DIRECTOR: RON HOWARD
REPARTO: TOM HANKS, AUDREY TATOU, JEAN RENO, IAN MCKELLEN, PAUL BETTANY, ALFRED MOLINA, JEAN-PIERRE MARIELLE
DURACIÓN: 147 min.
AÑO: 2006
GÉNERO: INTRIGA
Cuando se adapta una novela de éxito al cine, por lo general, si el film resultante es una súper producción, es más que probable que levante la expectación del público que anhele verla. Ahora bien, si ya se parte del hecho de que el material en que se basa el largometraje es uno de los mayores best sellers de la pasada década, traducido a un gran número de lenguas y con millones de copias vendidas por todo el mundo, parece obvio dar por hecho que la película resultante va a estar en tela de juicio de todos aquellos lectores cautivados por la historia y que, de no satisfacerles, la inversión puede ser considerada un fracaso o todo un éxito. Lo que le sucedió al "El código Da Vinci", desde luego no se puede clasificar como fracaso comercial, pues no sólo cuadruplicó su inversión, sino que fue uno de los films más taquilleros del año (el quinto, para ser exactos). Sin embargo, en el aspecto artístico, fueron muchos y muy variados quienes arremetieron contra la adaptación dirigida por Ron Howard. Más adelante discutiremos acerca de esto último.
El especialista en simbología Robert Langdon (Hanks), durante una conferencia que da en París, es requerido por el inspector de policía Bezu Fache (Reno) para que les ayude a resolver una delicada situación: Jacques Saunière (Mareille), uno de los conservadores del Museo del Louvre, es encontrado muerto en el interior del museo, en unas circunstancias de lo más extrañas. El nombre de Langdon figura junto al cadáver, y éste se encuentra postrado en el suelo como si del Hombre de Vitrubio de Leonardo Da Vinci se tratara. A la escena del crimen acude también Sophie (Tatou), policía y nieta de Saunière, quien revela a Langdon que todo se trata de una trampa y de una conspiración de la que deben alejarse cuanto antes. Pronto, el catedrático y la policía se verán envueltos en una trama de conjuras, secretos milenarios y conspiraciones religiosas en las que tendrán mucho que ver el Obispo perteneciente a la orden del Opus Dei, Aringarosa (Molina), el excéntrico millonario Sir Leigh Tibing (McKellen) y un cruel y despiadado sicario llamado Silas (Bettany).
Aunque no lo hayamos mencionado en la introducción, vaya por delante que las opiniones que vamos a expresar a lo largo de los siguientes párrafos se refieren únicamente a "El código Da Vinci" como película, al margen de toda la polémica que surgió tras la publicación de la novela con motivo de la siniestra visión que ofrece del Opus Dei, o de las hipótesis que elabora acerca de la supuesta "humanidad" de Cristo. Hablo tanto en mi nombre como en el de mi colega Hyde cuando afirmo que, en ningún momento, nos planteamos dar nuestra opinión acerca de semejantes teorías. Al contrario, nuestra intención es realizar una crítica del film protagonizado por Tom Hanks con la mayor subjetividad posible para que, nuestra opinión os ayude a decidir si os interesa ver el largometraje o si, de haberlo hecho ya, estáis de acuerdo con lo que argumentamos.
Dicho esto, y entrando en materia, "El código Da Vinci" es un ejemplo de dos elementos bien diferenciados. Por una parte, del tipo de entretenimiento que Hollywood sabe hacer como nadie. A pesar de la larga duración del largometraje, el ritmo que le imprime tanto su director como el equipo de montadores (habituales en la carrera de Howard desde sus comienzos), o la excelente fotografía del italiano Salvatore Totino, hacen que el espectador a penas tenga tiempo -más que en contadas ocasiones- de perder el interés en la historia (a no ser que ya la conozca, en cuya circunstancia el caso ya es diferente). Asimismo, a nivel técnico, "El código Da Vinci" sobresale mucho más que desde un punto de vista artístico, pues la dirección de Howard se vuelve torpe conforme se acerca el final (el cara a cara entre "El Maestro" y Robert carece del dramatismo e intriga que requeriría, y lo mismo sucede con el precipitado destino de Silas o del Obispo), y las actuaciones del reparto no consiguen adentrar del todo al espectador en la historia (tan sólo se salvarían secundarios como Jean Reno o Ian McKellen).
Por otra parte, "El código Da Vinci" es un ejemplo perfecto de lo que nunca debe ser una adaptación cinematográfica de una novela. El torpe guión escrito por Akiva Goldsman copia descaradamente la inmensa mayoría de la novela escrita por Dan Brown sin aportarle más que dos o tres elementos originales con los que sorprender al espectador. Asimismo, dos de éstos elementos están en el final y en el epílogo del film respectivamente, y más que la sorpresa, lo único que consiguen es despertar la exasperación de la platea. Y es que, como apuntamos, Goldsman no añade ningún elemento que permita realizar una puesta en escena original o diferente, por mucho ritmo que el director y montadores se empeñen en otorgar al espectáculo.
En resumidas cuentas, "El código Da Vinci" es una película de entretenimiento, que consigue captar el interés por su historia si el público se deja llevar por un argumento repleto de intrigas intrascendentes pero, no obstante, de lo más efectivas. Para espectadores poco exigentes con ganas de distraerse un rato.
No suele ser frecuente queme guste una película y que, a casi todo el mundo que la ha visto también diga que es un churro. Miento, sí que suele pasar, pero son películas que hasta yo sé que son malas, que otra cosa es que me gusten. Pero lo que me pasa con "El código Da Vinci", os prometo que no me había pasado hasta ahora. Me había leído el libro, y sí que fui a verla -como casi todo el mundo- el día del estreno, con la esperanza de que me gustara. La verdad, es que no me decepcionó, pero porque la película es el libro tal cuál. Yo no entiendo ni papa de adaptaciones, como dice el rollero de arriba, pero sí entiendo de lo que me gusta y de lo que no y, a veces, sólo a veces, de lo que es bueno o de lo que es un truño como un castillo. Por eso me sigue extrañando que de toda la peña que vio "El código Da Vinci", unos dijeran que era una castaña monumental, y otros que era mala de cojones. Bueno, yo la vi, y creo que la mejor forma de dar mi opinión es diciendo que, a quienes haya gustado el libro, no se extrañarán de ver una película que es clavada. Luego, sobre gustos en cuanto a la peli, no hay nada escrito.
A mí, el libro me enganchó un montón, como creo que le pasó a casi todos los que se lo leyeron. No es que la historia fuera la leche en bote, pero estaba muy bien escrito y hacía que quisieras seguir con una página detrás de otra hasta llegar al final. Con la película, pues no pasa eso. Lo que no llego a tener claro del todo es si pasa así porque ya me he leído antes el libro y sé cómo va a pasar todo, quién es el malo, y cómo acaba la historia, o si no me dejó flipado porque me la había imaginado de otra forma (que es lo que pasa casi el cien por cien de las veces). De todos modos, sea como sea, ya os digo que si ha gustado la historia del libro, la peli es igual del todo. Sólo cambian el final pero, el resto, clavado.
¿Y qué quiere decir esto? Pues que todo lo que pasa en el Louvre (con demasiada prisa para mi gusto, como si supieran que la peli va a ser larga y tuvieran que abreviar, porque van buscando las pistas de un cuadro a otro como si les persiguiera una manada de lobos hambrientos detrás) está calcado; la escena de la caja de seguridad en el banco y la huída en el furgón blindado, os juro que casi iguales a como las había imaginado; todo el misterio sobre "el maestro", sin cambiar ni una coma; y el final, ahí ya con más cambios aunque, para ser sinceros, teniendo en cuenta que es de las pocas cosas que cambian con respecto al libro, es una mierda porque el final del libro, además de no ser ridículo, tenía mucho más sentido.
Pero bueno, tampoco tiene mucho sentido tirarse de los pelos porque "El código Da Vinci" no sea como nos habíamos imaginado. O, más bien, porque fuera una copia descarada de la novela. En cualquier caso, con lo que me quedo yo es que, en contra de lo que parece pensar mucha gente, no me aburrió, me parece que está hecha con suficiente ritmo -teniendo en cuenta que dura dos horas y media-, y que está muy recreada. Ah, y por supuesto, no me olvido la música de mi querido Hans Zimmer, que es una banda sonora como la copa de un pino (si no me creéis, escuchad la última pista, Chevaliers De Sangreal y ya me decís).
1 comentario:
Madre del amor hermoso, este es el mundo del reves. Cómo sos capaz de ponerle 3 estrellas a la del rokero y a esta 2.
Esta película trata de calcar el libro, ese es su único pecado. El libro es expectacular.
Se ruega que tus tipos de medición de películas sean homogenas.
Saludos
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