martes, 21 de agosto de 2012

CINE DE LOS 80: "MEMORIAS DE ÁFRICA"

TÍTULO: MEMORIAS DE ÁFRICA

DIRECTOR: SYDNEY POLLACK

REPARTO: ROBERT REDFORD, MERYL STREEP, KLAUS MARIA BRANDAUER, MICHAEL GOUGH, MICHAEL KITCHEN

DURACIÓN: 145 min.

AÑO: 1985

GÉNERO: ÉPICO

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • El cine épico -comprendiendo tanto clásicos más célebres como, por ejemplo, las dos versiones de "Los diez mandamientos" de De Mille, "Ben-Hur - Ben-Hur, 1959" o "Cleopatra - Cleopatra, 1963", hasta producciones más recientes como "Braveheart - Braveheart, 1995" o "300 - 300, 2007"- se ha caracterizado por tratar una serie de temas vinculados de un modo u otro con la narración de grandes historias, espectaculares secuencias repletas de extras, y descomunales presupuestos. En la mayoría de estas producciones, también se da el caso de que coinciden en su temática, pues son de sobra conocidos los films peplum, o las recreaciones de espectaculares dramas históricos. Sin embargo, dentro de este sub-género cinematográfico que es el épico, Hollywood rara vez lo ha realizado para desarrollar una historia de amor entre sus dos protagonistas. Cierto es que hay excepciones recientes que pueden confirmar la regla, como es el caso de "Leyendas de pasión - Legends of the fall, 1994", o la mastodóntica "Titanic - Titanic, 1997" aunque, no obstante, se trata más bien de casos poro frecuentes. Seguramente sea por ello que cuando, a mediados de la década de los ochenta, se estrenó "Memorias de África", su éxito fue tan rotundo, pues no sólo narraba una bellísima historia de amor, sino que también lograba transmitir ese amor no sólo hacia sus protagonistas, sino hacia todo un continente.

    Principios del siglo XX. Con el fin de adquirir un título nobiliario que realce su estatus social , Karen (Streeep) contrae matrimonio con el barón Bror Blixen (Brandauer), con el que se traslada desde su Dinamarca natal hasta Kenia, donde el barón ha adquirido una vasta plantación de café. A su llegada a Kenia, Karen, que se siente completamente abandonada a causa de los escaqueos amorosos de su marido, conoce a Denys (Redford), un aventurero indomable del que se enamora perdidamente. Sin embargo, la relación entre ambos, lejos de resultar sencilla, estará plagada de complicaciones tanto sociales como derivadas de la estancia de ambos en un continente tan fascinante como peligroso.

    No son pocos los que, cuando se estrenó hace un par de décadas "El paciente inglés - The English patient, 1996" vieron la influencia de "Memorias de África" en la inmensa mayoría de sus planos. No es mera casualidad. Al igual que en el oscarizado film dirigido por el malogrado Anthony Minghella, "Memorias de África" contiene una buena cantidad de factores que la convierten en un film casi único, a la par que, también existen otros que le impiden convertirse en una obra maestra. De entre los primeros, cabe destacar la espectacular puesta en escena de Sydney Pollack, que no sólo es capaz de retratar los maravillosos paisajes africanos como pocas veces un director ha sabido convertir el marco escénico en un personaje más del film. Pollack convierte "Memorias de África" en una experiencia extraordinaria, al conseguir que la cámara guíe al espectador a través del amor imposible y sufrimiento que viven los protagonistas, sin prisa, dejando que la historia respire sin presiones. Así se puede constatar en secuencias tan fascinantes como la de la llegada del matrimonio Blisken a Kenia (espectacular el plano del tren recorriendo los diferentes paisajes africanos), la de las numerosas cacerías y viajes a lo largo de la sabana que emprenden los personajes -en especial el que realiza Meryl Streep con el fin de poder reunirse con su marido- y, muy especialmente, el del vuelo en avioneta que realizan los amantes poco antes del final de largometraje, que ya es una de las secuencias más famosas de la historia del cine. Asimismo, sería injusto olvidar la labor del compositor John Barry, sin el que "Memorias de África" carecería por completo de ese lirismo y grandeza que inunda cada uno de sus fotogramas, o al a inimitable fotografía de David Watkin, que retrata la sabana africana con una belleza deslumbrante, y cuya iluminación acompaña a los personajes casi como si les acariciara (atención a la secuencia del baile en el que se afianza la historia de amor entre Karen y Denys).

    Ahora bien, toda esa epicidad tiene un pero importante. Cierto es que Pollack se recrea en exceso con cada uno de los planos de "Memorias de África", y que hace que la historia de amor de los personajes fluya por sí sola. No obstante, si bien esto no deja de ser una decisión acertada, sí que afecta irremediablemente al ritmo del film. No por el hecho de que centre el argumento en la relación amorosa de los protagonistas, sino porque el resto de la película carece de esa misma fuerza cuando ni Redford ni Streep se involucran a nivel sentimental. Por poner un caso, la secuencia en la que Karen se ve frente a una leona y está a punto de dispararle cuando Denys se lo impide, carece de la misma tensión que, por ejemplo, sí se puede palpar en otros instantes, como cuando el barón le increpa a Denys que éste mantenga una relación con su mujer, a lo que él contesta que cuenta con la aprobación de ella. Son dos secuencias bien diferentes pero que, en lo que a ritmo y dramatismo se refiere, quedan recogidas de forma bastante desigual e irregular. A ello tampoco contribuye demasiado el hecho de que se escuche de forma constante la voz en off de Karen relatando los hechos, pues no sólo provoca la carencia de sorpresa en el público, sino que hace que éste casi adivine lo que va a suceder antes de que ocurra.

    No obstante, a pesar de ello, no cabe duda de que "Memorias de África" es una de las grandes películas más recientes que ha dado el cine épico, y un largometraje que, por mucho que pase el tiempo, seguirá siendo una obra de referencia en lo que a historias cinematográficas de amor se refiere.

  • MR. HYDE DICE:
  • Será todo lo épico, romántico y bonito que tú quieras. Pero yo ya me la he visto dos veces, y me sigue pareciendo un rollo (la segunda fue para ver si había algo que me hubiera perdido en la primera, y que hiciera que no me gustara tanto como pensaba). Estoy de acuerdo en que la música y la fotografía y tal son una pasada. De hecho, aún me quedo con la boca abierta cada vez que veo el momento ese del vuelo en avioneta mientras suena la música esa tan conocida. Pero una cosa es ver un momentazo como ese, que dura, un par de minutos, y otra paparte dos horas y pico de drama de ese que es de muchas miradas y muchos movimientos despacito en vez de darle algo más de caña al asunto.

    "Memorias de África" es lo que yo llamaría una película "lenta", de esa que para contarte algo que podrían rodar en tres minutos, se tiran un cuarto de hora, entre miraditas, paseitos y cuchicheos. ¿Hace eso que sea una mala película? Pues para mí no, pero sí que es una pena que pudiendo haber hecho algo más movidito, algo más dinámico hayan preferido hacerlo en plan bodrio. Es un poco como le pasa a Clint Eastwood cuando quiere hacer una de sus pelis dramáticas, que le suele costar un parto darle algo de brío al asunto, y hace que la peña se amodorre viendo su peli más de lo deseable. A "Memorias de África" le pasa justo eso. Que vale que al principio haya que tomárselo con un poco de calma para que la historia de amor vaya entrando en calor, pero es que después de la primera hora, te dan ganas de decirles que se den un poco de prisa, que ya te duele el culo de estar sentado en la misma posición.

    De todas formas, "Memorias de África", tiene trozos que me encantan. Aparte de éste del avión que os he dicho antes (y que fijo que habéis visto en algún que otro momento), me quedo con dos muy especiales. El primero cuando, al poco de empezar, se quedan en una habitación Redford, Streep y un amigo de Redford, y juegan a que Street improvise un cuento sobre la marcha con unas pocas pistas que le dan los dos hombres. Sé que es una chorrada, pero me parece tan original y tan bien hecha (las miraditas que se echan Streep y Redford no tienen precio, ni la música de la banda sonora que se escucha), que se me quedó grabada desde que la vi. El segundo momentazo que recuerdo de "Memorias de África" es cuando están en mitad de la sabana (no sé si porque se han ido de campamento, de caza o de lo que sea), y Redford tiene que lavarle el pelo a Streep. Ya ves tú qué tontería, pero me parece uno de los momentos más sensuales que recuerdo haber visto en una peli, ¡y ya ves tú que sólo se limita a enjuagarle el moño a la señora!

    En fin, que "Memorias de África", aunque sea un poco lenta y pueda llegar a tener algún que otro momento aburrido (sobretodo lo que tiene que ver con todo lo de la plantación de la baronesa en Kenia, que no interesa para nada, ni lo de los puteríos de su marido), reconozco que es una de esas pelis que, aunque sea una vez en tu vida, tienes que ver. Y, por supuesto, conseguir como sea la música de la película, que es de las que merece la pena escuchar en el salón de tu casa con los ojos cerrados.

    2 comentarios:

    Anónimo dijo...

    peli perfecta por historia, imagen, protagonistas, música, etc. Una joya

    Anónimo dijo...

    Para mi gusto, le sobra un pelín de almíbar. Por lo demás, está bien hecha.