puede soportar el hecho de que él nunca será rey. Por ello, orquesta un aparatoso accidente en el que Mufasa pierde la vida, y dándole a entender a Simba que el joven cachorro ha sido el responsable de tal desgracia, por lo que le anima a abandonar el reino para que nunca se sepa lo sucedido. Una vez que Simba huye, acosado por peligrosas hienas, Scar se hace con el poder. Sin embargo, Simba sobrevive gracias a la aparición de dos extraños personajes llamados Timón (un suricato) y Pumba (un jabalí) que lo ayudarán a sobrevivir.


    Ahora bien ¿cuál es el secreto de semejante éxito? Varios elementos. En primer lugar, la sabia -y libre- adaptación de un relato tan conocido como el "Hamlet" de Shakespeare: el padre rey, el tío traidor que le da muerte, el hijo desterrado que descubre lo sucedido y decide desvelarlo todo y reclamar su trono, los amigos incondicionales que creen en él y lo ayudan a que así suceda, etc. No obstante, en lugar de respetar el tono lúgubre y fatídico de la obra maestra del genio inglés, el guión se las ingeniaba para combinar de forma muy acertada los ingredientes más trágicos (Simba es testigo de la muerte de su padre de la que él se considera responsable, Scar aprovecha la ausencia de hermano y sobrino para sembrar de destrucción -encarnada por las hienas- el reino de su fallecido hermano...), con otros momentos mucho más cómicos y próximos tanto al público infantil (los abundantes números musicales que tienen lugar cuando Simba es un cachorro) como al más adulto (representados, en su mayor parte, por el dúo de Timón y Pumba).


    Otro de los elementos fundamentales es la presentación de unos personajes enormemente carismáticos. En efecto, como viene siendo la tónica generalizada en las películas animadas, en "El rey león" se cuenta con secundarios chistosos que se encargan de animar la función con sus bromas (Zazú, Timón, Pumba e, incluso, el mono Rafiki) a la vez que aportan la parte más moral del film, encarnando al "Pepito Grillo" de la función. Por su parte, se ha cuidado con detalle que el resto de personajes (Simba, Mufasa, Nala...) posean todos una personalidad propia claramente definida, de manera que al espectador le resulte fácil identificarse con cualquiera de ellos y le caigan simpáticos -cosa que sucede hasta con el malvado Scar-.


    En último lugar, si algo caracteriza en especial a las producciones animadas de Disney de los noventa y buena parte de la década pasada es la música. Para esta ocasión, no fue Alan Menken (el oscarizado compositor de las tres anteriores películas de la factoría) quien se hizo cargo de la banda sonora del largometraje, sino que se decidió apostar por una separación de lo más acertada para la música y las canciones. Por una parte, de todas las canciones se hizo cargo Elton John, creando temas tan conocidos como Circle of life o Can you feel the love tonight (éste tema ganador del Oscar a la mejor canción), mientras que la música instrumental fue compuesta por el siempre excelente Hans Zimmer, quien realizó un estudio milimétrico de las composiciones de corte africano con las que tan buen resultado había obtenido en trabajos anteriores (nos referimos a "La fuerza de uno - The power of one, 1992").


    En resumidas cuentas, la acertada combinación de todos estos elementos es lo que hace de "El rey león" una de las películas más aclamadas de Disney (que no la mejor), y pionera en cuanto a la realización de magistrales secuencias capaces de dejar boquiabiertos a pequeños y mayores (ver toda la secuencia del prólogo -más de cinco minutos sin diálogo de pura maestría-). Sin lugar a dudas, un título inolvidable y atemporal de la conocida factoría.



  • MR. HYDE DICE:

  • A ver, "El rey león" está bien y hecha de perlas, no lo niego. Pero tampoco es que sea de lo mejor que he visto de Disney. Ya sé que medio mundo está que no rila con ella pero, por poner un ejemplo, donde esté "El jorobado de Notre Dame - The hunchbak of Notre Dame, 1996", que se quite ésta. Pero bueno, que tampoco es cuestión de desprestigiar a una de las pelis más taquilleras de la historia que, al fin y al cabo, si ha hecho todo ese mogollón de pasta, por algo será.


    De lo que no hay duda es de un par de cosas: la primera, que está hecha de coña, tanto a nivel de animación (yo, más que con el prólogo -que te deja con la boca abierta-, me quedo con el momento de la estampida esa de ñúes o lo que sea, en la que Simba tiene que salir escopetado y su padre rescatarlo aún a costa de su propia vida) como de creación de personajes (te caen bien todos, hasta el mismo Simba de adulto que es un poco atontado). La segunda es que la historia se las apaña para que, aunque la peli esté protagonizada únicamente por animales (hasta ahora, los bichos eran sólo los acompañantes del héroe humano, como pasaba en "La sirenita" con el cangrejo ese tan cachondo, o en "Aladdin" con el mono), y repleta de canciones no se hace pesada en ningún momento. Es más, su escasa hora y media se te pasa volando. ¿Y por qué? Pues por eso mismo, porque los de Disney no son tontos y saben cómo hacer una película para dejar clavados al asiento tanto a los nenes que vayan a verla como a sus papis.


    Y cuidadín con esto último que acabo de decir. Porque, ¿cuándo fue la última vez que una pareja sin críos a los que entretener decidió por voluntad propia ir al cine a ver una peli de animalitos cantarines? Y no, ninguna de las dos primeras partes de "Shrek" cuentan (de la otras, mejor no hablar). O, como dirían Hernández y Fernández, yo aún diría más, ¿cuántas películas de dibujos sabéis que reestrenen casi veinte años después de que salieran por primera vez, y en tres dimensiones, y vuelvan a arrasar en la taquilla de nuevo? En fin, que no creo que haya mucho más que contar sobre "El rey león" que no se haya dicho ya antes o que os descubra algo nuevo. Y sí, podría enrollarme media hora más hablando sobre la banda sonora de mi intocable Hans Zimmer, pero creo que Jekyll ya lo ha encumbrado bastante, así que solo deciros que si podéis haceros con el CD que contiene la versión extendida de la música, no lo dudéis, porque es una pasada. Para el resto, pues lo dicho, que os recomiendo totalmente "El rey león" porque es una peli de dibujos animados de lo más decente y entretenida y que, vista de nuevo hoy en día, parece no haber perdido ni tan sólo un poquito de lo que nos hizo adorarla en su día. Supongo que dentro de otros veinte años ya será considerada como un clásico Disney indiscutible.



    martes, 27 de diciembre de 2011

    CINE DE LOS 80: "LA HISTORIA INTERMINABLE"


    TÍTULO: LA HISTORIA INTERMINABLE

    DIRECTOR: WOLFGANG PETERSEN

    REPARTO: BARRET OLIVER, NOAH HATHAWAY, MOSES GUNN, TAMI STRONACH, PATRICIA HAYES

    DURACIÓN: 94 min.

    AÑO: 1984

    GÉNERO: AVENTURAS

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • "La historia interminable" supuso el siguiente film para el director alemán Wolfgang Petersen, tras su laureada "El submarino - Das Boot, 1981", que había obtenido el reconocimiento internacional de crítica y público. Así pues, partiendo de la novela homónima de Michael Ende, Petersen consiguió aproximarse a este mundo de fantasía a través del un relato incluido, a su vez, en otro. De esta forma, y gracias a un cuidadísimo diseño de producción, surgió el que se convertiría en uno de los largometrajes-icono de mediados de los ochenta, gracias tanto al archiconocido tema musical que acompañó al estreno de la película, como al resultado artístico de la misma.


    Bastian (Oliver) es un niño que, un día, huyendo de un grupo de abusones que lo quieren golpear, se refugia en el interior de una librería. Allí, en un altillo, descubre un extraño libro llamado "La historia interminable" que comienza a leer y al que se engancha al instante. El relato del libro habla de un mundo imaginario llamado Reino de Fantasía, que será aniquilado por una fuerza desconocida, al no ser que un guerrero acuda a la torre de marfil en el que se encuentra recluida la Emperatriz Infantil (Stronach) y consiga salvar tanto el reino como a todos los habitantes. El elegido será un joven indio llamado Atreyu (Hathaway), quien se tendrá que superar con éxito un duro y largo viaje lleno de pruebas en las que su vida correrá peligro. Sin embargo, pasa asombro de Bastian, éste verá como, poco a poco, lo que sucede en el libro que está leyendo traspasa las fronteras de la ficción, obligándole también a él a participar para salvar el reino.


    A pesar de que, vista a día de hoy, "La historia interminable" pueda parecer que ha envejecido considerablemente -cosa que, de hecho, ha sucedido-, no es menos acertado decir que el film dirigido por Petersen se ha convertido, casi de forma involuntaria, en un referente mundial del cine infantil de aventuras. Con ello no queremos dar a entender que éste sea un film dirigido explícitamente a un público más pueril, sino que consigue que los niños (protagonistas absolutos del relato, por mucho que éste se encuentre plagado de criaturas de fantasía) se sitúen al mismo nivel en el que se podrían haber encontrado otros héroes más adultos. Así pues, resulta comprensible la existencia de terribles secuencias -dicho en el mejor de los sentidos- como aquella en que Atreyu está a punto de morir absorbido por una laguna de lodo, o el instante en que debe dejar atrás a su moribundo caballo tras todas las penurias compartidas.


    De esta forma, "La historia interminable" se convierte en una propuesta excelente dentro del cine de aventuras, siendo todo un digno referente por parte de un director que, años después, daría lo mejor de sí mismo en territorio norteamericano (aunque, por desgracia, sus últimos largometrajes -"Troya - Troy, 2004", "Poseidón - Poseidon, 2006"- no se encuentran a la altura de los primeros que realizó). Asimismo, tal y como comentábamos en la introducción, el diseño de producción de los personajes (el comepiedras, el dragón Fújur, etc.) y la creación de unos imponentes decorados consiguen darle ese toque final de fábula adulta a un cuento maravilloso. Por este motivo "La historia interminable" se sitúa como uno de los exponentes de cine protagonizado por niños ("Los Goonies - The Goonies, 1985" podría ser otro buen ejemplo) que, a la par que distrae, consigue ser también un largometraje tremendamente original y plagado de excelentes aventuras que, tal y como le sucede al protagonista que lee el libro, invita a participar al espectador en cada uno de los episodios. Recomendable para público de cualquier edad.



  • MR. HYDE DICE:

  • ¡Ésta sí que es una de las pelis guapas de los ochenta que, casi con toda seguridad, vio la generación del menda! A ver qué crío no se imaginó, en su momento, que podía volar encima de un dragón blanco y peludo como Fújur, o que tenía que hacer las mismas pruebas que Atreyu para conseguir llegar hasta la princesa y salvar su mundo. No tengo ni idea de cómo es el libro original de "La historia interminable", pero de lo que no tengo ninguna duda es de que la peli es una pasada, perfecta para los chavales así más jovencitos que se lo quieran pasar pipa con una buena película de aventuras como las que, por desgracia, ya parece que no se hacen (si el nuevo cine de aventuras tiene que depender de lo que hizo Indiana Jones en su última parte, casi mejor que no hagan nada).


    "La historia interminable" es una combinación estupenda de imaginación, ciencia ficción y aventuras de la mejor especie. Toda la historia tiene una fantasía brutal, siendo un punto muy grande a su favor que mezclen la "vida real" con todo lo que pasa en el cuento que lee el chaval. Es más, hasta cuando el propio Bastian tiene que participar en el cuento que está leyendo, resulta interesante la peli. Uno podría pensar que llegado ese punto, ya se les ha ido la pinza a los que hacen la película, y que se han pasado tres pueblos. Pero resulta que esa especie de final o de decisión final es lo que le da el sentido definitivo a todo. Por otra parte, en "La historia interminable" el protagonista es un chaval casi enclenque que tiene que pasar por pruebas de vida o muerte de lo más chungas y, aún así, resulta de lo más creíble que consiga salirse con la suya en cada una de ellas.


    Otra cosa que también sorprende es que cada prueba que Atreyu tiene que pasar para salvar el renio de fantasía sea súper violenta. Y no me refiero a la violencia de que tenga que sacarle las tripas a alguien, o que haya sangre a tutiplén, sino a que en cada una de ellas no sólo se pone en evidencia la inteligencia del chaval, sino su ingenio para poder evitar que se lo carguen. Eso, cuando le pasa a alguien más adulto, aún puede ser normal -rollo Lara Croft-, pero cuando ves que quien lo tiene que superar es un crío, la cosa ya cambia (algo parecido al hecho de que Bastian termine en una biblioteca porque los matones del cole le quieren zurrar a base de bien). Una de los momentos que se me quedaron grabados casi a fuego es el momento en que tiene que pasar por en medio de dos esfinges brutales que sólo abren los ojos cuando alguien quiere pasar, sacando rayos de los ojos y friéndolo como a un huevo. Os juro que, en el momento en que Atreyu tiene que pasar, ahí estaba yo pasando con él y con el ojete más apretado en un gay parade.


    En fin, que ver "La historia interminable" no sólo hace que te entren ganas de leerte cuantos más libros mejor, sino que es una película de aventuras entretenidísima, dirigida a críos pero con un atractivo especial para que los más mayores se lo puedan pasar también bien con todas las peripecias de unos chavales (porque la mayoría de protagonistas humanos del libro son críos) que buscan salvar su mundo cueste lo que cueste, y siempre haciendo gala de buenos sentimientos como la lealtad, la amistad, y todas esas mandurrias. Así que, si tenéis ocasión de volver a verla, o de descubrirla de nuevo, os aseguro que es una película que marcó a toda una generación. Se hayan leído el libro original o no.




    lunes, 26 de diciembre de 2011

    CINE CLÁSICO: "UN GANGSTER PARA UN MILAGRO"


    TÍTULO: UN GANGSTER PARA UN MILAGRO

    DIRECTOR: FRANK CAPRA

    REPARTO: GLENN FORD, BETTE DAVIS, HOPE LANGE, PETER FALK, THOMAS MITCHELL

    DURACIÓN: 134 min.

    AÑO: 1961

    GÉNERO: COMEDIA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Aún a riesgo de resultar demasiados repetitivos por el hecho de poner dos films seguidos de Frank Capra en esta sección, lo cierto es que resulta casi imposible querer hablar de una película de cine clásico ambientada en época navideña sin recurrir a Capra. Si la semana pasada tratábamos un clásico entre clásicos de este tipo con "¡Qué bello es vivir! - It's a wonderful life!, 1946", hoy hablaremos del que fue el último largometraje realizado por uno de los grandes directores del cine: "Un gangster para un milagro", revisión de "Dama por un día - Lady for a day, 1933" que el mismo Capra había filmado casi treinta años antes. No obstante, su versión actualizada se diferencia de la anterior, entre otras cosas, en el planteamiento de su realización, donde la mezcla de situaciones más propias de films de Blake Edwards con un reparto en pleno estado de gracia compone una de las obras más entrañables de Capra.


    Dave (Ford) es un gangster de Nueva York que pretende ampliar su "territorio", ahora que la prohibición del consumo de alcohol parece estar a punto de finalizar con la derogación de la Ley Seca. Centrado más en su negocio que en su relación con su prometida, Queenie (Lange), Dave es un supersticioso que cree que su suerte proviene de las manzanas que le compra a una mendiga alcohólica del barrio, conocida como Annie "la manzanas" (Davis). Sin embargo, los problemas aparecen el día que la hija de Annie, que vive en Europa y cree que su madre es una dama de la alta sociedad neoyorquina, le avisa que le hará una visita en compañía de su prometido, un conde de la alta nobleza italiana que la quiere conocer. Desesperada al no saber de qué forma aparentar ser toda una señora, recurre a Dave quien, movido tanto por su superstición como por la presión de Queenie, accede a representar una comedia en la que Annie pueda ser presentada como una alta dama. La situación se complicará cuando Dave tenga que hacer frente también a otro mafioso con el que se disputa el control de la ciudad, cosa que pondrá a prueba los nervios de uno los más cercanos y fieles colaboradores de Dave (Falk).


    Evidentemente, tal y como se puede deducir de su argumento, éste es cien por cien capriano. No sólo por relatar una historia llena de buenas intenciones, sino por convertir a personajes que a priori pudieran ser detestables en auténticos ejemplos a seguir (no olvidemos que el protagonista es un delincuente y extorsionador). Pero el mérito de Capra no está en tratar de hacer parecer buenos a determinados individuos, sino en hacer que la situación los vaya guiando a cada uno de ellos por el camino correcto. Así pues, a pesar de que Dave sea un gangster y de que siga empeñado en comportarse como tal (no en vano, parte de la trama se centra en sun ambición por hacerse con un mayor imperio del hampa en Nueva York), debe renunciar en más de una vez a tales propósitos con el fin de ayudar a Annie con su particular farsa. Eso sí, todo se sustenta de forma excelente gracias a las interpretaciones de todo su reparto, perfecto desde el primer intérprete hasta el último, aunque mención especial merece Peter Falk como mano derecha de Dave -y al que parece que le vaya a dar un infarto por el hecho de que su jefe prefiera concentrarse en la vieja mendiga antes que en sus asuntos mafiosos-, y Thomas Mitchell como el pillo ex-juez con cuya habilidad consigue hacer aún más creíble toda la representación. Por su parte, Glenn Ford parece disfrutar más que ninguno ante la posibilidad de interpretar a un mafioso que poco tiene que ver con sus anteriores caracterizaciones como tal.


    Por lo que respecta al film, "Un gansgter para un milagro" está repleta de situaciones divertidas, la mayor parte de las cuáles se centra en la segunda hora de metraje, momento en el que hace su entrada la hija de la protagonista. Ahora bien, el resultado de todas estas secuencias es acertado gracias a la dosificación de las complicaciones que se van añadiendo paulatinamente desde su llegada (ver el instante en que Dave se deshace tanto de un periodista curioso, como del embajador italiano, o de un grupo de policías), pasando por la presentación de los familiares (impresionante la actuación del juez haciendo de padrastro de la muchacha y consiguiendo gratis la dote para la muchacha gracias a una partida de billar), o todo el colofón final con la presentación de las personalidades locales en medio de una recepción.


    Ahora bien, por otra parte, Capra también deja en evidencia que el comportamiento de sus personajes no responde a un arrebato de bondad, sino que todos ellos persiguen un claro objetivo. Esto explica que, por ejemplo, Dave ayude a la anciana porque la necesita para seguir teniendo suerte con las manzanas que ella le vende o que, por su parte, Annie no tenga reparos en extorsionar al resto de mendigos que la ayudan de corazón para que ella le pueda seguir mandando dinero a su hija. De cualquier forma, "Un gangster para un milagro" es una película excelente para pasar un rato agradable con una comedia tierna y conmovedora. Cierto es que carece del grado de perfección de otras películas de Capra como la citada "¡Qué bello es vivir!" o "Caballero sin espada - Mr. Smith goes to Hollywood, 1939", por poner dos ejemplos. Por fortuna, ello no es impedimento para que ver "Un gansgter para un milagro" se convierta en un momento entretenido, divertido y, por qué no decirlo, enternecedor.



  • MR. HYDE DICE:

  • Pues sí, como dice Jekyll, Capra es el director del buen rollito navideño, así que, de hecho, agradezco que haya querido hablar de "Un gangster para un milagro" porque no la había visto aún, y ha servido para que me ponga las pilas y la vea ya de una vez. Y me alegro, porque la peli está muy chula. Tiene sus momentos divertidos, otros de más nerviosismo por ver los problemas que van teniendo para que los nobles se crean todo el paripé que les están haciendo creer y, por supuesto, los del final feliz en que a todos les falta acabar comiendo perdices.


    Si tuviera que decir qué es lo mejor y lo peor de "Una gangster para un milagro" supongo que, en el primer grupo, me quedaría con la parte de la farsa que tienen que representar. Desde que el gangster accede a montar todo el tinglado (tanto porque quiere seguir teniendo buena suerte como porque la novia no lo abandone) hasta que empieza el juego, te lo pasas pipa con los disparates tan improvisados que se les ocurren para que todo salga como toca. Por ejemplo, hacer pasar a todos los borrachines y jugadores del club por caballeros de la alta sociedad, o a las bailarinas del club que dirige la novia del mafioso por señoritas respetables. O como cuando se les van añadiendo las dificultades: encontrar un marido para la mendiga (brutal el juez en todos sus momentos), un lugar dentro del hotel de lujo para vivir, cómo mantener alejada a la prensa que quiere hacer un reportaje sobre la llegada del conde y, por supuesto, todo lo que tiene que ver con la recepción que el conde quiere que le hagan en plan "algo pequeño, de unas cien personas más o menos". ¡Jejeje, qué tío cachondo!


    Dentro de "lo peor", aunque no haya nada que sea específicamente malo, supongo que le peli es demasiado larga. Si le hubieran quitado media hora, hubiera sido cojonudo. Toda la primera parte, donde el gangster conoce a su novia, habla con el otro mafioso de Chicago dentro de un camión y se descubre todo el problema de la vieja (la parte en la que tiene que recuperar una carta de su hija, por ejemplo) se hace bastante largo. No digo que aburra, pero sí que tiene trozos que hubieran sido de agradecer que hubieran aligerado un poco más. Si se hubieran centrado antes en todas las movidas para hacerle creer a la hija que su madre es una noble, se hubiera agradecido.


    Ah, y otra cosa que veo forzada que te cagas es el final. Vale que la peli tenga que acabar bien y todo eso, pero la solución que le dan a todo es más falsa que una moneda de tres duros. Si lo hubieran enseñado como que el mafioso decide ir a la cárcel a cambio de que el alcalde aparezca y todo eso, aún se podría entender un poco más. Pero que la alta sociedad decida aparece sólo para hacerle un favor a una vieja mendiga a la que ni conoce, eso ya es pasarse un pelín de ciencia ficción.


    Pero vamos, que todo esto no quiere decir que "Un gangster para un milagro" no sea una buena película, porque sí que lo es. Es amable, divertida y con buenas personas durante todo el tiempo. Así que yo os la recomiendo como hizo Jekyll conmigo -aunque él, más que recomendar, me obligara a verla para poder comentarla hoy-, y espero que la disfrutéis.





    domingo, 25 de diciembre de 2011

    CINE EN CARTEL: "NOCHE DE FIN DE AÑO"


    TÍTULO: NOCHE DE FIN DE AÑO

    DIRECTOR: GARRY MARSHALL

    REPARTO: HILARY SWANK, ROBERT DE NIRO, SETH MEYERS, MICHELLE PFEIFFER, HALLE BERRY, JON BON JOVI, ASHTON KUTCHER, ZAC EFRON, KATHERINE HEIGL, SARAH JESSICA PARKER, JESSICA BIEL, JOSH DUHAMEL, LEA MICHELE, ABIGAIL BRESLIN

    DURACIÓN: 118 min.

    AÑO: 2011

    GÉNERO: COMEDIA ROMÁNTICA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Desde que se estrenara la comedia británica "Love actually - Love actually, 2003" -su parecido con la mucho menos cómica "Vidas cruzadas - Short cuts, , cada cierto tiempo parece surgir una comedia norteamericana que, utilizando el mismo principio de micro-historias cuyos protagonistas se entremezclan entre sí, se estrena aprovechando una determinada época del año, o suceso ampliamente conocido. Tal fue el caso de "Historias de San Valentín - Valentine's day, 2010" que, con un gran reparto de actores conocidos, seguía la misma estela dejada por la comedia de Richard Curtis. Así pues, casi un año después del estreno de la primera película multi-historia filmada por Garry Marshall (especialista en comedias románticas de este tipo desde que se pusiera tras las cámaras en "Pretty woman - Pretty woman, 1990"), llega a las carteleras españolas la nueva propuesta del mismo equipo responsable de "Historias de San Valentín". En este caso, la confección del largometraje es igual que el anterior -pequeñas historias protagonizadas por actores célebres, cuyos protagonistas se entremezclan entre ellas, y con una destacada fecha del calendario como marco escénico-, y con el mismo equipo técnico tras las cámaras.


    "Noche de fin de año" cuenta diferentes historias, entre las que se cuentan las siguientes: Ingrid (Pfeiffer) trabaja en una discográfica de la que despide para comenzar una nueva vida, por lo que propone a un joven mensajero llamado Paul (Effron) que la ayude a cumplir la lista de sus propósitos de año nuevo a cambio de unas entradas para una fiesta de alto copete; Stan (De Niro) es un anciano con un cáncer terminal al que cuida una enfermera (Berry), y cuyo último deseo es poder ver el cambio de año; Tess y Griffin (Biel y Meyers) son un matrimonio que están a punto de tener un hijo, coincidiendo con el fin de año; Laura (Heighl) es la dueña de una empresa de catering que se niega a darle una oportunidad a una gran estrella del rock llamada Jensen (Bon Jovi) después de que éste cortara con ella; Randy (Kutcher) y Elise (Michele) son dos vecinos que se quedan atrapados en el interior de un ascensor, del que ella se muere por salir al tener que cantar en un concierto de año nuevo, mientras que él es un apático que odia este tipo de fiestas; Kim (Parker) es una madre divorciada que tiene que lidiar con su hija, Hailey (Bresllin), que quiere asistir a la fiesta de nochevieja en compañía del chico que le gusta; Sam (Duhamel) es un joven soltero de oro que trata de acudir a una importante cita con una mujer antes de que finalice el año, cosa que se complica al sufrir un pequeño accidente de coche; y, finalmente, Claire (Swank) es la nueva encargada de organizar la fiesta de año nuevo en Times Square, y de conseguir que un imprevisto en la iluminación que marca el fin del año no arruine su retransmisión.


    Tal y como apuntábamos en la introducción, al igual que sucedía en "Historias de San Valentín", "Noche de fin de año" sigue punto por punto los mismos parámetros que aquella aunque, por fortuna para el espectador, el desfile de caras más o menos conocidas hace que el film dirigido por el cada vez menos inspirado Garry Marshall consiga distraer sin hacer que el público tenga en cuenta lo forzado o absurdo de alguna de las situaciones que plantea. Según me decía ayer Hyde, él quería encargarse de comentar este punto, por lo que no nos extenderemos más de la cuenta. Tan sólo apuntar algún que otro elemento "imposible" que hace que la película se resienta -al menos para aquellos que, como un servidor, sean más proclives a preferir las historias emocionantes pero "reales"-. Procurando no desvelar demasiados detalles, en primer lugar, se encuentra la casualidad que une la historia del mensajero Paul con la de Kim y su hija. En segundo lugar, el final que tiene la historia de Sam y la identidad de la misteriosa mujer con la que ha quedado (no resulta creíble en absoluto). Y, en tercer lugar, el gusto autóctono de los norteamericanos por magnificar determinados eventos que, más allá de sus fronteras, carecen de la misma ilusión que aquellos parecen otorgarle (caso del fallo eléctrico en la bola que marca el fin de año o del consecuente discurso de Claire ante la multitud congregada en Times Square).


    Por lo demás, hay que admitir que "Noche de fin de año" es una película excelente para aquellos espectadores que, en estos días de frío irregular, busquen refugio en una -o varias- historias amables de gente que derrocha felicidad y esperanza por los cuatro lados. Nunca ha habido nada malo en los films de este tipo desde el punto de vista argumental. Eso sí, que la calidad del largoemtraje se encuentre a la altura de sus intenciones argumentales, eso ya es harina de otro costal.



  • MR. HYDE DICE:

  • Vaya por delante que fui a ver esta peli obligado. Bueno, más que obligado como pago por una apuesta que había perdido con mi chica. Así que a esto sumas que la peli de la que hablamos es "Noche de fin de año", de los mismos creadores de "Historias de San Valentín", os podéis imaginar mi cara y mis ganas de meterme en la sala a verla, teniendo en cuenta que la de Tíntín aún me sigue esperando. La cosa tampoco mejora mucho al entrar en la sala, donde mi chica, muy acertadamente me dice "¿Te has dado cuenta de que casi todos los que han venido a verla son mujeres? ¿Y que los pocos hombres que hay han venido acompañándolas?" Creo que con esto está todo dicho sobre el tipo de película de la que vamos a hablar ahora.


    Aunque, para ser sincero del todo, romperé una lanza a favor de "Noche de fin de año" diciendo que no es, con diferencia, tan mala como la de "Historias de San Valentín" (que es un bodrio pastelorroide de mil demonios), y que consigue entretener lo justo como para que no te preguntes quién coño te mandaba apostar nada. Creo que tiene como cinco o seis historias diferentes, con personajes de alguna que se mezcla con los de otra, lo que le da una especie de entretenimiento extra que es de mucho agradecer. Por supuesto, quien se piense que hay alguna que no acabe bien, ya se puede ir olvidando, porque si hay algo que no se molestan en ocultar ni por un solo segundo es que, en Nueva York, el día de fin de año, por muy puteado que estés, debes ser feliz por cojones. Y si no, esperad a ver la peli, y veréis cómo parece que todos tengan que besarse con todos, abrazarse como si el mundo se fuera a terminar y todas esas paridas que les gusta meter a los yanquis en las películas.


    Parece que el efecto "Love actually" ha hecho mella en los primos del otro lado del charco pero, lo que esta simpática comedia conseguía de forma casi natural y espontánea sin forzar ninguna situación, en "Noche de fin de año" parece que te lo quieran meter a calzador, es decir, que por huevos tienen que caerte bien todos los personajes y ellos, a su vez, dejarse la piel para que veas lo buenos y felices que son. De todas las historias, hay más de una que sobra, como la de la pareja que va a tener un hijo (sí, será todo lo graciosa que quieras, pero si no la hubieran puesto, tampoco hubiera pasado nada). Y tres cuartos de lo mismo podría decirse de la del ascensor en la que se quedan encerrados el ex-marido de Demi Moore (lo siento, pero este hombre sólo me produce ictericia -vale que Bruce Willis no sea un Adonis, pero Demi, mira que casarte con este soplapollas...-) y su vecina cantarina, que no hay quien se la crea, ni le aporta nada a la peli.


    Por otra parte, en el lado de las historias más decentes, supongo que podríamos meter la que tiene que ver con un Robert de Niro moribundo y Halle Berry como su enfermera (¿dónde estaban las enfermeras como ésta cuando yo estaba en el hospital?), y la de Sarah Jessica Parker y su hija (qué cachonda la tía cuando le dice a su hija que no le enseñe el sujetador el público, que no están en "Sexo en Nueva York"). Los demás capítulos, que también tienen su punto simpático, podrían haberlos metido sin problema en "Historias de San Valentín 2" o en "Historias de Navidad", o incluso en "Historias de cuando me fui de vacaciones a Nueva York y fíjate tú lo que me pasó", porque tienen que ver con el año nuevo lo mismo que la gimnasia con la magnesia (sólo se podría salvar más o menos el capítulo de Michelle Pfeiffer, pero vamos, que sería por los pelos).


    Así que ya sabéis lo que os espera: casi dos horas de gente que se esfuerza en demostrar lo felices que son y la de oportunidades imposibles que te pueden surgir en tu vida. Lo que pasa es que querer meterlo todo con algo relacionado con el fin de año, pues a los amigos americanos les parecerá de lo más cojonudo que hay, pero por estas latitudes, que hasta nos da vergüenza ver al Ramonchu vestido con la capa de draculín y a la Obregón explicando a los atontados que no saben qué son los cuartos cómo funciona la cosa, pues nos parece algo de lo más lamentable. Pero, si tienes la suerte de que semejante pastelorro te lo adornan con una buena decoración, el resultado es "Noche de fin de año", que no aburre ni hace que te entren ganas de beberte la cicuta, pero de la que te olvidas a la media hora de haberla visto -si no, antes-. Eso sí, de lo más recomendable para ver con tu pareja -femenina- si le van las historias romanticonas como éstas.





    ¡ F E L I Z N A V I D A D !

    QUERIDOS AMANTES DEL CINE,

    TANTO JEKYLL COMO HYDE OS DESEAN DE TODO CORAZÓN QUE DISFRUTÉIS DE UNA MUY FELIZ NAVIDAD, RODADOS DE TODOS VUESTROS SERES QUERIDOS.

    ESPERAMOS PODER SEGUIR DISFRUTANDO CON VOSOTROS DE MUCHAS PELÍCULAS MÁS. COMO SIEMPRE, SABÉIS QUE VUESTRAS APORTACIONES Y COMENTARIOS SON SIEMPRE BIENVENIDOS.

    ESPERANDO QUE PASÉIS TODOS FELICES FIESTAS, OS MANDO DE SU PARTE UN CALUROSO SALUDO.

    ¡FELIZ NAVIDAD!

    sábado, 24 de diciembre de 2011

    CINE A DESCUBRIR: "FELIZ NAVIDAD"


    TÍTULO: FELIZ NAVIDAD

    DIRECTOR: CHRISTIAN CARION

    REPARTO: DIANE KRUGER, BENNO FÜRMANN, GUILLAUME CANET, DANNY BOON, DANIEL BRÜHL, GARY LEWIS

    DURACIÓN: 115 min.

    AÑO: 2005

    GÉNERO: DRAMA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Un tema tan espinoso como la Primera Guerra Mundial, al igual que la Segunda, se ha tratado desde los más variados puntos de vista a lo largo de la historia del cine. Aunque, haciendo una especie de paréntesis entre las propuestas más centradas en los conflictos armados, el director francés Christian Carion realizó hace unos años una de las películas más atípicas y hermosas que se recuerdan basadas en este terrible suceso. Así pues, basándose en hechos reales descritos por los soldados alemanes, franceses y escoceses que participaron en la contienda bélica de finales de 1914, la historia que relata "Feliz Navidad" no sólo habla de la guerra, sino que más bien de lo que una época como la navideña es capaz de significar para los seres humanos, capaces de dejar a un lado el odio que marca todas las guerras para participar como hermanos en tan sagrada celebración.


    Diciembre de 1914. En el centro de Europa se desencadena un duro enfrentamiento entre los ejércitos alemán, francés y escocés. Forzados a permanecer durante la Navidad en el frente, la situación da un brusco giro cuando un soldado alemán llamado Nikolaus (Fürmann), cantante profesional fuera de las trincheras, decide amenizar la Nochebuena con su voz, a quien acompaña su prometida, Anna (Kruger), también soprano profesional. Esta reacción sorprende tanto a sus propios compañeros -en especial a su responsable superior, Horstmayer (Brühl)- como al resto de las tropas "enemigas", entre los que se encuentra el capitán galo Audebert (Canet) y su homónimo escocés. Sin embargo, un simple gesto como éste, deriva en un improvisado alto el fuego que acerca a todos los combatientes a un terreno neutral en el dejan momentáneamente de lado las armas para celebrar todos juntos la Navidad. No obstante, este inocente acto, tendrá sus consecuencias cuando llegue a oídos de los altos cargos militares.


    "Feliz Navidad" no solo es un ejemplo de sencillez narrativa, sino de realización milimétricamente calculada para resultar emotiva sin caer en la manipulación y sentimentalismo más descarado. Es cierto que alguna de las secuencias que contiene parece destinada a provocar la lágrima fácil en el público (el instante en que Nikolaus dejando un árbol navideño en cada trinchera, el plano de los tres frentes acercándose hasta encontrarse cara a cara, o el momento en que todos los soldados se congregan alrededor del párroco escocés para celebrar al Misa del Gallo), pero todo ello está tratado con una seriedad y respeto que logra emocionar -e, incluso, impresionar- sin resultar tramposo. Incluso cuando, en la parte final del largometraje


    Así pues, "Feliz Navidad", a pesar de rozar en determinados momentos alguna que otra situación de lo más forzada (ese interés incondicional de Nikolaus de volver al frente a pesar de su día de permiso junto a Anna, por ejemplo), lo cierto es que se confirma como un largometraje arrebatador, hecho con una exquisitez que asombra tanto por sus momentos de tensión (el comienzo con los tiroteos y muerte de algún que otro personaje destacado), como por la simplicidad de otros instantes (los mandatarios alemán, francés y escocés bebiendo café en la mañana del día de Navidad), y que juntos funcionan con una harmonía casi perfecta. Por lo tanto, "Feliz Navidad" es una película cien por cien recomendable para disfrutar con una historia de buenos sentimientos y, de paso, asombrarse con hechos magníficos (y magnificados) que tienen lugar cuando el ser humano sustituye el odio de su corazón por todo lo contrario. Excelente, repetible, magnífica.



  • MR. HYDE DICE:

  • Es una película preciosa. Puede que un poco sentimentaloide y tal, pero os aseguro que te pasas las dos horas que dura con el alma en vilo. Dicen que la historia de la peli fue verdad, cosa que hace que te impresione aún más lo que te cuentan, aunque también habrá que ver si la cosa fue tal cuál la sacan en la peli, porque parece un pelín exagerada (aunque también, qué esperamos, si estamos hablando de una película). De todas formas, es una pasada ver cómo, lo que empieza siendo una matanza brutal propia de cualquier guerra, poco a poco se va convirtiendo en una especie de convivencia extraña, hasta que los soldados de todos los bandos se dejan de balas y de tonterías, y se juntan como si fueran un grupo de amigos que hace tiempo que no se ven.


    Lo curioso de todo, es que no sabrías decir cuál es el momento en que se produce ese cambio. Bueno, o sí, porque flipa lo que puede hacer una sola persona cantando en mitad de una guerra. Ese es mi trozo preferido: cuando el alemán empieza a cantar "noche de paz" a dúo con su novia, les sigue acompañándolos uno de los escoceses con su gaita y, después el resto de franceses. Además, mientras canta, saca un árbol de Navidad y lo lleva a las trincheras alemanas como signo de tregua. A partir de aquí, el resto de la peli es como una especie de sueño que demuestra la otra cara de la crueldad de una guerra ya que, con la misma facilidad con la que el hombre puede matar, también puede hacer borrón y cuenta nueva. Y lo mismo se puede decir de la parte esa en la que todos se acercan al cura inglés para participar en la misa del gallo. Alucinas con el mogollón de soldados juntos escuchando la ceremonia.


    Supongo que también será un poco exagerado, por muy real que fuera la situación, la última parte de la película, en la que la gente empieza a congeniar entre los enemigos, jugando al fútbol o compartiendo bebidas alcohólicas para combatir el frío. Pero ya os digo que te quedas flipado con la facilidad con la que parecen hacer todos un alto al fuego y olvidarse casi por completo de que están metidos en una guerra mundial. La lástima es que, por mucho que veas que todos los soldados hacen un esfuerzo por respetarse entre todos los que combaten, el final sea inevitable y un poco pesimista. Aunque, para ser sinceros, cualquier otro final hubiera sido ya ridículo del todo.


    En fin, que os recomiendo de todo corazón que, especialmente en estos días de celebración en los que estamos, si tenéis ocasión de rescatar de alguna tienda, videoclub o canal de televisión "Feliz Navidad", le dediquéis el tiempo que dura. Aparte de ser una película muy bien hecha, es bonita a rabiar. Lo dicho, perfecta para estos días. ¡Cuánto tendríamos que aprender hoy en día con historias como ésta!




    viernes, 23 de diciembre de 2011

    ESTRENOS DE VIDEOCLUB: "LOS PITUFOS"


    TÍTULO: LOS PITUFOS

    DIRECTOR: RAJA GOSNELL

    REPARTO: HANK HAZARIA, NEIL PATRICK HARRIS, JAYMA MAYS, SOFÍA VERGARA

    DURACIÓN: 95 min.

    AÑO: 2011

    GÉNERO: COMEDIA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Teniendo en cuenta que, en los tiempos que corren, es raro no encontrarse con versiones filmadas de series televisivas más o menos exitosas, era evidente que no se tardaría demasiado en llevar la historia de los pitufos a la gran pantalla. Sin embargo, esto no es tarea fácil, ya que la combinación de imagen real con animación de este estilo, requería de una experiencia y saber hacer que evitara el fracaso de otras series trasladadas al cine, como es el caso de las horrendas "El inspector Gadget - Inspector Gadget, 1999" o "Garfield - Garfield, 2004". Para ello, se convocó a Raja Gosnell, que había dejado buen sabor de boca en la taquilla (artísticamente es otro cantar) con la versión cinematográfica de "Sooby-Doo" y su secuela, para que se pusiera al tras la cámara. Así pues, tras elegir a rostros más o menos conocidos por la audiencia (Hank Azaria es uno de los dobladores más famosos de "Los Simpsons", mientras que Neil Patrick Harris es uno de los entrañables protagonistas de la serie "Cómo conocí a vuestra madre"), la filmación dio comienzo.


    Los pitufos viven tranquilamente en su aldea del bosque. El malvado mago Gárgamel, acompañado siempre de su fiel gato Azrael, quiere destruir a los pitufos a toda costa, para lo que necesita localizar su aldea y extraerles el poder necesario para aniquilarlos y, de paso, hacerse el mago más poderoso del mundo. Tras un aparatoso percance, unos cuantos pitufos (Papá Pitufo, Pitufina, Patoso, Filósofo...), Gárgamel y Azrael son trasladados al planeta Tierra y, más específicamente, al centro de Nueva York. Allí, Patoso cae accidentalmente entre las propiedades de Patrick (Harris), un publicista casado con Grace (Mays), con la que está a punto de tener un hijo. Cuando el resto de pitufos acude a rescatar a Patoso, todos ellos se conocen, con el consecuente revuelo que ello provoca. Las cosas se complican aún más cuando Gárgamel hace acto de presencia, amenazando no sólo la tranquila vida de Grace y Patrick, sino también la vida de los pitufos.


    Evidentemente, un film cono "Los pitufos" está pensado y realizado tan sólo con la esperanza de que guste al público infantil. Con esto no queremos insinuar que conviene que todo aquel que tenga más de ocho o nueve años haría mejor manteniéndose alejada de ella (aunque esto sí sea recomendable para otro tipo de películas infantiles), sino que carece del objetivo planteado por otras producciones semi-animadas como, por ejemplo, la citada "Garfield" o cualquiera de las entregas de "Alvin y las ardillas" -la tercera recientemente estrenada en los cines españoles-, en los que sus responsables parecen más interesados en que los niños se rían con las patochadas y tonterías de los protagonistas animados, que no con el conjunto total del film. Aunque, no obstante, a diferencia de otros realizadores con algo más de pedigrí como Robert Zemeckis (ayer comentábamos su fabulosa "Polar Express - The Polar Express, 2004") o Steven Spielberg (expectantes estamos ante su publicitado "Tintín"), "Los pitufos" se decanta más por un guión plagado de recursos fáciles y situaciones simplonas que no den demasiados quebraderos de cabeza ni a sus máximos responsables para llevarlas a término, ni al público para seguir y entender la línea argumental.


    No obstante, a pesar del carácter inevitablemente infantil de su conjunto, "Los pitufos" se preocupa lo suficiente por entretener a la platea (de ahí la simpática secuencia que tiene lugar en la juguetería, o el final con Gárgamel haciendo frente a toda la aldea de pitufos, con el derroche de efectos especiales que ello conlleva) y de mantener todo lo intacta que pueda la reputación y recuerdo de estos simpáticos personajes azules. Por lo demás, "Los pitufos" es una opción excelente en entre las novedades de videoclub de esta semana para distraer a los más pequeños. Aparte de eso, no hay mucho más que comentar del film.



  • MR. HYDE DICE:

  • Para ser sincero, pensaba que la cosa iba a estar pero que mucho peor. No sé si es que cada vez que sale una película destinada a los niños más pequeños lo interpreto como que va a ser una mierda, pero es que las últimas que he visto de ese estilo me han agotado toda la paciencia. Y eso por no decir que no comprendo por qué se empeñan en dar por hecho que los críos son subnormales (bueno, a veces, sí que lo son) y las pelis que les plantan a las pobres criaturas son una mierda como un horcón. Por no ir más lejos, la peli que comentamos la semana pasada en esta misma sección de videoclub, la infumable "Los pingüinos del señor Popper - Mr. Popper's penguins, 2011" era una ofensa a aquellos que tienen un mínimo de materia gris en el cocotero, y una prueba de resistencia intelectual impresionante. Por eso, cuando nos decidimos esta semana por "Los pitufos", lo cierto es que ya me veía venir otro truño como un pino. Afortunadamente, la cosa no ha sido así y, aunque "Los pitufos" se queda muy lejos de ser un peliculón, mentiría si dijera que no me ha parecido simpática, un tanto entretenida y, hasta cierto punto, recomendable para que los más pequeños pasen un buen rato sin que sus padres se desesperen demasiado.


    El argumento de la película no se lo han currado mucho pero, aunque no tiene ninguna sorpresa, tampoco cae en el ridículo más absoluto como las chorradas esas que hacen parodiando a otras películas que ya se han hecho antes. Además, aquí cuentan con la ventaja de que la gente ya conoce de antemano a los pitufos, por lo que es bastante fácil que les caigan bien las tonterías que hace cada uno con sólo salir en la pantalla. Los efectos especiales, por su parte, están muy bien (al fin y al cabo, si la cagan ahí, se jodió toda la peli, así que era lógico que no iban a ser de los baratos), haciendo que sea creíble que los pitufos están de paseo por Nueva York. Hasta el gato Azrael está currado -aquí mezclan efectos especiales con un gato de verdad-, y es de lo más cachondo cuando tiene que orientar a Gárgamel, que va más perdido que un pollo sin cabeza.


    Por lo demás, ya os digo que "Los pitufos" no tiene mucho más donde rascar. Si te quieres centrar en la historia de las personas de carne y hueso pierdes el tiempo, porque es lo más ñoño y predecible que te puedas imaginar (el hombre descubriendo que no debe tener miedo porque está a punto de ser padre, que la jefa tirana acaba conmovida por el discurso que le sueltan a la desesperada, que la campaña publicitaria en la que trabaja debe decidirla con lo que le salga del corazón, y bla bla bla, más polladas sentimentaloides del mismo palo). Así que, como suele pasar con estos casos, casi se agradece que la peli se centre en los efectos especiales de los pitufos, y que dejen de lado al pobre hombre que hace de Gárgamel -le pone ganas, pero da más pena que miedo-, y apuesten por parecerse a la serie cuanto más posible (ese guiño al cómic de los pitufos cuanto ellos entran en una librería buscando un antídoto).


    Así que, si queréis optar por una película infantil, inofensiva y con su punto divertido, creo que de lo que hay en el videoclub ahora mismo, "Los pitufos" puede ser la mejor opción. Al fin y al cabo, seguro que los críos se divierten con las tontunas que les pasan a estos personajillos azules y, si a ti te toca verla con ellos (o a ti solo, que de todo hay en este mundo), pues tampoco te levantarás del sofá lamentándote por la pérdida de tiempo. Para pasar un rato y olvidarte de ella a la de tres.





    CINE ACTUAL: "POLAR EXPRESS"


    TÍTULO: POLAR EXPRESS

    DIRECTOR: ROBERT ZEMECKIS

    REPARTO: DIBUJOS ANIMADOS

    DURACIÓN: 99 min.

    AÑO: 2004

    GÉNERO: ANIMACIÓN

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Después de revolucionar el mundo de los efectos visuales y de sentar cátedra en el cine de aventuras con largometrajes como "Regreso al futuro - Back to the future, 1985", "¿Quién engañó a Roger Rabbit? - Who framed Roger Rabbit?, 1988" o "Forrest Gump - Forrest Gump, 1994", el realizador Robert Zemeckis se enfrascó en un nuevo proyecto que le permitiría experimentar con un nuevo tipo de filmación: la animación por captura de movimiento. A través de este complejo proceso, actores de carne y hueso, digitalizados por completo, podían transformarse a gusto de los creadores, animándolos y situándolos en los escenarios más inverosímiles. Así pues, tras interesar a Tom Hanks en la adaptación de un viejo cuento llamado, precisamente, "El Expreso Polar", Zemeckis rodó una revolucionaria película que combinaba tanto la aventura más tradicional de sus anteriores largometrajes con un argumento cien por cien navideño e infantil, en el que Hanks interpretaría a casi la totalidad de los personajes. El resultado, como decimos, es casi una obra maestra de este nuevo cine de animación.


    Una Nochebuena, un niño que ha dejado de creer en Santa Claus, despierta alertado por un extraño ruido y unas luces brillantes. Cuando sale de su casa para comprobar qué es, se encuentra con la sorpresa de que un gigantesco tren ha parado delante mismo de su portal. Allí, un simpático aunque gruñón revisor le informa de que ese tren es el Polar Express, y que se dirige al Polo Norte para llegar a tiempo de que Santa Claus comience con el reparto de regalos a lo largo del mundo. El niño se monta en el tren y, en ese momento, empieza una trepidante odisea llena de aventura y peligros en la que el Polar Express, lleno de niños pequeños, emprende su viaje.


    Como indicábamos al comienzo, partiendo de un cuento corto de clara inspiración navideña, Zemeckis y el guionista William Boyles Jr. (el mismo que se encargó del libreto de "Náufrago - Cast away, 2000", otro film del tándem Zemeckis - Hanks) confeccionaron un largometraje impresionante desde casi todos los puntos de vista. Estéticamente, "Polar Express" es una maravilla, pues el diseño de los decorados asombra casi con la misma facilidad que a los personajes (ese tren envuelto en neblina parando en la entrada de las casas, el lago helado con las vías sumergidas, toda la ciudad del Polo Norte, o los entresijos de los almacenes donde se reparten los regalos), la partitura original compuesta por Alan Silvestri -el compositor habitual del director- es grandiosa y conmovedora, la interpretación de Hanks sorprendente en cada uno de los personajes a los que da vida, y la realización de Zemeckis es, en una palabra, insuperable (ver ese plano secuencia en el que un billete de tren sale volando del mismo para aterrizar minutos más tarde junto a la vía, o todas las secuencias en la que la rapidez adquiere un papel fundamental: el descenso sin frenos del tren hasta precipitarse en un lago helado, el viaje en un habitáculo de los niños para llegar a tiempo de ver a Santa Claus).


    Y, por supuesto, como toda producción navideña que se precie, el mensaje lleno de buenas intenciones, que concluye con una narración en off del protagonista, aquí representando a todos los que hemos sido niños en nuestro momento, y que hemos creído en las mismas cosas que descubren los protagonistas del film durante su aventura. Así pues, "Polar Express", aunque pueda parecer extraño, no sólo es uno de los mejores largometrajes de su director, sino una auténtica lección de lo que debe ser el entretenimiento bien hecho que, además de distraer y emocionar, pone de relieve valores de lo más correctos. En pocas palabras, una maravilla de película, recomendable para todo tipo de público.



    • MR. HYDE DICE:

    "Polar Express" es una pasada de película, tanto para críos -que la flipan si la ven en cine- como para mayores -tres cuartos de lo mismo-. Yo tuve la ocasión de verla en tres dimensiones en un cine Imax y ya os digo que me quedé con la boca abierta. No es ya solo el hecho de que esté hecha de coña (en ese aspecto, os garantizo que es para fliparla), sino que consigue engancharte con un cuento cien por cien infantil, haciendo que el viaje del crío de la peli sea también el tuyo. Sabes que va a Polo Norte a ver a Papá Noel, pero eso te da igual porque durante el viaje pasan tantas cosas y tan trepidantes todas ellas que casi deseas que ese viaje se alargue un poco más. Es lo más parecido a meterse en una montaña rusa, con o sin las gafas de las 3D, porque la peli tiene aventuras, momentos emocionantes (ya os digo que más de una que yo me sé, al final, acabó sacando el pañuelo y llorando como una magdalena), una música preciosa, y unos efectos especiales brutales.


    Por decir algo, el único defecto (que tampoco sería tal "defecto") que le encuentro a la peli es que es una lástima que no la hayan hecho de verdad. O sea, que no hayan cogido a actores de verdad con escenarios reales y la hayan rodado así. Es cierto que desde el punto de vista técnico es muy revolucionario y tal, y que es una maravilla del cine de animación, pero si ya flipas en colores con la película en dibujos animados, imagina cómo hubiera sido todo con escenarios y el resto de verdad. Por supuesto, les hubiera costado un huevo, pero sí que hubiera merecido la pena. Y decía antes eso del defectillo porque aunque impresiona cómo está hecha, sí que da a veces un poco la impresión de que las caras de los personajes de dibujos, aunque hablen e interpreten, no acaban de tener la expresión de una cara normal. Por poner una comparación -que sé que son injustas, pero qué le vamos a hacer-, si tú ves "Wall·E: batallón de limpieza - Wall·E, 2008", alucinas con la cara de ser humano que tiene el robotito pero, en "Polar Express", las caras de los personajes no llegan a tener ese realismo de otras películas de dibujos, cosa que hace que no se le quites de encima esa sensación de cómic.


    De todas formas, aparte de esto que os comento sobre las caras de los personajes, desde que empieza "Polar Express", no tienes en ningún momento la impresión de que estás viendo dibujos animados. La acción está tan bien llevada y calculada a la perfección que sólo piensas en las aventuras que ves en cada momento. Y no son pocas: el momento en que el tren baja una cuesta empinadísima a todo trapo y sin frenos, cuando tiene que cruzar un lago helado que ha cubierto las vías y tiene que derrapar para poder enfilar por el camino correcto (os juro que este trozo corta la respiración), o la ruta que tienen que hacer los críos para llegar a tiempo a la entrega de regalos por en medio de un montón de toboganes.


    En resumen, "Polar Express" es una película estupenda para ver en familia estas navidades (si no es en Navidad, tampoco pasa nada, que la peli sigue siendo una chulada), con emoción, una historia preciosa, hecha de forma impresionante (los movimientos de cámara quitan el hipo), y con los momentos precisos de aventura, acción y ñoñeo que toda peli de este tipo necesita. En serio, no os la perdáis porque, aunque sea verla una vez, merece la pena. Ah, y una última cosa: anteción a la canción del final, "Believe", que interpreta Josh Groban, porque no tiene desperdicio.




    miércoles, 21 de diciembre de 2011

    CINE DE LOS 90: "PESADILLA ANTES DE NAVIDAD"


    TÍTULO: PESADILLA ANTES DE NAVIDAD

    DIRECTOR: HENRY SELICK

    REPARTO: -

    DURACIÓN: 76 min.

    AÑO: 1992

    GÉNERO: ANIMACIÓN

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Desde que, a finales de la década de los ochenta, llegara a las pantallas “Bitelchús – Beetlejuice, 1988”, la estética creada por Tim Burton en sus largometrajes es tan fácilmente identificable como única. Burton, iniciado en el mundo del cine como dibujante de storyboards, ha conseguido crear, a lo largo de los años, una ambientación única en todas sus películas, con independencia de que esté filmando una historia de súper héroes, un desacertado remake o un cuento popular acerca de un jinete sin cabeza. En todos y cada uno de estos largometrajes, la huella de Burton se hace presente en cada plano. Ahora bien, lo que ya no suele ser tan frecuente –salvo alguna que otra excepción- es que un director de tales características apueste por ponerse al frente de la producción de un film animado mediante la técnica del stop-motion, y cuyo guión se encuentre casi más plagado de números musicales que de diálogo propiamente dicho. Sin embargo, “Pesadilla antes de Navidad”, dirigida por uno de sus colaboradores habituales –el realizador Henry Selick-, no sólo es una película estupenda e innovadora desde una perspectiva visual, sino que está impregnada de principio a fin por la estética burtoniana a la que antes hacíamos referencia. El resultado, como decimos, es sorprendente, aunque para llegar a esos niveles de originalidad tanto la historia como el aspecto visual del film tengan que ir a contracorriente.


    Jack Skelleton es la estrella principal de Halloween Town, una pequeña aldea oscura y tenebrosa cuyos habitantes son monstruos, brujas y seres legendarios de la más diversa índole. Sin embargo, entre todos ellos existe una sorprendente relación de cordialidad y altruismo. En Halloween Town están acostumbrados a centrar todos sus esfuerzos en la preparación de la noche de Halloween que, a pesar de celebrarse una sola vez al año, requiere de toda su atención y dedicación. Sin embargo, Jack ya está cansado de ser siempre la atracción principal y echa de menos algo diferente en el ritual, que todos los años se repite de la misma forma. Así pues, un día, por casualidad, se pierde por un misterioso bosque que contiene unos troncos con puertas que llevan a otros mundos de fantasía, como el mundo de la pascua o el de la Navidad. A este último mundo es transportado Jack de forma inesperada, descubriendo todo lo vinculado con la Navidad (los regalos, la nieve, los trajes típicos…) y contagiándose del espíritu alegre que lo impregna todo. Por ello, cuando regresa a Halloween Town, propone a todos los habitantes un cambio en sus rutinas: ser ellos los que se encarguen de la celebración de la Navidad en el mundo, para lo que deciden secuestrar a Papá Noel y hacerse pasar por él, e introduciendo una serie de cambios en la tradicional nochebuena: cambio de juguetes por otros más macabros propios de su mundo, el trineo está tirado por esqueletos de reno, etc.


    Son muchas las cosas que llaman la atención de “Pesadilla antes de Navidad”. En primer lugar, que a pesar de tratarse de un largometraje filmado mediante la técnica del stop motion alejado de otras estéticas más tradicionales (como los dibujos de “Wallace y Gromit”, por ejemplo), resulta fascinante en cada uno de sus planos –atención al primer número musical interpretado en solitario por Jack Skelleton-. En segundo lugar, su tono es deliberadamente siniestro, con un guión que contiene escenas tales como una especie de tortura inflingida al mismo Papá Noel o una zombi que no para de envenenar una y otra vez al tétrico científico chiflado que la ha inventado, y una serie de personajes a cada cuál más escalofriante (no en vano el personaje principal es un esqueleto andante, y la muchacha que está enamorada de él es una especie de criatura de Frankenstein cuyos miembros están cosidos a partes). En tercer lugar, el humor negro del que está plagada la película es tan simpático que, en ocasiones, casi asusta (al fin y al cabo, hacen que parezca divertido regalar monstruos y bichos de cualquier tipo a niños ilusionados con al Navidad). Y, en último término, la banda sonora compuesta por Danny Elfman es sobresaliente, resultando mucho más efectiva la música instrumental que no las diversas canciones que, en más de una ocasión, entorpecen levemente el avance de la acción.


    En resumen, “Pesadilla antes de Navidad” es un film muy original, extraordinariamente bien hecho –tengamos en cuenta las limitaciones evidentes del estilo de animación con el que se ha realizado-, y que se erige como una nueva muestra de la fascinación con la que Burton y Selick son capaces de sorprender al público. Además, si tenemos en cuenta que hasta los personajes más macabros acaban resultando simpáticos y que su duración a penas supera la hora y cuarto, el resultado no puede ser más que una película digna de reconocerle todos sus méritos.



  • MR. HYDE DICE:

  • Pues hombre, no digo que “Pesadilla antes de Navidad” no sea una peli original, pero a mí me pareció una frikada de tres pares de cojones. Está bien ver cómo los monstruos de toda la vida (vampiros, brujas, el hombre lobo, un alcalde con dos caras…) tienen un buen rollito estupendo entre ellos, y que se lo pasan de coña asustándose entre ellos, y compitiendo por ver quién es el más aterrador. Vale, eso mola. Y la historia esa de que el esqueleto se mete de golpe y porrazo en el mundo de la Navidad también tiene su puntillo. Pero el resto ya es demasiado extraño (esa imagen de Jack Skelleton montado en un trineo tirado por renos-esqueleto y repartiendo paquetes llenos de monstruos y bichos), por no decir que a Tim Burton y el director se les va un poco la pinza. El humor de la peli –que lo tiene, y mucho- es más negro que el sobaco de Denzel Washington y, aunque alguna que otra idea hace que te partas el culo (el doctor ese paralítico con forma de pato raro fabricándose otra “novia” a la que le pone la mitad de su cerebro, la serpiente que sale de un paquete comiéndose un árbol de navidad, o la reacción de los padres de un niño tras preguntarle qué le ha regalado Santa Claus cuando éste saca de una caja una cabeza cortada).


    Lo malo son otras cosas que no tienen mucho que ver con esto que os digo. La primera que me viene ahora a la cabeza, es que tiene demasiadas canciones. Se ve que para hacerlo más llevadero y que los nenes más pequeños no salgan escopetados al verle el careto a la calavera cuqui ésta, la peli acaba teniendo más canciones que todas las de dibujitos de Walt Disney juntas. Y eso, cuando la peli va por el minuto treinta y ya te has papado siete canciones, pues acaba cansando un poco, para qué mentir.


    La segunda cosa que tampoco mola tanto es que la historia empieza muy bien para acabar desinflándose al final más que un globo pinchado. El principio con Jack Skelleton flipándola en colores en el pueblo de la Navidad mola, más que nada porque te imaginas por dónde irán los tiros. Es más, cuando vuelve a su aldea de muertos y les cuenta lo que ha visto y lo que se proponen hacer, la cosa se pone interesante (cojonudos los tres críos cabrones que tienen que secuestrar a Santa Claus, y que llevan puestas todo el rato unas máscaras que, en realidad, son de sus propias caras). Pero, cuando viene el momento en que Jack Skelleton se pega un paseo por las ciudades normales para repartir el montón de bicharracos y monstruos que han empaquetado, la cosa ya se les va de las manos. Es más, el trozo en el que el ejército empieza a meterle cañonazos para derribarlo, y éste acaba medio reventado encima de una estatua, es de lo más lamentable.


    En fin, que “Pesadilla antes de Navidad” podrá ser todo lo original que quieras, tener unos decorados brutales y unos efectos de animación de premio. Todo eso lo no discuto. Pero yo me esperaba otra cosa. No sabría si decir algo más gamberro, o algo menos made in Tim Burton (por comparar, el humor que tenía, por ejemplo, “Mars attacks – Mars attacks, 1996” me pareció divertidísimo) pero, de cualquier forma, algo que me gustar más. Así que digamos que, sin ser una mierda pinchada en un palo, “Pesadilla antes de Navidad” no entraría a formar parte de las pelis que me veo una y otra vez. Entretiene y está simpática, pero poco más. Y os lo digo yo, que me encanta casi todo lo que hace Tim Burton.