viernes, 16 de marzo de 2012

ESTRENOS DE VIDEOCLUB: "ANONYMOUS"

TÍTULO: ANONYMOUS

DIRECTOR: ROLAND EMMERICH

REPARTO: RHYS IFANS, VANESA REDGRAVE, JOELY RICHARDSON, DAVID THELWIS, RAFE SPALL, DEREK JACOBI, JAMIE CAMPBELL BOWER, SEBASTIAN ARMESTO

DURACIÓN: 130 min.

AÑO: 2011

GÉNERO: DRAMA ÉPICO

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Para comprender mejor el enfoque desarrollado en “Anonymous”, es necesario hacer una pequeña aclaración previa. Existe una agrupación llamada los “Anti-Stratfordianos” cuyos miembros defienden la teoría de que William Shakespeare, en realidad, no escribió ninguna de las obras que se le atribuyen, sino que la autoría correspondería a un noble de la época quien, condicionado por su posición social y política, se sirvió de Shakespeare para lograr que se representaran sus obras. Los argumentos que defienden (y que se exponen durante los primeros cinco minutos de “Anonymous”) son que Shakespeare procedía de una familia de campesinos sin recursos, y que prácticamente, nadie de su entorno social sabía, a duras penas, leer y escribir, así como que no se conserva ningún manuscrito de su puño y letra sobre alguna de sus obras. Así pues, partiendo de este enfoque, el director alemán Roland Emmerich, mucho más conocido por sus films de ciencia ficción de dudosa calidad (“Godzilla – Godzilla, 1998”, “El día de mañana – The day after tomorrow, 2004” o “2012 – 2012, 2010”) que por sus otros largometrajes más serios (“El patriota – The patriot, 2000”), ha llevado a la pantalla el supuesto origen de algunas de las obras literarias más importantes de la historia en lengua inglesa, a través de una fastuosa recreación de la Inglaterra de mediados del siglo XVI y principios del XVII.


    Nueva York, en la actualidad. El autor de una obra de teatro (Jacobi) comienza la función explicando que, en realidad, Shakespeare fue un fraude, ya que no escribió ni una sola de las palabras de las obras que se le atribuyen. Inmediatamente, la acción se traslada principios del siglo XVII, describiéndose, por una parte, la estrecha relación entre el conde de Oxford (Ifans en la madurez y Campbell Bower en su juventud) con la reina Isabel I (Redgrave en la madurez, y Richardson en su juventud) y, por otra parte, las maquinaciones de Sir William Cecil (Thewlis) para conseguir, junto a su hijo Robert (Hogg) que el destino del país sea guiado según su propio criterio. En medio de este panorama, el conde de Oxford se servirá del escritor Ben Johnson (Armesto) para poder representar sus obras aunque, en el último instante, es William Shakespeare (Spall), un borrachín y mujeriego, quien se presta a semejante engaño.


    “Anonymous” es un film que, irremediablemente, pone el dedo en la llaga. Con independencia de la facilidad –más visual que narrativa- de recrear un fragmento de la historia de Inglaterra repleta de conspiraciones, negociaciones, traiciones y mentiras, “Anonymous” se atreve a especular sobre la posibilidad de que, tal y como defiende el grupo de los “Anti-Stratfordianos” al que nos referíamos en la introducción, William Shakespeare no escribiera ninguna de las obras que firmó en su día. Sin embargo, no contento con ello, Emmerich presenta a Shakespeare poco menos que como un bufón pendenciero y vicioso, capaz de chantajear y matar a cualquiera que se interponga en su camino a la fama y a la buena vida. Ahora bien, ni tanto ni tan calvo. “Anonymous” es una película que funcionaría igual de bien (puede que, incluso, más) sin necesidad de ofrecer una visión tan desastrosa del dramaturgo inglés. Prueba de ello es que, cuando la acción se centra más en el conde de Oxford y sus allegados, o en William Cecil y sus maquinaciones, el público se siente muchísimo más atraído por la acción planteada que no cuando ésta se decanta por la parte que afecta la representación de las obras y la farsa del supuesto escritor. Así pues, momentos como los repetidos flashbacks, en los que se muestra tanto la relación existente entre Isabel I y un joven conde de Oxford, o la preparación, ya desde entonces, de Sir William Cecil para dejar lo más atada a sus intereses los destinos de la nación, consiguen reforzar el tono sombrío y misterioso del relato, lo que constituye uno de los aspectos más positivos del film


    Asimismo, a pesar del enrevesado guión, “Anonymous” también logra que el público quede atrapado en la misma red de intrigas que se confecciona en torno a la sucesión al trono de Isabel I, desde la tergiversación de los hechos por parte de Robert Cecil (atención al instante en que le informan de que está a punto de representarse “Ricardo III” en la que el protagonista es un jorobado, como él) hasta la culminación de todas las conspiraciones (inigualable la desolación del conde de Oxford en el patio del palacio real, llorando bajo la lluvia y rodeado de soldados muertos). Es aquí donde cabe otorgarle el mérito de semejante atractivo a Emmerich quien, afortunadamente, deja de lado el cine de catástrofes para abordar de una forma seria y madura una época histórica de lo más controvertida, a través de una puesta en escena fascinante (los travelling aéreos sobre Londres, la iluminación de las secuencias de interiores que recuerda al “Barry Lyndon – Barry Lyndon, 1975” de Kubrick, el dinamismo de las conversaciones más importantes del largometraje, donde la cámara se mueve casi como si fuera una espía improvisada de los hechos…) y de unos diálogos brillantes (las escenas entre Ben Johnson y el conde de Oxford son sensacionales –ver el asombro del primero cuando el conde empieza a pasarle las obras que ha escrito para que sea representadas-, al igual que aquellas que tienen lugar ente el mismo conde y Sir Robert Cecil).


    Del mismo modo, cabría otorgarle parte del mérito a unos intérpretes fabulosos, que no sólo consiguen hacer creíbles sus respectivos personajes, sino que les dan una vitalidad pocas veces vista en pantalla: Rhys Ifans mostrando su orgullo contenido como conde Oxford (atención al momento en que suplica a la reina Isabel I por la vida de su hijo), el tono sibilino y venenoso tanto de David Thewlis como Sir William Cecil (al igual que el de Edgard Hogg como su malvado hijo), el porte de Vanesa Redgrave y Joely Richardson como la monarca en su madurez y juventud, respectivamente, etc. El conjunto de todos estos elementos hacen de “Anonymous” un film muy recomendable, y uno de los más interesantes estrenos en videoclub de esta semana. Aparte, quien se decante por una teoría u otra en lo que concierne a la autoría de obras como “Enrique V” o “Romeo y Julieta” es algo que no concierne al resultado del largometraje como tal.



  • MR. HYDE DICE:

  • ¡Joer, qué chungo criticar una película como “Anonymous”! La peli, como tal, está muy chula, muy bien hecha e interesante a tope, a pesar de que te hagas la picha un lío con tanto nombre y conde bambando por ahí. Vamos, que como película épica está de lo más lograda. Ahora, que luego estés de acuerdo con el tema que trata, eso ya es harina de otro costal. Porque lo más fácil es que, si eres inglés, tanto lo que te cuenta “Anonymous” como la forma en que representan a Shakespeare (putero, borracho, analfabeto y más tonto que un higo), puedes acabar bastante cabreado. Supongo que, en comparación, es como si hicieran una súper producción en la que sacaran a un Cervantes gilipollas perdido, y más preocupado por darle gusto al rabo que no por escribir El Quijote. Pero bueno, según parece, hay una organización, o tendencia cultural o lo que coño sea eso que defiende la tesis de que el amigo William no escribió ni una sola palabra de sus obras. Yo no tengo ni chufla de si esto es verdad o se lo ha inventado algún iluminado de estos que suele pulular por ahí. De todas formas, de lo que toca hablar aquí es de “Anonymous” como película que, independientemente de su tema, está muy chula.


    Antes de deciros por qué me ha gustado, prefiero empezar metiendo un poco de caña, y diciéndoos qué es lo que podían haberse currado un poco más. Para empezar, aunque la introducción esa en plan obra de teatro ya te advierte de que la cosa va de los que piensan que Shakespeare era un timo de tío, dan por hecho que ya sabes de historia, y que te conoces de memoria la situación de Inglaterra en el año 1600, y de quiénes querían conspirar contra quienes y de qué forma. No sé si será vuestro caso, pero yo me acuerdo de la historia de España, y a duras penas, como para saberme de memoria la de esos lerdos de los Tudor. Pero eso no es lo único. Al hecho de que te tengas que saber de qué iba la cosa política de aquel entonces (por suerte a los españoles nos describen como “el enemigo”, aunque sin humillarnos para nada, cosa que ya se agradece), se le une algo aún más chungo: hay un batiburrillo de nombres al que te cuesta casi una hora acostumbrarte para saber quién es quién. Aparte de la reina Isabel I, ves salir a unos y a otros, pero cuando hablan del conde de no sé dónde, o del noble de no sé cómo, no consigues asociarlo con la cara que ya has visto antes. Y claro, teniendo en cuenta que no paran de hablar unos de otros y de hacer alusiones sobre las intenciones del de al lado, pues vas más perdido que un político honrado en la alcaldía de Marbella hasta que te acostumbras.


    Dicho esto, el esto de “Anonymous” –sin tener en cuenta, repito, la falta que se soplan sobre la figura de Shakerspeare- es una película de lo más guapa. En lo que a la ambientación se refiere, está hecha de coña. Los decorados son brutales: tanto en el teatro popular como en los palacios reales y, en general, en todo el Londres de hace cuatrocientos años, han cuidado hasta el más mínimo detalle, casi pareciendo que lo puedas tocar. Y lo mismo vale para el vestuario y el maquillaje, porque la caracterización de los actores como los nombres históricos a los que representan es tremendo. Y de las actuaciones, se puede decir lo mismo. El que hace de conde de xx, lo borda, sobretodo en cada uno de los momentos en que ve cómo la gente alucina con sus obras aunque el mérito se lo está llevando otro (no os perdáis el momento en que felicita a Shakesperare –al que ha encontrado follando con una puta-, porque le han publicado un poema y la cara de mendrugo que pone éste, o como cuando el público del teatro enmudece con el soliloquio de Hamlet), o como cuando se va enterando de ciertos secretos que tienen que ver con su familia. Fijaos bien en las caras que pone el pobre hombre, que no tienen desperdicio. Eso sí, la reina, para pasar solo unos años entre cuando es joven y cuando es más mayor, parece que ha envejecido a lo burro, pero bueno, eso sólo son detalles sin importancia.


    En fin, que si te tomas “Anonymous” como una película en plan distracción, el resultado es estupendo. Pero tienes que tener claro que sólo es una diversión, sin importarte mucho la forma que tienen de sacar a Shakespeare. Si aceptas ese juego, la peli te parecerá de lo más interesante e intrigante, a pesar de que ya podáis conocer el final que tuvo cada uno de esos personajes históricos. Yo, personalmente, os la recomiendo como novedad de alquiler esta semana, ya que es una película de época diferente a las castañas a las que solemos estar acostumbrados, y que te atrapa desde el principio, y durante todas esas intrigas políticas de la corte. Muy bien hecha y muy chula. Aunque luego a cada uno le guste pensar que Shakespeare fue un auténtico genio (o no).




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