miércoles, 31 de agosto de 2011

CINE DE LOS 90: "HEAT"


TÍTULO: HEAT

DIRECTOR: MICHAEL MANN

REPARTO: AL PACINO, ROBERT DE NIRO, VAL KILMER, TOM SIZEMORE, JOHN VOIGHT, NATALIE PORTMAN, AMY BRENNEMAN, ASHLEY JUDD

DURACIÓN: 165 min.

AÑO: 1995

GÉNERO: POLICÍACO

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Michael Mann no es sólo uno de los realizadores del cine moderno más brillantes que existen sino que, también, el responsable de varias de las películas más sorprendentes (y de género más variado) de los últimos años. Empezando por su versión de "El último mohicano - The last of the Mohicans, 1992" -más recordada por su monumental banda sonora que por la belleza de sus secuencias-, pasando por la intensa "El dilema - The insider, 1999" y culminando con "Collateral - Collateral, 2004" y "Enemigos públicos - Public enemies, 2009". En cada uno de estos largometrajes, la huella de Mann es inconfundible, no sólo por su habilidad para combinar argumentos puramente épicos con estéticas actuales, sino también por la extraña belleza de cada plano. Sin embargo, si hay un mérito en especial que atribuirle a Mann, es el de haber logrado realizar una de las mejores películas policíacas de la historia del cine, y que será recordada por el descomunal tour de force de sus principales protagonistas, así como por su original visión del mundo de la delincuencia y de la planificación de un atraco (la función del director italiano de fotografía Dante Spinotti, con ese contraste de luces azuladas y sombras es soberbio).


    Una banda de atracadores asalta un furgón blindado. La consecuencia son varios millones en bonos robados a un magnate relacionado con la mafia y varios guardas muertos. El encargado del caso es el teniente Vincent Hanna (Pacino), quien acaba averiguando que la banda de Nick McCauley (De Niro) parece ser la responsable, por lo que organiza un amplio dispositivo policial dedicado a seguir y espiar los movimientos de McCauley y su banda, entre los que se encuentran Chris Shiherlis (Kilmer) y Michael Cheritto (Sizemore). Al mismo tiempo, mientras McCauley prepara el que quiere que sea su último golpe con la ayuda de Nate (Voight), conoce en una cafetería a una joven llamada Eady (Brenneman) de la que se enamora. A partir de ese momento, la combinación de la preparación de atraco a un banco con la investigación policial y la venganza planificada por el mafioso al que McCauley ha atracado, terminará siendo explosiva.


    Dentro de la multitud de propuestas que han surgido dentro del género de films "de policías y ladrones", casi con toda probabilidad, "Heat" sea la película definitiva. Y es que la cinta de Michael Mann lo contempla absolutamente todo: desde la preparación del golpe por parte de los delincuentes -y las correspondientes investigaciones por parte de las unidades policiales-, hasta un análisis detallado de las razones que motivan a los criminales a actuar de la forma en que lo hacen, pasando por mostrar también la vida de los personajes cuando se ocupan de los asuntos cotidianos que nada tienen que ver con los delitos. Esto queda demostrado a la perfección en numerosas secuencias, como aquella en la que McCauley entra en su piso, casi vacío de muebles, lo que refuerza aún más la sensación de soledad del personaje; o todo lo relacionado con los asuntos familiares de Hanna (su tercera mujer y su hijastra). De hecho, uno de los momentos más hilarantes del largometraje es aquel en que el equipo de policías de Vincent Hanna espía a la banda de McCauley mientras éstos últimos salen de un restaurante, donde las conversaciones y ambiente distendido contrasta con la imagen que se proyecta siempre de las bandas de delincuentes. Por no hablar del tiempo que se toma la historia para desarrollar las respectivas historias amorosas, que involucran a los principales personajes de ambos bandos.


    Pero, evidentemente, si hay algo por lo que "Heat" sienta precedente, más allá de lo dicho, es por la impresionante secuencia del tiroteo. Alejándose de un estilo más actioneer, o del montaje casi histérico de los blockbusters veraniegos (plagados de planos que no duran más de tres segundos), dicha secuencia comprende casi diez minutos de pura acción, planificada y ejecutada con una maestría desbordante: los coches no explotan con cada disparo, las balas envuelven a los criminales por todos los lados, limitando así su posibilidad de escape, y la determinación de éstos últimos a la hora de abrir fuego es heladora. Pero, como ya apuntamos, se trata no tanto del contenido sino de la forma. Desde el primer segundo en que da comienzo el atraco al banco, hasta que el tiroteo acaba con la muerte de uno de los ladrones, el espectador a penas tiene tiempo para respirar, viéndose inmerso junto con el resto de personajes en uno de los mejores tiroteos jamás rodados.


    Afortunadamente, el resto del film se encuentra a la altura de estos momentos destacados. El guión contiene la brillantez suficiente como para desarrollar una compleja trama de traiciones y violencia que abarca a un número considerado de personajes y, gracias a la espectacular dirección de Mann, al espectador le resulta fácil seguir el hilo argumental, a pesar de las variadas sub-tramas que se van sucediendo. Así pues, casi se agradecen las pausas que le conceden la imposible historia de amor entre McCauley y Eady, o los momentos en que Hanna se debe ocupar de labores de investigación de campo o, simplemente, en las escenas domésticas en las que trata de salvar su tercer matrimonio.


    En resumidas cuentas, "Heat" es una película excelente, digna del mejor cine policíaco y de estudio para saber lo que debe ser una buena película de policías y ladrones. El reparto es excelente en su totalidad (ya sólo por la oportunidad del cara a cara entre dos monstruos de la interpretación como Al Pacino y Robert de Niro, merece la pena verla), y el guión es tan inteligente como fascinante. Y, por lo que respecta a la realización, pues poco más de lo ya dicho: que "Heat" acaba siendo un espectáculo con mayúsculas, largo pero entretenido. Una lección de cómo hacer buen cine, sin tener que volver la mirada a los clásicos.



  • MR. HYDE DICE:

  • ¡Guau, qué pasada de peli! Brutal por donde se mire, de esas que te dejan clavado desde que empieza (con ese atraco al furgón blindado cojonudo) hasta su final (impresionante en el hotel donde se encuentra un testigo protegido, y algo más flojo en las pistas del aeropuerto, donde tiene lugar el duelo final). Pero vamos, que no me diga nadie que no es para recordar la conversación en la cafetería entre Al Pacino y Robert de Niro. Son los únicos cinco minutos de casi tres horas de duración en que los dos aparecen juntos, cara a cara. Y los diálogos son de los que quitan el hipo, de los que hacen que no se oiga ni una mosca porque todo el mundo está al tanto de lo que se habla.


    Las secuencias de acción (el atraco del principio, el asalto al banco con ese tiroteo brutal, los ajustes de cuentas entre delincuentes) son tan estupendas como la misma preparación de los "golpes" que dan los malos. Es cierto que la peli pierde un poco de gas cuando al director le da por contar la vida, obra y milagros de los protagonistas (casi uno acaba sabiendo la talla de calzoncillos de De Niro, o cuántas veces jiña Al Pacino). Pero vamos, que se le perdona rápidamente, porque el resto de la película -los diálogos no tienen desperdicio, con esas entradas constantes de personajes a cascoporro- mantiene el listón pero que muy alto.


    Y lo más curioso es que todo ni es blanco ni negro: ni los delincuentes son tan malos como aparentan, ni los policías son unos santos. De hecho, es como si hubiera cabida para todo: para los que acaban redimiéndose, hasta los que mueren con las botas puestas -porque no pueden comportarse de otra manera, o porque deciden hacerlo deliberadamente-, pasando por el policía que debería predicar con el ejemplo y no lo hace (no digo quién es quién para no joderos la peli, aunque lo del poli es bastante evidente).


    Es una peli que aconsejo en serio que veáis. Es larga, sí, porque dura casi tres horas, pero ya os digo que nunca habéis visto una película mejor (ojo, digo mejor, no que os guste más) de cine de polis y cacos. Para ver y recordar.





    martes, 30 de agosto de 2011

    CINE DE LOS 80: "OFICIAL Y CABALLERO"


    TÍTULO: OFICIAL Y CABALLERO

    DIRECTOR: TAYLOR HACKFORD

    REPARTO: RICHARD GERE, DEBRA WINGER, LOU GOSSET JR., DAVID KEITH, LISA BLOUNT

    DURACIÓN: 120 min.

    AÑO: 1982

    GÉNERO: DRAMA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Hay películas cuya influencia posterior es casi más curiosa que el éxito alcanzado en el momento de su estreno. En el caso de "Oficial y caballero", el film no sólo supuso la consagración como estrella sexy del momento de su principal protagonista, Richard Gere (tras un intento similar en la correcta pero algo fallida "American gigoló - American gigolo, 1980"), sino también la presentación de un "oficio" tan duro como el ingreso en los cuerpos de la marina norteamericana, contemplado desde un punto de vista atractivo, e incluso romántico. De hecho, unos pocos años más tarde, es exactamente lo que sucedió con otra película de temática similar, "Top Gun. Ídolos del aire - Top Gun, 1986", consiguiendo también de un plumazo lograr ambos objetivos.


    En lo que concierne a "Oficial y caballero", la historia comienza con el alistamiento en las fuerzas de la marina estadounidense de Zack Mayo (Gere), un hombre atormentado por la vida errante que ha tenido que mantener junto a su alcohólico padre, también militar. Cuando llega a la academia, entabla amistad con otro joven llamado Sid Worley (Keith), quien ha decidido ingresar en el ejército para seguir los pasos de su padre y de su difunto hermano. Mayo también se topará con la dureza del sargento Foley (Gosset Jr.), el inflexible instructor de los cadetes, quien entabla una malsana e irregular relación con Mayo durante toda su preparación. Sin embargo, la actitud de Mayo, egoísta y oportunista, cambiará cuando conozca a una de las jóvenes locales, Paula (Winger), con entablará una apasionada relación.


    Uno de los grandes aciertos de "Oficial y caballero" fue mostrar las dos caras del típico héroe de la cinta. Su protagonista comienza siendo un rebelde indomable pero, conforme avanza la acción del largometraje, el espectador asiste a su inevitable transformación en un hombre de provecho, gracias tanto a la dureza del ejército (aquí visualizada como una metáfora de lo que supone adquirir compromisos y ser consecuente con ellos a la hora de cumplirlos), como al amor de la protagonista femenina (quien le aporta a Mayo las dosis de dulzura y estabilidad emocional de las que carecía hasta ese momento). Evidentemente, la mezcla de estos dos ingredientes y la acertada dirección de Taylo Hackford consiguen hacer que el film cumpla plenamente su objetivo, al lograr conmover a la vez que intrigar, y emocionar al tiempo que identificarse al público con la pareja protagonista. Además, este objetivo queda reforzado por el contraste entre dicha pareja y la formada por los personajes de Sid y Lynette (su novia), quienes no logran mantenerse a su altura -y, por consiguiente, acaban pagando las consecuencias-.


    A pesar de tener ya casi tres décadas, el tiempo ha tratado relativamente bien a "Oficial y caballero", si bien no resulta complicado gracias a una historia llena de tópicos, y acaramelada por el famosísimo tema Up where we belong, que supuso el toque definitivo para emocionar a las plateas con esta historia de amor y superación personal. Por lo demás, lo único que acaba siendo destacable son algunas pocas secuencias, como los constantes enfrentamientos entre el sargento Floey y Mayo (éste acaba siendo una figura más paterna que su propio padre, a pesar de la dureza de su relación -ver el enfrentamiento final, a golpes en un ring-) y, por supuesto, el plano final con el que cierra el largometraje, con ese Rochard Gere vestido con su uniforme de gala, llevando en brazos delante de todo el mundo a la mujer que ama. En resumidas cuentas, se trata de una película de buenas intenciones a la que tampoco cabe exigirle más.



  • MR. HYDE DICE:

  • Hace pocos meses, volví a ver esta peli (la primera vez fue cuando aún pululaban por el mundo las cintas de VHS) porque mi chica nunca la había visto, y no era plan que una de las pelis ochenteras por excelencia le fuera desconocida. Cuando acabó, supuse de inmediato qué es lo que hizo que esta peli fuera una de las más taquilleras del año: a las mujeres de medio mundo se les cayó la baba con el amigo Ricardo Gere. Así de fácil. Ni era por la peli en sí, ni por el tema, ni por los militares, ni puñetas en vinagre. Lo que pasó es que las puso a mil ver a Gere haciendo flexiones como un loco, sudando mientras se entrenaba, y medio en pelotas. Tal cuál. Aparte de eso, pues ya si la peli tenía su interés, aún mejor.


    Lo que son las modas... Seguro que si ahora vuelves a hacer la misma peli con el tío bueno de turno, las salas se vuelven a llenar. Pon tú al carapán ese de "Crepúsculo" haciendo el mismo papel, verás lo que es babear como una condenada. En fin, que me desvío de la cuestión. "Oficial y caballero" es una película que está bien, sin mayores entusiasmos, que no aburre y que te hace olvidarte del mundo durante un par de horas. Pero tampoco es que sea la leche, ni mucho menos. Digamos que tiene cosas que gustan y enganchan, y otras que sobran. Ahí va la explicación.


    Lo que gusta: no se limitan a presentar al prota como el típico tío guaperas, sino que el colega arrastra una frustración de cojones a sus espaldas, y ve en la marina (a la que tratan con mucho respeto) la posibilidad de redimirse y convertirse en alguien. Vale, un poco patriotero, pero no está mal. Además, las interpretaciones de todos los actores son estupendas, desde un Richard Gere dando el do de pecho, hasta un cojonudo Gosset Jr. haciendo de cabrón de forma brutal (no me extraña que se llevara el Oscar). Ahora bien, ¿os imagináis lo mismo en España? Que el pollo de turno se aliste en la legión para quitarse de encima la frustración... ¡Juas, juas!


    Lo que sobra: la historia de amor es demasiado pastelorra. De entrada, los dos protagonistas, ligan con sus respectivas chicas en dos segundos (vale que uno de ellos sea Richard Gere, pero en fin, seamos un poco más realistas); además, es como si tuvieran prisa por contarla, ya que pasan cuatro segundos desde que se acuestan por primera vez hasta que Gere sabe que lo suyo con la chica es para siempre, que están hechos el uno para el otro y bla bla bla. Vamos, que como se ve que tenían que extenderse más en la parte del entrenamiento militar, no tuvieron más remedio que recuperar el tiempo con la relación de pareja, y eso se nota al kilómetro. Aunque, en honor a la verdad, lo hacen con acierto: ponen un par de planos de puestas de sol, la canción esa que se hizo súper famosa cada dos minutos, a los dos en moto demostrando lo libres que se sienten, y asunto arreglado. Y de la historia del amigo de Gere que se quiere hacer militar porque le pesa el recuerdo de su hermano muerto, y todo lo que le acaba pasando con su novia, pues tres cuartos de lo mismo: que había que centrarse más en otras cosas y evitar que la peli durara siete horas.


    Por lo demás, ya os digo que es una peli que se deja ver, aunque acabe siendo mucho más agradable para ellas que para ellos. Si, al menos, la chica de turno fuera un pivón, no le desmerecería tanto pero, por muy buena actriz que sea Debra Winger, pivón lo que se dice pivón pues como que no. Pero vamo, pecata minuta, porque sería lo mismo con otra cara. Entretenida y poco más. Tampoco hay mucho más donde rascar. Eso sí, impagable el momento en que el instructor pregunta de dónde vienen a los pipiolos que acaban de llegar a la base, para acabar contestando: "¿De Texas? ¡En Texas sólo hay dos cosas: ganado y maricas! ¿Qué eres tú, muchacho? ¡No te veo cuernos, así que debes de ser marica!" Simplemente genial.





    lunes, 29 de agosto de 2011

    CINE CLÁSICO: "TENER Y NO TENER"


    TÍTULO: TENER Y NO TENER

    DIRECTOR: HOWARD HAWKS

    REPARTO: HUMPFREY BOGART, LAUREN BACALL, WALTER BRENNAN, DOLORES MORAN, DAN SEYMOUR

    DURACIÓN: 100 min.

    AÑO: 1944

    GÉNERO: POLICÍACO

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • A pesar de que, a principios de la década de los cuarenta, Humpfrey Bogart ya contaba con una elaborada carrera dentro de la industria cinematográfica, no fue hasta su participación en "El halcón maltés - The maltese falcon, 1941" cuando causó sensación en las plateas de medio mundo con su interpretación de detective privado, papel que acabaría siguiéndole, desde ese momento, casi siempre como una sombra. Bien es verdad que su participación en posteriores largometrajes como "Casablanca - Casablanca, 1942", "El sueño eterno - The big sleep, 1946" o, incluso, "Cayo Largo - Key Largo, 1948", no haría sino reforzar esa imagen de duro galán de Hollywood y, entre todas ellas, "Tener y no tener" no es ninguna excepción.


    La historia acontece en la isla de Martinica, en mitad de la Segunda Guerra Mundial. Allí, Harry(Bogart) y su borrachín compañero Eddie (Brennan) se ganan la vida alquilando una cochamborsa embarcación a turistas que acuden a la isla, y que desean darse un paseo por sus aguas o, simplemente, ir de pesca. Un buen día, Harry recibe una jugosa proposición: sólo tiene que recoger un "paquete" en unas coordenadas precisas, bajo el más absoluto secreto, y entregarlo en una dirección concreta. Harry ve en esta oferta la posibilidad de abandonar la isla, acepta, aunque sin saber las consecuencias que tendrá el devenir de los acontecimientos. Además, Harry también se siente terriblemente atraído por una joven llamada Marie Browning (Bacall), que se ha hospedado en su mismo hotel a penas unos días antes, cosa que acabará de complicar aún más la delicada situación.


    Para hacernos una idea del "galán" al que interpreta Bogart, sólo hace falta decir que habla a las autoridades policiales con total indiferencia y recochineo, que a la "chica de la película" la llama flaca a secas y que, siendo un simple marinero con un oscuro pasado, es capaz de darles ciento y raya a cuantos tratan de interponerse en su camino. Propio también de los patrones del cine negro clásico son otros detalles como el hecho de que la policía se encuentre siempre al acecho en cuantas acciones emprende el protagonista (aunque el comisario sea siempre descrito como un buen tipo con el que el Bogart crea una especie de vínculo malsano de complicidad), o que la aparición de una mujer capaz de mantenerle verbalmente el pulso al héroe haga que éste caiga rendido a sus pies -si bien, nunca lo acabará reconociendo-.


    "Tener y no tener" es un film que es más recordado por los mordaces diálogos que recitan los personajes como si hubieran nacido con cada una de sus respectivas identidades en el largometraje (los cara a cara entre Bogart y Bacall o el inspector de policía son estupendos), que por la novedad del argumento. Es una película muy bien hecha, con una planificación y realización de lo más ajustadas que, en resumidas cuentas, acaba siendo un símbolo perfecto del gusto por los argumentos de este calibre, y que provocó la producción casi en masa de largometrajes de similares características. Cosa que, por otra parte, no quita para que la película sea entretenida y agrade a lo más fanáticos del cine clásico. Cosa fundamental para saber disfrutar en mayor medida de este film. Ah, y un último apunte: la película está basada en una historia de Ernest Hemingway.



  • MR. HYDE DICE:

  • Toma del frasco, el duro más duro de todo el cine dando candela de la buena a todo el que se le pone por delante. Y eso que el pollo aquí hace de barquero medio "rebelde", que si llega a hacer de policía, no deja ileso ni al apuntador. Buah, esto eran tíos duros de verdad, y no las versiones descafeinadas que hay ahora. Ahora bien, si me apuráis un poco, por mucho que ésta sea una de las obras más destacables del cine negro clásico, también creo que las cosas están un pelín metidas con calzador. Después de ver a Bogart en "El halcón maltés" y en "Casablanca", da la sensación de que con "Tener y no tener" quisieron hacer un refrito de estas dos pelis. Porque vamos, eso de que Bogart haga temblar hasta al más pintado, teniendo en cuenta que su personaje es un don nadie que sólo tiene una mierda de barca turística, por muy a favor de los rebeldes que esté, no tiene sentido la historia si se toma desde este punto de vista.


    Pero, claro, eso a nadie le importa, siempre que el tío demuestre que es el más macho de todos. Digamos que "Tener y no tener" es como una versión un poco temprana de "El sueño eterno" donde Bogart sí que hace de detective privado, y hay también muertos y mujeres fatales poniéndole ojitos, como Dios manda. Pero bueno, por lo que respecta a "Tener y no tener" es una peli que se deja ver pero que, por desgracia, ha envejecido un huevo. Supongo que es algo bastante evidente y muy propio de las películas de cine clásico (por mucho que haya algunas que demuestren lo contrario), pero claro, son cosas que chocan y resultan poco creíbles vistas a día de hoy.


    Desde el principio, está claro que están a punto de contarte una historia de intrigas y espías, como bien sabían hacer en aquellos años. Sabes que Bogart, por unas cosas u otras, acabará pringado hasta las cejas, y que la típica tía buena peligrosa de pelotas (cojonuda la Lauren Bacall de esta peli, sobretodo cuando le pone morritos y le suelta "Estaré al final del pasillo, sílbame si me necesitas. Sabes silbar, ¿no? Sólo tienes que juntar los labios y soplar." Uf, se me ponen los pelos como escarpias sólo de recordar lo grande que está en ese momento), acabará dándole más de un dolor de cabeza, si no cambiando su forma de ver las cosas -ambas cosas suceden en esta peli-.


    Por lo demás, pues poco más que añadir. Que la peli es interesante, pero que más que por su propia calidad (insisto: seguro que brutal para la época, pero a día de hoy más desfasada que las corbatas de Carrascal), "Tener y no tener" destaca por su halo de peli de clásica de culto, de esas que, cuando hablas de ellas, dices: "sí hombre, de las que hacían Bogart y Bacall". Y si el colega a quien se lo cuentas sabe un mínimo de cine, ya sabe de qué estás hablando. El argumento tiene su miga y engancha, todos los personajes -hasta los malos de turno- resultan simpáticos y, en resumen, permite que pases un buen rato en compañía de dos de los mayores iconos que ha parido la historia del cine.



    domingo, 28 de agosto de 2011

    CINE EN CARTEL: "MANUALE D'AMORE 3: LAS EDADES DEL AMOR"


    TÍTULO: MANUALE D'AMORE 3: LAS EDADES DEL AMOR

    DIRECTOR: GIOVANNI VERONESI

    REPARTO: ROBERT DE NIRO, CARLO VERDONE, MONICA BELLUCCI, RICARDO SCAMARCIO, VALERIA SOLARINO, LAURA CHIATTI, DONATELLA FINOCCHIARO, MICHELE PLACIDO

    DURACIÓN: 120 min.

    AÑO: 2011

    GÉNERO: COMEDIA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Cuando se estrenó, en 2005, la primera parte de "Manuale d'amore", la reacción del público y la crítica no pudo ser más unánime. No sólo se convertía en uno de los films italianos más taquilleros del momento, sino que acababa cosechando un auténtico aluvión de premios. La premisa, desde luego, no podía ser más innovadora: mostrar diferentes perspectivas y fases del amor a través de diferentes historias cuyos protagonistas se cruzaban entre ellos. Un par de años más tarde, se estrenó la inevitable secuela, la cuál, si bien es cierto que resultaba ser una película de lo más simpática, no llegaba a alcanzar la calidad de su predecesora, aunque el barrido de la taquilla que produjo fue evidente. Ahora, tras cuatro años, desde la llegada de la segunda parte, llega a las carteleras españolas la tercera parte, procurando aportar alguna que otra novedad a los planteamientos que ya habían desarrollado las dos partes anteriores.


    En esta ocasión, son tres los capítulos que componen la película. En el primero, "Juventud", Roberto (Scamarcio) es un joven abogado a punto de casarse con su novia Sara (Solarino), que debe desplazarse a un pueblecito de la Toscana para cerrar un acuerdo con unos ancianos. Sin embargo, cuando llega al pueblo, conoce a sus particulares habitantes y se enamora de Micol (Chiatti), una joven tan seductora como alocada. En el segundo capítulo, "Madurez", Fabio (Verdone), un famoso periodista, casado y padre una hija, cae en las redes seductoras de Eliana (Finnochiaro), quien hará lo imposible por retenerle a su lado. Por último, en el tercer capítulo, Adrian (De Niro) es un profesor estadounidense jubilado, amigo de Augusto (Placido), el portero del edificio. Será entonces cuando la inesperada llegada de la hija de Augusto, Viola (Bellucci), provocará más de una situación comprometida para el maduro profesor.


    "Manuale d'amore 3: las edades del amor" es una película correcta. No sería del todo apropiado decir que es muy buena (la primera parte, por ejemplo, sí que sería merecedora de este calificativo) ni, tampoco buena a secas (calificativo más propio para la segunda). Ahora bien, eso no quita para que el largometraje dirigido una vez más por Giovanni Veronesi no sea divertido, simpático y, por encima de todo, amabilísimo. En efecto, es una película que hace que el espectador se distraiga de lo más bien, y que los diferentes temas que traten en cada historia, pese a la seriedad de algunos de sus hilos argumentales, estén resueltos de forma que sea sencillo dar pie a momentos tronchantes. Ahora bien, el pero es importante: no estamos ante un film de la talla de la primera parte, ni siquiera de la segunda.


    Por otra parte, esto no acaba siendo ningún inconveniente para que "Manuale d'amore 3: las edades del amor" no distraiga. De hecho, las dos horas ajustadas de su metraje se dejan ver con una facilidad pasmosa. Aunque, también es cierto que se hubiera agradecido un esfuerzo algo mayor por conseguir episodios que contuvieran la dulzura de la primera parte, y la socarronería de la segunda. Evidentemente, de todos los episodios, el que más se aproxima a esta descripción es el segundo, "Madurez", que, en manos del genial actor Carlo Verdone, se convierte en un auténtico festival de malentendidos, situaciones exasperantes y risotadas fáciles (es más, la participación en las tres partes de Verdone casi parece limitarse a un mismo tipo de historias -la infidelidad- pero, en todos los casos, resulta de una forma terriblemente graciosa). Así pues, sin ser un largometraje que se encuentre a la altura de los anteriores, no deja de ser un pasatiempo entretenido con el que distraerse. No de los que merecen la pena ser vistos en cine sí o sí, pero agradable al fin y al cabo.



  • MR. HYDE DICE:

  • Mmmm... ¿Sabéis eso de que las comparaciones son odiosas? Pues es lo que pasa con esta peli. A los que la primera les haya parecido una película cojonuda (entre los que me incluyo), deberían ir a ver esta tercera parte sin tener la intención de encontrarse con otra peli que esté a la altura de aquella. Y no porque "Manuale d'amore 3: las edades del amor" sea mala, en absoluto. Lo que pasa es que no tiene ni la novedad de la primera, ni el encanto de cada una de sus historias. Vamos, que la primera dejó el listón muy alto, y ni la segunda ni la tercera parte lo han logrado superar.


    No obstante, como os digo, no quiero que entendáis que la peli es mala o aburrida. De hecho, las dos horas que dura, se te pasan que ni te enteras. Pero da la sensación de ser un quiero y no puedo. Ahora, en vez de cuatro historias, como en las dos primeras partes, sólo hay tres -más largas, eso sí-, y el rango de personajes es menor. Tiene momentos muy divertidos (los típicos enredos de parejas de cine italiano) y situaciones que ya nos suenan. El problema de la peli, entonces, no es que resulte aburrida o que sea más de lo mismo. Lo que yo veo que juega en su contra es que, mientras que en las dos primeras partes (especialmente en la primera) era facilísimo que te identificaras con alguno de los personajes o de las situaciones que te contaban, en esta tercera parte eso no pasa. De hecho, se tiran algún que otro pedo cerebral en alguna de las historias que hace que resulten poco creíbles.


    Por ejemplo, en la primera historia, "Juventud", el protagonista es un cabrón de cuidado. Elige con qué chica quedarse en función de las circunstancias, no porque en realidad quiera a ninguna de las dos; en la segunda historia, "Madurez", el periodista se busca él solito todo el follón en el que se mete, y todavía pretende aparentar ser el bueno e incomprendido (aunque, en honor a la verdad, hay que reconocer que es el único que paga por sus errores... y con creces); y en la tercera historia, "Más allá", no hay quien se trague que De Niro se pueda liar con la Bellucci -¡mamma mia, pero qué tremenda está la buena señora!-, y mucho menos que suceda lo que pasa al final (os lo juro, esto último ya es de traca).


    Entonces, si ya de entrada le empiezas a encontrar peros a cada historia, por muy entretenida y divertidas que sean las situaciones que pasan en cada una de ellas -os prometo que me reí con ganas en más de un trozo-, pues como que no es lo mismo que el "Manuale d'amore" original. Es más, mi chica decía al salir del cine que no hubiera pasado nada si la hubiéramos visto en casa, en lugar de gastarnos la pasta de las entradas y, sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con ella. Eso sí, aunque aquí tampoco haya canción famosa como en las partes anteriores, la música instrumental de la banda sonora es una preciosidad, así que estad al tanto.


    Por lo demás, lo que queda es una película simpática y divertida, pero sin más originalidad que lo que ya os he contado. Te ríes (el periodista imitando a un gato para poner cachonda a su amante, o el padre de Bellucci diciéndole a De Niro en qué trabaja realmente su hija -o éste haciendo como que sale a correr para impresionar a Bellucci-) y te pones nervioso con determinadas secuencias (el joven escondiéndose de la suegra de la tía buena rubia; en el segundo capítulo, todo lo relacionado con el acoso de la loca esa al periodista; y, en el tercero, cuando el padre de la Bellucci está a punto de pillar a su hija de De Niro). Al fin y al cabo, como entretenimiento no está mal pero, una vez más, no es ni la primera ni la segunda parte.



    sábado, 27 de agosto de 2011

    CINE A DESCUBRIR: "CONFESSIONS"



    TÍTULO: CONFESSIONS


    DIRECTOR: TETSUYA NAKASHIMA


    REPARTO: TAKAKO MATSU, MASAKI OKADA, YOSHIRO KIMURA, YUKITO NISHII


    DURACIÓN: 106 min.


    AÑO: 2010


    GÉNERO: DRAMA


  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • El cine nipón que, desde finales de los años noventa y, muy especialmente, la primera década de lo que llevamos de siglo, se ha revelado como uno de los más comerciales a nivel internacional, gracias a la incesante ola de largometrajes de terror que han exportado. Si bien el cine clásico japonés cuenta con algunas de las obras y realizadores más importantes de la historia del cine, no es menos cierto que su popularidad reciente ha crecido enormemente gracias a las constantes historias de maldiciones, casas encantadas y fantasmas aterradores que no sólo han provocado el entusiasmo del público mundial, sino que han nutrido al mercado cinematográfico estadounidense de continuas ideas para realizar un remake tras otro. En algunas ocasiones, es cierto que la versión revisada ha superado al original (caso, por ejemplo de "The ring. La señal - The ring, 2002") aunque, no obstante, el resto de tentativas se ha quedado en burdas imitaciones de films que deberían haberse dejado tal cuál (las nuevas versiones de "Dark water. La huella - Dark water, 2005", "Visiones - The eye, 2008", y un largo etcétera).


    Por este motivo, cuando se estrenó el año pasado "Confessions" en Japón, no sólo significó un gran éxito a nivel de mercado interno, sino que la calidad del largometraje fue premiado con diversos galardones dentro del mismo país, y presentado como película a competir en la pasada edición de los Oscar. No es para menos, ya que este largometraje se desmarca de propuestas similares, además de renunciar por completo a cualquier atisbo de historia salpicada de fantasmas y demás fenómenos paranormales, y presenta un juego de venganzas tan arriesgado como fascinante.


    En su último día como profesora, Moriguchi (Matsu) se despide de sus indomables alumnos relatando una reveladora historia: su fallecida hija pequeña, cuya muerte todo el mundo dio por un desafortunado accidente -la pequeña se ahogó en una piscina mientras estaba juagando-, en realidad fue asesinada. Y, lo que es aún peor, conoce la identidad de los asesinos, que son dos alumnos de la misma clase en la que ella ha estado enseñando. Sin embargo, como Moriguchi es consciente de que la ley del menor protegería a los culpables en caso de que decidiera denunciar el caso, decide tomarse la justicia por su mano, y les anuncia que ha tramado un plan de venganza definitivo que ya ha puesto en marcha. A partir de este momento, se producirán una serie de reacciones que desencadenarán una ola de violencia psicológica y autodestrucción que acabará teniendo consecuencias insospechadas.


    Como se puede apreciar por el argumento, el largometraje acaba siendo una monumental historia de venganza. Aunque no se trate para nada de una venganza a la que el cine norteamericano nos tiene acostumbrado, con tiroteos, sangre y muertes por doquier. En absoluto. Precisamente, si en algo se diferencia la película de Nakashima es en defender durante todo el metraje el poder de la insinuación. Apoyado en un complejísimo montaje, el film se limita a sembrar en la mente de los "culpables" -y del público, me aventuraría a afirmar- una idea que va creciendo como un virus en el interior de los personajes y que los va contaminando de forma que, paulatinamente, provoca una reacción en cadena que los va destruyendo mentalmente a todos. Es por ello que, aparte de la belleza plástica de las imágenes (esos planos a cámara lenta, de lo más efectivos sobre todo al final del largometraje) hacen que "Confessions" sea una película perturbadora, dentro de su particular estilo.


    Da que pensar, por su puesto, qué habríamos hecho cualquiera de nosotros en la misma situación que la maestra protagonista de la película. Por este motivo, resulta más que curioso aguardar hasta el final de la cinta para comprobar hasta qué punto se está dispuesto a llevar a cabo una venganza por partida doble. Si bien es cierto que hay ocasiones en que la misma historia de venganza parece escapar al control del director (la mayoría de las escenas que tienen lugar con el trastorno del Alumno B, o la aparición de un tercer alumno con tendencias psicópatas), no es menos evidente que el juego del gato y del ratón que se va desarrollando de una forma sorprendente y llena de fuerza. En resumen, se trata de una película novedosa que merece una oportunidad para ser rescatada y admirada tanto por la forma en que está hecha, como por el tema tan complejo que plantea. A mí me la recomendó uno de mis mejores amigos y lo cierto es que le agradezco el favor.



  • MR. HYDE DICE:

  • ¡Qué cosa más rara de película y, a la vez, más flipante! No tiene nada que ver con las típicas películas japonesas de niñas malditas y fantasmas de esos que te aparecen por detrás y te ponen los cataplines de corbata a causa del susto. De eso no hay nada. Lo que sí hay es una violencia como muy interior, de esa que ves que va reventando poco a poco a los personajes y que, conforme avanza la peli, ves que por algún lado va a tener que salir. La historia está contada de una forma un poco rara, como si la hubieran dividido en tres partes, pero con la acción yendo y viniendo adelante y atrás. Eso, al principio, despista un poco, pero te acostumbras rápido y le pillas el hilo enseguida.


    Ahora, lo que sorprende de la peli es la calma con la que parece que está planificado y ejecutado todo el juego de venganza. Si hubiera sido una peli americana, fijo que el ritmo que le daban al tema iba a ser otro, pero aquí es como si con esa pachorra consiguieran hacer que te quedes con más ganas de saber en qué va derivando la venganza que ha planificado la profesora esa. La putada es que juegan demasiado con los engaños, por lo que no tienes claro por momentos qué está pasando, si es verdad lo que acaba de decir un personaje o sólo lo ha dicho por joder al de al lado. Sé que es una tontería, pero es de las pocas cosas que hacen que te hagas la picha un lío. De todas formas, supongo que en parte de ese juego está el truco, en ir despistando a la peña para que, junto con los que sufren esa venganza, vayas descubriendo las cosas y quedándote de piedra.


    Como ya os digo, es una peli rara. No tiene para nada la forma del resto de películas de misterio o intriga que podáis haber visto previamente. Es como si ninguno de los que participan tuviera prisa por ir contando las cosas. Y eso es lo que lo hace todo tan inquietante. A pesar del argumento, ya os digo que la peli no es para nada de miedo tal y como estamos acostumbrados a ver en mil pelis parecidas, con espíritus, posesiones y demás. Aquí el terror es psicológico del bueno, del que te hace flipar porque ves cómo va destrozando por dentro a una persona y cómo, ésta, se va de cabeza a la autodestrucción. Y quieras que no, eso acojona al más pintado. Pero lo curioso del asunto es que todo ese terror no está provocado tanto por hechos, sino por formas de sugerirlo, por cosas que te hacen creer a ti y al resto de personajes.


    Sé que es complicado describir un poco de qué palo va la peli sin desvelar mucho de la historia y correr el peligro de cagarla contando más de la cuenta sobre algo que puede chafárosla por completo. Así que sólo os puedo decir que, a pesar de que cuando empiece parezca una película lenta, no seáis impacientes y aguantad un poco más, que os aseguro que, cuando ya se le coge el truquillo, te quedas enganchado a lo burro. Es rara, ya lo digo desde ahora, pero merece la pena que, si tenéis ocasión, la veáis, aunque sólo sea para variar un poco de estilo de película, y para alegrarse un poco viendo que los japos son capaces de hacer películas más allá de las doscientas iguales de terror que ya hemos visto antes. En ese sentido, "Confessions" no puede ser más original. Ah, y por favor, no le caguéis a nadie el final, no seáis cabrones, que en la sorpresa final está la base de todo. Y, ya puestos, si alguien ha comprendido del todo qué pasa al final, que me lo explique, que a mí no me quedó del todo claro, jeje.



    viernes, 26 de agosto de 2011

    ESTRENOS DE VIDEOCLUB: "RANGO"



    TÍTULO: RANGO

    DIRECTOR: GORE VERBINSKI

    REPARTO: DIBUJOS ANIMADOS

    DURACIÓN: 101 min.

    AÑO: 2011

    GÉNERO: ANIMACIÓN

  • EL DR. JEKYLL DICE:


  • Aunque no sea frecuente que directores especializados en los rodajes de imagen real se pasen al género animado (más bien suele ser al revés), ésta parece una tendencia cada vez más de moda. Así pues, encontramos los casos de Robert Zemeckis, quien ha realizado sus últimos largometrajes a través de la animación por captura de movimiento -algo que Steven Spielberg ha llevado a cabo en su debut en el género, con las aventuras del popular Tintín-, o como Zack Snyder en la reciente "Ga'Hoole. La leyenda de los guardianes - Legend of the guardians, 2010". Sin embargo, Gore Verbinski, recién salido de la trilogía de "Piratas del Caribe", apuesta por una animación ciertamente impresionante, aunque muy alejada desde el punto de vista argumental del resto de producciones similares.


    La historia da comienzo cuando, tras sufrir un aparatoso accidente a bordo del coche en el que era transportado dentro de su jaula, Rango, un camaleón dicharachero y demasiado fantasioso, se ve abandonado en medio del desierto del estado norteamericano de Nevada. Aconsejado por un armadillo al que acaban de atropellar, Rango se dirige hacia un poblado llamado Polvo, donde se hace pasar por todo un héroe, especialmente cuando liquida (de forma totalmente accidental y casual) a un halcón que tenía atemorizados a todos los habitantes del lugar. Admirado por la población, es nombrado Sheriff pero, será entonces, cuando tenga que hacer frente al problema de sequía y administración del agua del lugar, incluyendo al misterioso alcalde y a una serpiente asesina que atemoriza a todos los lugareños.


    Tal y como hacíamos referencia, da la sensación de que Gore Verbinski ha querido desmarcarse por completo tanto de los largometrajes tradicionales de animación como de los últimos estrenos de films animados por ordenador. Esta diferencia se nota tanto en el ámbito estético (esos paisajes desolados y polvorientos), como a nivel de diseño de personajes (la mayoría son criaturas desaliñadas y bastante repelentes) y, sobretodo, en lo que a los diálogos se refiere. Y no nos referimos únicamente al argumento -de hecho, éste acaba por ser más convencional de lo que le gustaría-, sino a cada una de las frases puesta en boca de los protagonistas: Rango es un farsante bastante desquiciado, cuya fantasía le hace creerse su propia comedia, llevando las situaciones siempre al límite de lo irracional; Habas es una muchacha que cada equis minutos sufre una parálisis evasiva de la que sale hablando sobre cualquier cosa que nada tiene que ver con lo que decía antes de alienarse; el águila "india" no para de hacer bromas tontas a costa de su condición de forajido; y el resto de ayudantes del protagonista, son a cada cuál más peculiar (una especie de perro peludo rechoncho, un pájaro difícilmente identificable siempre despeinado, un palomo que tiene una flecha clavada en un ojo...).


    Por fortuna, entre tanto despropósito argumental, hay un par de elementos que sobresalen por méritos propios de todo el conjunto: la música y la fotografía. En lo que a la banda sonora se refiere, el genial Hans Zimmer ha compuesto unas melodías puramente inspiradas en los spaghetti western y en las fanfarrias mariachis más propias de las películas de Robert Rodríguez, pero que dotan a las imágenes del ritmo del que carece el guión por falta de garra. Por lo que respecta a la fotografía, ha sido una vez más el veterano Robert Richardson quien ha sido contratado en condición de asesor de la misma, labor que ha sabido realizar con creces, a tenor de unos fabulosos resultados en que, muchas veces, es complicado creerse que las imágenes que estamos viendo corresponden a una película creada íntegramente por ordenador en lugar de haber sido filmada en localizaciones reales con persojanes de verdad.


    Para acabar, concluir que "Rango", aparte de lo ya comentado, es un largometraje que se apoya muchísimo en la interpretación que hace Johnny Depp del lagarto protagonista. De hecho, hay ocasiones en que casi da la sensación de estar contemplando al mismo Depp, ya que el propio Rango no sólo se mueve como el famoso actor, sino que las muecas y chistes que salen de su boca parecen innegablemente ligados al mismísimo capitán Jack Sparrow. Por lo demás, no es una película que vaya a ser recordada por su contenido, sino más bien por la forma en que se encuentra hecha. Lástima que el resto de elementos no se encuentren a la misma altura. Aún así, hay que reconocer que se trata de uno de los títulos más curiosos que salen esta semana en alquiler. Sin duda, una propuesta diferente a las demás, incluyendo a otros largometrajes de animación.



  • MR. HYDE DICE:

  • Joer macho, qué marcianada de película. Los que se piensen que porque el protagonista es un camaleón de dibujos con cara de atrapado la peli es para niños, se equivocan. A ver, que tampoco es que no lo sea. Lo que quiero decir es que no tiene nada que ver con las típicas pelis de dibujos a lo Disney que se hacen para los críos, o con las de la serie "Shrek", que también gustan a los mayores. De hecho, "Rango" es bastante chunga de clasificar. Es como si hubieran querido hacer una peli de las que Clint Eastwood rodaba en Almería, pero con bichos bastante feos, y con un chutazo importante de filosofía y rayadas mentales. Por eso desconcierta tanto. De hecho, no hace falta más que ver los primeros cinco minutos para darse cuenta de que la peli no va por el mismo camino que las otras de dibujos animados (yo los llamo dibujos animados aunque estén hechos por ordenador, para entendernos).


    Además, cuando la cosa ya avanza, flipas cuando ves que el 99% de los personajes están como una cafetera, desde el propio Rango hasta la otra lagarta -sin ánimo de ofender- llamada Habas (tela huevos el nombre), o el resto de parroquianos del saloon de ese poblacho cochambroso (el pajarraco con una flecha clavada en el ojo ya es el acabose). La historia tampoco da para mucho, ya que tiene trozos de bla bla bla demasiado largos que no hacen que la cosa avance, sino que más bien te quedas como haciendo fuerza porque esperas que haya algo de acción o de comedia con lo que poder echarte unas risas. Pero ya os digo que no es una peli como las otras de dibujos parecidas, así que olvidaros de las canciones románticas, de los secundarios cachondos, y del resalto de valores tradicionales al uso, porque "Rango" no tiene nada de eso.


    Ahora bien, entonces ¿qué merece la pena de la peli? La animación. Como película de dibujos es un auténtico prodigio. Flipas con cómo está hecha. De verdad te da la impresión de que todo lo que ves es de verdad, que no hay nada animado, desde los decorados y la ambientación (el agua y el fuego están hecho de que te cisclas), pasando por los movimientos de cámara y el ritmo que tienen las escasas secuencias de acción. Quedaos si no con la huida de Rango y sus colegas de esa especie de topos raros que los persiguen con murciélagos, mientras ellos tratan de escapar con la carreta que contiene el bidón de agua. Son algo más de cinco minutos que dejan con la boca abierta. De hecho, creo que ni siquiera en las películas de acción real se llega a un virtuosismo como ese, tanto a nivel de movimientos de cámara, como de ritmo trepidante. Algo menos logrado, que no por ello peor, está el enfrentamiento final con ese pedazo de serpiente amenazante. Pero vamos que, como os digo, lo que son secuencias de acción te dejan pasmado.


    Por lo demás, creo que sólo hay un par más de cosas que llaman la atención de "Rango". La primera es la música, que es cojonuda; y la segunda es los guiños que hacen así de forma más o menos disimulada, como cuando, al principio, cuando Rango sale despedido de la carretera, se estampa en el parabrisas de un coche en el que dentro van los personajes a los que dieron vida, precisamente, Johnny Depp y Benicio del Toro en la peli "Miedo y asco en Las Vegas - Fear and loathing Las Vegas, 1996" (en esa peli, Johnny Depp alucina con lagartos gigantes por todos los lados), o como cuando se le aparece a Rango en una visión Clint Eastwood en un carrito de golf. Son chistes divertidos pero que, por desgracia, no se alargan más durante el resto de la peli.


    En resumidas cuentas, "Rango" es una película simpática, pero que hay que ver sin ninguna opinión preconcebida. Si cuando la alquiláis pensáis que va a ser una peli del tipo de las otras hechas por ordenador, chistosas y tal, ya os podéis ir olvidando. Si creéis que también puede ser de esas que tienen aventuras y diversión durante todo el rato que dura, pues también nones. Ahora bien, si os gustan así las pelis que van a contracorriente y que son diferentes a las demás, y a lo que se ha visto ya cincuenta veces, pues no os lo penséis y escogedla. Para los demás, ya os he avisado de cómo está el tema. A mí no me ha parecido que sea gran cosa, pero allá vosotros.






    jueves, 25 de agosto de 2011

    CINE ACTUAL: "SLUMDOG MILLONAIRE"


    TÍTULO: SLUMDOG MILLONAIRE

    DIRECTOR: DANNY BOYLE

    REPARTO: DEV PATEL, FREIDA PINTO, MADHUR MITTAL, ANIL KAPOOR

    DURACIÓN: 125 min.

    AÑO: 2008

    GÉNERO: DRAMA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Danny Boyle es ciertamente un director difícil de clasificar. Cuando uno piensa que el realizador británico acabará siendo uno de los máximos representantes del cine gamberro inglés (lógico, a tenor de sus dos primeros largometrajes: "Tumba abierta - Shallow grave, 1994" y "Trainspotting - Trainspotting, 1996"), desconcierta a propios y extraños con los dos siguientes ("Una historia diferente - A life less ordinary, 1997" y "La playa - The beach, 2000"), que acaban siendo unas tonterías supinas ignoradas por crítica y público. Y, cuando parece recuperarse tanto desde un punto de vista comercial como artístico en el terreno de la ciencia ficción ("28 días después - 28 days later, 2002" y "Sunshine - Sunshine, 2007"), sorprende a todos con una propuesta tan novedosa y hermosa como arriesgada. Ayudado por una sensacional guión escrito por Simon Beaufoy -responsable de otro fantástico libreto que dio pie a una no menos genial película: "Full monty - The full monty, 1997"-, Boyle se desplazó hasta la India para rodar el largometraje que lo haría mundialmente famoso, y digo de ser considerado uno de los realizadores modernos más importantes a tener en cuenta. Su título: "Slumdog millonaire".


    Jamal es un joven indio que vive en Bombay. Tras ser acusado de hacer trampas en el famoso concurso televisivo "Quién quiere ser millonario", es detenido e interrogado con dureza en un cuartel, ya que nadie parece creerse que un simple muchacho, sin estudios ni cultura, haya acertado tantas preguntas sin cometer un solo fallo. Cuando los agentes de policía empiezan con su interrogatorio, Jamal irá demostrando por qué conoce todas las preguntas del concurso, para lo que tendrá que relatar partes fundamentales de su vida, entre las que se encuentra la dura infancia en Bombay en compañía de su hermano Salim, sus relaciones con los círculos mafiosos de la ciudad, su amor incondicional por Laika (a quien conoce desde niño) y, finalmente, su adolescencia del momento presente.


    Para la realización del largometraje, Boyle se las ingenia para retratar lo que significa crecer en un barrio más que pobre, miserable, de Bombay, y las dificultades a las que un niño debe enfrentarse desde su más tierna juventud para conseguir salir adelante. Es así que la rabia social la plasma a través de un rápido montaje (aunque no mareante como suelen hacer, en ocasiones, otros directores como Michael Bay o Tony Scott, por ejemplo) y de unos planos aberrantes tan difícilmente habituales en el cine contemporáneo que llaman la atención tanto por su belleza como por si singularidad (ver la huída de los dos hermanos de la banda de extorsionadores que los utilizan para mendigar). Pero no es lo único que le da ese toque de auténtico (sería injusto no mencionar la arrebatadora fotografía de Anthony Mantle), ya que todo el conjunto, a pesar de que las imágenes parezcan indicar lo contrario, se encuentra rodado con una sensación de planificación tan detallada como exquisita, con una precisión milimétrica para que el público tenga la sensación de que no hay esquina de bombay que se ha quedado fuera de la película.


    "Slumdog millonaire" es un film sorprendente, y dicho en el mejor de los casos. El espectador, cuando la película comienza, no es consciente del bombón que está a punto de ver. A pesar del revestimiento de pobreza y miseria que empapa las imágenes desde el comienzo, y detrás de toda esa historia de afán de superación, lo que se encuentra es un hermosísimo cuento de amor y la esperanza. En la película hay malos muy malos, pero también malos que se ven forzados a serlo, por lo que resulta curioso que no dejen de tener la ocasión de redimirse, aunque el precio a pagar sea elevado. Pero también encontramos justo lo contrario: lobos vestidos de corderos, y buenas personas que lo son a pesar de todos los pesares. En resumidas cuentas, "Slumdog millonaire" es una película fabulosa, en el más amplio sentido de la palabra. Digna de cuantos premios se le han concedido, y merecedora de disfrutar por el público de cualquier edad (aunque tampoco se la podría a un niño pequeño, pero en fin). Un cuento bellísimo, adornado con momentos espectaculares, tanto por la crudeza de los momentos que contienen, como por su belleza arrebatadora. De diez.



  • MR. HYDE DICE:

  • Os juro que lo de esta peli es un caso único. Cuando oí hablar de ella, lo único que me llamó la atención fue que un director como Danny Boyle hubiera decidido pirarse a tomar por saco para rodar una peli made in Bollywood. No tenía ni papa de qué carajo iba la cosa, pero ya estaba torciendo el morro. Cuando vi el primer tráiler, me dejó exactamente igual: más frío que un polo. Pero es que ya cuando leí de qué iba la cosa, el descojono fue mayúsculo. Una peli rodada en la India, con indios a cascoporro y con el tema de fondo del concurso "Quién quiere ser millonario". O sea, pa cagarse. Ah, amigo, pero cuando la peli empezó a recibir premios a diestro y siniestro, la curiosidad empezó a picarme de verdad. ¿Cómo podía ser que una película de este tipo estuviera dejando flipado a medio mundo? Total, que cuando ya la nominaron a tropecientos Oscar, fui a verla al cine. Y debo decir, en honor a la verdad que, aunque no sea muy de mi estilo, debería haberme metido la lengua en el culo por todo el palo que le había echado antes de haberla visto.


    En efecto, "Slumdog millonarie" es una auténtica pasada. Preciosa a rabiar. Nada que ver con las expectativas que me había hecho al comienzo, ni con nada que me pudiera imaginar. No sólo es que la historia sea bonita a más no poder, sino que está hecha de una forma que de deja con los ojos como platos. En serio, no me extraña que le hayan dado todos los premios habidos y por haber porque, al margen de que hayan podido exagerar un poco, la verdad es que se los merece. Los actores están geniales todos, a pesar de ser para la inmensa mayoría la primera vez que se ponen delante de una cámara, el guión es acojonante (increíble la miseria que puede llegar a soportar el ser humano, y lo fuerte que es su esperanza), y la dirección de Danny Boyle algo casi nunca visto en la pantalla. A mí me recordaba un montón a la del brasileño Fernando Mireilles en "Ciudad de Dios - Ciudade de Deus, 2002", aunque cambiando el tono malrollero y violento de una historia desarrollada en las favelas, por otra muchísimo más optimista, aunque en un ambiente igualmente decadente y miserable.


    "Slumdog millonaire" es una película que hay que ver sí o sí. Tiene prácticamente de todo: drama (la muerte de la madre de los protagonistas, o el devenir de los otros críos forzados a ser mendigos), comedia (casi todos los episodios de los protagonistas cuando son niños), intriga (qué pasará con el protagonista durante el concurso) y, por encima de todo, un canto a la esperanza envuelto en historia de amor (el final, sin más). En resumen, "Slumdog millonaire" es una peli para la que tenéis que sacar un par de horas y verla. Ya os aseguro que disfrutaréis y os acongojaréis al mismo tiempo pero, cuando acabe, tendréis un regusto dulce en la boca que hace que merezca la pena haber contemplado una de las fábulas modernas más bonitas e impresionantes que se han rodado en los últimos años.


    Como cosa especial, le he pedido a Jekyll que, además de los tráilers con los que suele acompañar siempre cada crítica, también incluya uno de los clips musicales de la película. Se trata de uno de los temas de la película, cantado en este caso -no es ninguna de las canciones que fueron candidatas al Oscar-, y que me parece una pasada. Espero que a vosotros también os guste.






    miércoles, 24 de agosto de 2011

    CINE DE LOS 90: "ALGUNOS HOMBRES BUENOS"


    TÍTULO: ALGUNOS HOMBRES BUENOS

    DIRECTOR: ROB REINER

    REPARTO: TOM CRUISE, JACK NICHOLSON, DEMI MOORE, J.T. WALSH, KEVIN BACON, KIEFER SUTHERLAND, KEVIN POLLACK

    DURACIÓN: 135 min.

    AÑO: 1992

    GÉNERO: DRAMA JUDICIAL

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • El cine de juicios se ha hecho en Hollywood un importante hueco, haciendo que más de un actor vea en estos proyectos la posibilidad de matar dos pájaros de un tiro: participar en una buena película y lucirse con su interpretación. No es ningún secreto que rodar una película "de juicios" requiere una pericia importante como director con el fin de que la acción enmarcada dentro de una sala o en el cuarto de deliberación del jurado resulte interesante al espectador. Grandes cineastas como Sydney Lumet han logrado varios de sus mejores obras en películas de este tipo. Lo mismo puede decirse de otros veteranos como Stanley Kramer, Billy Wilder u Otto Preminger, cuyas aportaciones al género han sido, en una palabra, magistrales.



    Por esta razón, cuando a principios de los años 90 llegó a las pantallas "Algunos hombres buenos", de la mano de Rob Reiner, un director con películas más que correctas ("Misery - Misery, 1990") y otras tan entretenidas como olvidables ("La princesa prometida - The princess bride, 1987, "Cuando Harry encontró a Sally - When Harry met Sally, 1989"), el público y la crítica quedaron unánimemente asombrados por la enorme calidad del resultado. Gracias a un inteligentísimo guión escrito por el recientemente premiado con el Oscar Aaron Sorkin -gracias a su libreto para "La red social - The social network, 2010"-, la acción del largometraje trasciende las barreras del cine de juicios convencional, logrando que la intriga propias de las historias de procesos judiciales se entremezcle con el mundo militar y, por ende, con entresijos diferentes.



    La acción comienza cuando dos marines del ejército de los Estados Unidos son arrestados, acusados del asesinato de otro marine, en una base militar en Cuba. A pesar de los esfuerzos de la Teniente Galloway (Moore) por hacerse con la responsabilidad de su defensa, el estado se la encomienda al novato Daniel Kafee (Cruise), quien no parece tomarse demasiado en serio el caso. No obstante, con la ayuda de su mejor amigo, el teniente Weimberg (Pollack), acaban formando entre los tres un eficaz equipo de trabajo que se deberá enfrentar en los tribunales al implacable fiscal Jack Ross (Bacon) y al teniente coronel Nathan Jessep (Nicholson), un experimentado militar que parece saber mucho más de lo que dice, y a su mano derecha, el cínico teniente Kendrick (Sutherland). A partir del comienzo del juicio, Kafee y sus colaboradores descubrirán que tras el supuesto homicidio se encuentra un peligroso juego de intrigas y amenazas vinculado con un importante altercado acaecido en la frontera estadounidense y cubana.



    Tal y como apuntábamos al inicio, uno de los puntos fuertes de "Algunos hombres buenos" es su impecable guión. No obstante, a pesar de la mordacidad del libreto, y de lo bien construidas que se encuentran las correspondientes secuencias, éste tal vez peque de un exceso intelectual. Me explico. El espectador debe aprender a buen paso a qué se refieren los personajes con la terminología militar que manejan, y a qué elementos hacen referencia con toda esa verborrea que, al público menos especializado en la materia, le resulta un tanto incomprensible. Por fortuna, al cabo de poco rato, todo ello acaba aclarándose, lo que permite a la audiencia disfrutar de un auténtico duelo de interpretaciones, y de un final tan explosivo como único dentro del género de dramas judiciales (el cara a cara final entre Cruise y un extraordinario Jack Nicholson es magistral).



    En el aspecto técnico, "Algunos hombres buenos" tampoco se queda atrás. Gracias a un excelente montaje (atención a los títulos de crédito con ese alarde de presentación militar, o la celebración de los continuos juicios) y a la fotografía del siempre acertado Robert Richardson, la película acaba resultando un auténtico placer para los espectadores más espabilados, cansados de las tonterías facilonas o burdas comedias, y que buscan en una película que no insulte a su inteligencia, a la vez que muy entretenida e interesantísima. Es una lástima que el director Rob Reiner, desde que rodara esta película, haya parecido en demostrar lo cutre que se puede llegar a ser, a causa de la serie de insulsos largometrajes que ha terminado rodando. Por fortuna, siempre podremos deleitarnos con el estupendo y muy recomendable espectáculo que supone el film que hoy nos ocupa.



  • MR. HYDE DICE:


  • Guapísima la peli. Cuesta un poco pillar el hilo del argumento al principio, con tanto rollo político y alusiones a términos militares que los yanquis estarán muy acostumbrados a escuchar, pero que a nosotros nos suena a chino mandarín. Pero, cuando ya te metes en el ajo, la cosa se pone interesante a saco. La intriga está llevada de forma magistral, de la que hace que te quedes con la boca abierta durante cada tira y afloja de los juicios, haciendo que "Algunos hombres buenos" se encuentre entre las mejores películas de juicios que se han hecho hasta el momento. Vale que puede que haya otras en las que no sólo se da una lección de bueno cine, sino de mensaje humanitario (arriba mencionaban el caso de "Matar a un ruiseñor"). Pero tampoco le hace falta. Toda la parafernalia moral y conductivista se sustituye por un ambiente militar que pondría firme al mascachapas más templado, y toda la peli se contagia de ese ambiente de respeto y lealtad propia de los marines USA, los más nasíos pa matá que nadie del mundo mundial.



    De las interpretaciones, pues qué vamos a decir, que se trata de uno de los mejores cara a cara que se han visto en una película en mucho tiempo. Tom Cruise (cuando todavía hacía buenas películas) da la talla a la perfección como abogado novato que no las ve venir hasta que se pone chunga la cosa; Demi Moore demuestra que, bajo ese cuerpo danone, hay una gran actriz, capaz de estar a la altura del resto de sus compañeros de reparto, y ser muy convincente como abogada militar; y de Jack Nicholson, pues qué podemos decir que no se haya dicho ya, aparte de que en esta peli se come a todo el reparto con los treinta minutos escasos que aparece (no le hace falta más). En el caso especial de Nicholson, su discurso final te deja flipado, tanto por la convicción con la que lo recita (ya querría yo ver a más de uno de los supuestos actores de ahora aprenderse y soltar esa parrafada con la misma intensidad), como por el carácter del propio actor. En serio, es de esas escenas que merece la pena ser vistas más de una vez.



    Por lo demás, la peli, a pesar de ser bastante larga -dos horas y pico-, no se hace nada pesada. Más bien al contrario. Está tan bien hecha que, cuando acaba, te quedas con ganas de más. Como ya decía, la intriga está manejada de forma brutal, y el intríngulis militar y político descrito con unos diálogos cojonudos. No me extraña que fuera nominada a los Oscar porque, desde luego, es de esas pelis a las que debes prestar atención a cada uno de sus detalles, porque hace que verla sea más fascinante. Vamos, todo un lujo de peliculón que merece la pena ver con calma, sin prisa, en casita y sin interrupciones. Y mirad que películas como ésta no se encuentran muy a menudo.



    martes, 23 de agosto de 2011

    CINE DE LOS 80: "ROBOCOP"


    TÍTULO: ROBOCOP

    DIRECTOR: PAUL VERHOEVEN

    REPARTO: PETER WELLER, NANCY ALLEN, RONNY COX, KURTWOOD SMITH, MIGUEL FERRER

    DURACIÓN: 102 min.

    AÑO: 1987

    GÉNERO: ACCIÓN

    EL DR. JEKYLL DICE:

    Algo que diferencia particularmente a la segunda mitad de la década de los años ochenta es, entre otras cosas, el salto cualitativo y estilístico que dio hacia adelante el cine en lo que al género de acción se refiere. Si bien, hasta ese momento, era posible encontrar propuestas más que interesantes, lo cierto es que las producciones procedentes de Hollywood parecían más orientadas a mezclar géneros como la aventura y la comedia para dar pie a sus más célebres largometrajes. Así pues, se encuentran casos como las primeras partes de Indiana Jones o de los Cazafantasmas. Sin embargo, al llegar 1987, los parámetros parecen cambiar, gracias a la aparición de tres largometrajes, que sentarían las bases de la práctica totalidad del cine de acción posterior: "Arma letal - Lethal weapon, 1987", "Depredador - Predator, 1987" y "Robocop - Robocop, 1987".

    En lo que a ésta última se refiere, supuso la primera súper producción del holandés Paul Verhoeven en territorio norteamericano, si bien ya se había estrenado en este mercado unos años antes con la curiosa "Los señores del acero - Flesh and blood, 1985". Sin duda, la elección de Verhoeven como máximo responsable del proyecto es lo que le otorgó a "Robocop" la personalidad tan particular que tiene. Partiendo de un guión escrito por Edward Neumeier (quien volvería a colaborar con Verhoeven en "Starship troopers, las brigadas del espacio - Starship troopers, 1997"), el director logró recrear un futurista ambiente social terriblemente decadente, en el que las fuerzas policiales se ven desbordadas en su intento de controlar a las violentísimas bandas de criminales que parecen dominar la ciudad, Detroit. Por este motivo, el desarrollo tecnológico puesto a disposición de la policía recibe la máxima prioridad y, dentro de ello, un proyecto presentado bajo el nombre de Robocop, cuyo principal objetivo es la creación de un cyborg-policía, casi indestructible. No obstante, dado que para ello se requiere la disponibilidad de un cuerpo humano, cuando el agente de policía Alex murphy (Weller) fallece en acto de servicio a manos del sanguinario Clarence (Kurtwood), su cuerpo pasa a formar parte de la maquinaria de Robocop, consiguiendo resultados asombrosos. Sin embargo, aunque el experimento es un éxito, en la conversión en máquina los científicos no han conseguido borrar del todo la memoria del fallecido agente, por lo que Robocop comienza su vendetta personal contra los delincuentes que lo mataron.

    Como decíamos al comienzo, la puesta al frente de Verhoeven fue decisiva para darle ese toque ácido a una cinta de estas características. Así pues, llaman la atención los llamativos anuncios y noticiarios que interrumpen cada equis tiempo la acción, o la violencia explícita de determinadas secuencias, en las que la sangre aparece a borbotones como parte necesaria de la esta misma acción, aunque de una forma muy llamativa para el momento (ver al respecto la tortura que sufre Murphy a manos de Clarence antes de ser asesinado, o las muertes finales de los bandidos a manos de Robocop -impactante el resultado del ácido en el cuerpo de unos de los villanos-).

    No obstante, a pesar de esta violencia deliberada y sin tapujos, "Robocop" es una obra de lo más interesante, no sólo representativa del nuevo cine de acción, sino también de las obras más apreciadas por los aficionados al género, gracias a la forma de mostrar esta violencia siempre como parte del relato (un relato muy violento, por otra parte), y a una estética que, hasta el día de hoy, no ha sido igualada en resultados (el diseño de producción y del propio Robocop son impresionantes). Para los aficionados al género de acción, "Robocop" se trata de una película imprescindible, y para todos aquellos que no la vieron en su día, una oportunidad excelente para rescatar uno de los títulos más fascinantes del cine de acción de finales de los ochenta.

  • MR. HYDE DICE:


  • Reconozco que en su momento me dio un poco de canguelo (cuando apareció en videoblub, yo tenía una edad comprensible para flipar en colores con los diez primeros minutos -os juro que no se me olvidará el momento en que el malo de turno le revienta con una escopeta la mano al poli que luego se acaba convirtiendo en Robocop-). Pero mentiría si no dijera que, desde que ya tuve una edad más "apta", me he visto tres o cuatro veces esta peli. Tiene un algo que no sé muy bien cómo describir, que hace que te fascine desde que empieza hasta que termina. Es cierto que algunos efectos especiales se ven de lo más envejecidos, como es casi todo lo relacionado con la otra máquina policía que acaba siendo controlada por el malo (su funcionamiento lo han hecho por "stop-motion", que es algo así como grabar foto a foto los movimientos del trasto, así que os podéis hacer una idea). Pero esa especie de "cutrada" de efectos, contrasta que te rilas con la violencia y las escenas de acción, que se salen por la puerta grande.

    De todas formas, la peli no engaña a nadie: persecuciones, disparos, malos cabrones como ellos solos, policías incorruptos que serían el modelo de Elliot Ness, y malos que se hacen pasar por buenos. Sí que es cierto que llama la atención por las dosis deliberadas de violencia que tiene (al asesinato de Murphy, tendríamos que añadir el del creador de Robocop -al que el malo tortura disparándole un huevo de veces en las piernas- o los mamporros que se lleva la pobre Louise, la compañera de Robocop). Pero, a los que les gusten las pelis de policías y delincuentes psicópatas, desde luego, no les extrañará demasiado nada de lo que sale en esta peli que, como digo, a pesar de todo ello, no deja de atrapar y enganchar con su descaro.

    "Robocop" no es una película que pasará a la historia del cine, eso es obvio, pero sí que representa una de las obras más significativas de los años ochenta (¡uy Dios, ya esto hablando como Jekyll!) y, desde luego, una de las primeras pelis "para adultos" que mejor recuerda la gente de mi generación. Así que, para pasar un buen rato vale. Siempre y cuando no se os ocurra ver las otras dos partes que llegaron a hacer, porque son una mierda pinchada en un palo que, ni siquiera con un incremento brutal de las dosis de violencia consiguen hacer que el público se olvide del genuino que únicamente un genio como Paul Verhoeven podía rodar.



    lunes, 22 de agosto de 2011

    CINE CLÁSICO: "LA TENTACIÓN VIVE ARRIBA"


    TÍTULO: LA TENTACIÓN VIVE ARRIBA

    DIRECTOR: BILLY WILDER

    REPARTO: MARYLIN MONROE, TOM EWELL, OSKAR HOMOLKA, CAROLYN JONES

    DURACIÓN: 100 min.

    AÑO: 1955

    GÉNERO: COMEDIA



  • EL DR. JEKYLL DICE:


  • La historia da comienzo con Richard Sherman (Ewell), un trabajador que, obligado a trabajar durante los meses de verano, debe dejar momentáneamente a su mujer e hijos mientras se queda en Nueva York. Dispuesto a comportarse como una persona decente durante sus días "de Rodríguez", su ritmo de vida se ve irremediablemente alterado cuando, en el piso superior al suyo se muda una despampanante muchacha (Monroe), quien no parará de entrometerse accidentalmente y sin ninguna malicia en la vida de Sherman. Éste, por su parte, tratará de alejarse lo máximo posible de la tentación que le supone la presencia de la vecina, por la que no puede evitar sentir una inevitable atracción.

    El comienzo de la película, desde luego, resulta de lo más original, muy en la línea de Wilder, quien parece sentir una predilección especial por comenzar cada historia con una situación espacial de lo más amplia, con un inicio en el que prácticamente hace referencia a la población mundial para, poco a poco, ir centrándose en los personajes principales. Algo similar haría con su posterior y oscarizada "El apartamento - The apartment, 1960", en la que partiendo de la población norteamericana, la cámara acaba centrándose en el contable al que da vida Jack Lemmon. Bien, pues en "La tentación vive arriba", el lenguaje visual es el mismo, sólo que mucho más ácido, al presentar al norteamericano medio como alguien desesperado por poder "deshacerse" por unos días de la familia con tal de poder estar más tranquilo y, evidentemente, tener vía libre para poder dar rienda suelta a sus más evidentes instintos de seducción masculinos. Por este motivo, resulta tan cómico un inicio en el que esta conducta queda resumida en apenas un par de minutos y que, por consiguiente, quedará muy vinculada con el personaje de Sherman.

    No obstante, la mordacidad con la que da inicio la película permanece durante la mayor parte del metraje, de forma que las situaciones (la mayoría de ellas imaginarias, como la del hipotético descubrimiento de la mujer de Sherman del affaire de su marido con la vecina) son realmente cómicas, acentuadas en gran medida por la extraordinaria actuación de Tom Ewell y la maravillosa representación, una vez más, de la "rubia tonta" a la que encarna la inigualable Marylin. Por ello, acaba sorprendiendo que, una película con un inevitable aroma a teatro filmado, resulte tan divertido y bien realizado. Ello se debe a dos motivos principales: la actuación y carisma de sus dos protagonistas absolutos y a la fortuna de contar con un guión fantástico, capaz de reflejar a través de la dirección de Wilder las situaciones más cotidianas de forma que, a la vez que expresen la crítica correspondiente, permitan al espectador identificarse con cada una de ellas, además de reírse de éstas.

    Cabe, tan sólo, antes de concluir, reconocer que, si bien "La tentación vive arriba" está lejos de encontrarse entre el top de los largometrajes realizados por Billy Wilder, no deja de ser un film de lo más entretenido, agradable y divertido. Sólo con la presencia de Marylin Monroe ya es digno de encontrarse en la lista de las obras inmortales de la historia del cine.


  • MR. HYDE DICE:

  • Joer Jekyll, qué mala leche poner, nada más volver de las vacaciones, una peli sobre lo que pasa cuando los hombres se quedan solos en casa sin la parienta. ¡Juas! Muy propio, sin duda para ésta época del año. Pero bueno, tonterías aparte, creo que "La tentación vive arriba" es una de esas pelis que hay que ver, no sólo porque sea divertida y te lo haga pasar bien un rato, sino porque contiene uno de los momentos claves de la historia del cine: la levantada de faldas del vestido blanco de Marylin. Épico e inigualable en toda la historia del cine.

    Pero bueno, más allá de ese momento (apenas llega a los diez segundos), "La tentación vive arriba" es una peli divertida, original y cuyas bromas, que podrían caer en el mal gusto, no dejan de resultar de lo más comedidas -y eso que podrían haberse pasado tres pueblos- y simpáticas. Vamos, dad por hecho que, si hubiera sido un español el que hubiera hecho la peli, los protas se ponías a follar como conejos a los dos minutos. Menos mal que los primos del otro lado del Atlántico, cuando quieren (que suele ser con mucha frecuencia), saben cómo hacer las cosas con talento y corrección.

    Por lo demás, la peli no es más que una serie de situaciones embarazosas en las que se ve inmerso el personaje principal, todas ellas, relacionadas con el "peligro" que supone tener viviendo en el piso de arriba a una tía buena como la Monroe. Pero, claro, es que a ver qué os pasaba a vosotros, guapitos de cara, si semejante pivón os estuviera incordiando cada dos por tres con esas insinuaciones, como le pasa al pobre hombre de la peli. En fin, que es una muestra más de cómo la comedia americana clásica no le tiene nada que envidiar a las memeces actuales (¿Eh? ¿Jack Black, Adam Sandler y compañía?), y que a Marylin Monroe no ha habido ni creo que haya actriz que la llegue a igualar. Y, si no, díganme ustedes cuántas actrices han sido capaces de dejar con la boca abierta a medio mundo con una casual levantada de faldas provocada por el viento del metro al pasar. Lo dicho, irrepetible.











    domingo, 14 de agosto de 2011

    CERRADO POR VACACIONES

    EL DR. JECKYLL DICE:
    A partir de hoy, y hasta la semana que viene, Hyde y yo nos vamos a tomar unos días de descanso. Volveremos con más contenidos y muchas más críticas a partir del próximo lunes.
    FELIZ VERANO!
    MR. HYDE DICE:
    Yeeee, pues sí, me piro de vacas colegas. A partir de la semana que viene, más cosas y más guapas. Pasadlo bien y nos leemos pronto. Ah, y aprovechad para ir al cine!! Ciao!

    sábado, 13 de agosto de 2011

    CINE A DESCUBRIR: "RUMORES QUE MATAN"


    TÍTULO: RUMORES QUE MATAN

    DIRECTOR: DAVIS GUGGENHEIM

    REPARTO: JAMES MARSDEN, LENA HEADEY, NORMAN REEDUS, KATE HUDSON, JOSHUA JACKSON, EDWARD JAMES OLMOS

    DURACIÓN: 89 min.

    AÑO: 2000

    GÉNERO: INTRIGA

  • EL DR. JECKYLL DICE:

  • Antes de irse de vacaciones, Hyde me ha pedido que comentáramos esta película. Como muy bien reconoce, no se trata de un film que se encuentre a la altura de otros largometrajes que hemos querido rescatar en esta sección, donde procuramos daros a conocer pelis más raras o que no han tenido una repercusión tan amplia como otras más comerciales pero que, por varios motivos, os aconsejamos que veáis. En el caso de "Rumores que matan", es cierto que la premisa es interesante aunque, como ya os digo, tampoco es nada del otro mundo. Al menos consigue atraparte desde el momento en que la acción arranca cosa que, teniendo en cuenta que la película apenas llega a la hora y media, ya es un punto muy a favor.


    El argumento de "Rumores que matan" (vaya de nuevo con las traducciones de los títulos al español...) es el siguiente: tres compañeros de piso, Derrick, Cathy y Travis (Marsden, Jones y Reedus, respectivamente) asisten a la misma clase universitaria. En uno de los seminarios de periodismo al que acuden, se les encomienda un trabajo de investigación, por lo que los tres deciden comprobar la forma en que la gente es capaz de reaccionar ante las habladurías. Para ello, los tres deciden difundir un rumor falso, en el que afirman que un compañero de su misma facultad, un "niño bien" llamado Beau (Jackson) ha abusado sexualmente de su novia Naomi (Hudson) durante una fiesta, mientras ésta estaba completamente borracha. Lo que comienza siendo un simple corre-ve-y-dile se extiende como la pólvora, derivando en una espiral de sospechas y violencia, que alcanza su punto álgido cuando Naomi demuestra que, en efecto, ha sido violada.


    Sería injusto no admitir que el argumento de "Rumores que matan" es de lo más prometedor. La película, que no pretende ser más que un pasatiempo de lo más correcto, acaba tocando más de una tecla interesante. En un primer momento, resulta de lo más acertado centrar la atención en el poder de los rumores, y de cómo una simple invención puede acabar convirtiéndose en algo espantoso, con consecuencias de lo más desagradables para más de uno. Sin embargo, la película parece perderse ligeramente en agua de borrajas cuando decide dejar de lado el tema de las falsas habladurías para acabar recorriendo los caminos más evidentes del thriller policíaco. No es que esto sea para nada un defecto, pero sí que desilusiona un tanto ver que, lo que parecía ser una idea de lo más novedosa, acaba recurriendo a temas menor originales aunque, no por ello, menos interesantes. Precisamente, es durante el último tercio de la película, cuando director y guionista parecen poner toda la carne en el asador ("toda la carne" = todas las dosis de intriga), haciendo que la acción del largometraje vaya in crescendo hasta el inesperado y muy llevado final.


    El resultado es una película convencional pero interesante, que no deja de dar posibilidad a un estudio (éste sí, sin crímenes) de lo que en realidad podría pasar si se llevara a término el tema que se plantea al inicio del film, y de las posibles consecuencias que no se llegan a ver en "Rumores que matan". Por lo menos, se agradece que los responsables de la misma (interpretaciones de lactantes en edad del pavo aparte) se hayan tomado las molestias de querer atrapar al espectador con el entramado policíaco de su última parte. Lástima que no enganche del mismo modo desde el principio, aunque ello no sea necesariamente un elemento en contra para pasárselo bien y distraído durante hora y media.



  • MR. HYDE DICE:

  • Vale, puede que esta peli no se encuentre a la altura de otras que hemos puesto el resto de semanas en esta sección pero, si he convencido a Jeckyll para que así sea, es porque aún me sigue pareciendo que "Rumores que matan" desarrolla un tema de lo más interesante. Al fin y al cabo, a casi todos nos ha pasado alguna vez eso de "adornar" una historia que nos han contado con cosas de cosecha propia, o hemos escuchado historias tan retocadas que al final ya no sabes si creértelo o no. Mirad si no lo que pasó con Ricky Martin y el perrito al que le gustaba la mermelada (y os aseguro que yo era de los que decía que había visto el vídeo...).


    Bueno, pues en esta peli, partiendo de una tesis, llevan al extremo justo eso, la difusión de un rumor totalmente falso para estudiar sus consecuencias, hasta que el asunto se les va de las manos. Es cierto que, al final, la historia parece enredarse demasiado, como si quisiera tocar demasiadas cosas y que, la peli, en realidad, tampoco da para tanto, así que tira por el camino del medio, pasando de un tema principal (las consecuencias de falsear una noticia) a otro (la investigación policial), aunque sin dejar de resultar interesante en ningún motivo.


    A mi modo de ver, algo que juega en contra de la peli -y que no debería- es que está protagonizada por adolescentes capullos. Creo que si la misma historia la interpretaran actores más adultos y no los típicos universitarios de las fraternidades alfa-beta-menos pi al cuadrado, la gente acabaría por tomársela más en serio, en lugar de pensar que se trata de otra peli de adolescentes salidos (creedme que es la impresión que uno tiene después de ver el tráiler, pero que eso no os confunda).


    Por otra parte, dentro de las cosas que te acaban enganchando de la peli -porque, por si no os lo he dicho antes, independientemente de su calidad, la peli engancha desde que se plantea la idea de difundir el rumor-, es ver el lío progresivo en el que se van metiendo los personajes por el simple hecho de mentir y de cómo, una vez metidos en todo el follón, se ven incapaces de reaccionar para salir de él hasta que es demasiado tarde. Quieras que no, da que pensar. Por no hablar del final, que te deja con la boca abierta porque no te esperas para nada la sorpresa que te dan (en serio, que nadie os cague el final, que ya os digo que no es para nada previsible).


    En fin, que es una peli corta (en algunos casos se agradece), que va directa al grano, que plantea un tema que seguro que a más de uno le dará qué pensar y que, finales sorpresa aparte, está llevada de forma cojonuda, con una intriga que va creciendo poco a poco, hasta que revienta al final de todo. A mí, al menos, me pareció de lo más original e interesante. Tampoco como para ir a verla al cine -creedme, no merecería la pena pagar más de 7 chapas que cuesta una entrada por verla-, pero de las que me volvería a ver en mi casa tranquilamente, o de las que se la pondría a mis amigos para comentarla después. Al fin y al cabo, otra cosa buena que tiene, es que la peli da la posibilidad de debatir después sobre ella, lo que no deja de ser un plus más.